Queda un mes para el próximo Día del Libro, pero como éste puede celebrarse siempre y la libertad es una librería, no queremos esperar al 23 de abril para sugeriros una selección de novelas que esperamos que os interesen. Algunas son recientes y otras se han reeditado en los últimos años.
LA NIETA DEL SEÑOR LIHN. Philippe Claudel. Salamandra, 2013
En aquel momento, el señor Lihn se sintió más rico que la mayoría. Él tenía a su nieta, sangre de su sangre.
El autor de El informe de Brodeck y de Aromas, ambas buenas lecturas, ha dejado también prueba de su estilo, conmovedor y cercano, en esta especie de fábula llena de ternura con un final sorprendente que, según interpretaciones, puede resultar inquietante o tranquilizador. La nieta del señor Lihn es una historia de coraje más allá de la edad, de necesidades afectivas colmadas por vías insospechadas; un cuento de amor y de soledad y una llamada de atención minimalista y depurada.
AMOS OZ. Conocer a una mujer. Siruela, 2012
Las noches que no estaba ausente, solían encontrarse en la cocina y tomar juntos un té con hielo en verano o una taza de cacao en invierno antes de irse a dormir cada uno a su habitación.
Si las familias infelices lo son cada una a su manera, la de Yoel Raviv, agente del Mosad, ha forjado su desdicha a base de ausencias, silencios y secretos. Muerta su esposa, Yoel intenta comenzar de cero acompañado de su hija, su madre y su suegra y descubre entonces cómo, en realidad, no sabía nada de su mujer, siéndose sincero, nunca ha escuchado a ninguna. Él, un profesional del descubrimiento y manejo de los misterios ajenos, se ve abocado en su vejez a gestionar los propios, a hacer frente a sus mentiras consoladoras y a no repetir errores con su hija, todo un enigma.
AMÉLIE NOTHOMB. Barba Azul. Anagrama, 2014
No sé quién me inspira más desprecio: si las que cayeron en la trampa o el miserable que se la tendió.
La de Nothomb es la más lúdica de las novelas que hemos seleccionado para vosotros. Como cualquier cuento de Perrault, su Barba Azul contiene a un ogro (tan divertido como cruel), a una princesa, independiente y estratega, eso sí, y un castillo, en este caso una mansión parisina, pero también amor, humor, horror…
Se trata de una obra siniestra regada con champagne francés en la que el asesino recurre al tráfico de indulgencias y la posible víctima…se rebela. Si leéis Barba Azul tras haber visto lo último de Polanski, La venus de las pieles, quizá se os ocurran paralelismos en relación a los juegos de dominación entre la pareja protagonista y al desenlace ¿inesperado?
RICHARD FORD. Canadá. Anagrama, 2013
Nuestros padres eran las personas de las que menos se podría pensar que atracarían un banco. No eran gente rara, no evidentemente criminales. A nadie se le hubiera ocurrido pensar que estaban destinados a acabar como acabaron. Eran personas normales-aunque, claro está, tal afirmación queda invalidada desde el momento mismo en que atracaron el banco.
¿Podemos todos, en determinadas situaciones, llevar a cabo acciones contrarias a nuestros principios que en circunstancias normales jamás cometeríamos? Es un tema habitual en literatura y cine (os recomendamos la reciente Elena de Andrey Zvyagintsev) y uno de los últimos autores en retomarlo ha sido el estadounidense Richard Ford.
¿Y cómo encarrilar tu vida cuándo eres adolescente y tus únicos y más cercanos referentes han abandonado sus funciones? Canadá es un retrato de la fragilidad familiar y personal y un recuerdo de que cualquier vida puede cambiar en segundos y de que nadie estamos a salvo de los precipicios del camino, pero también constituye una oda a la esperanza como única opción posible ante los grandes baches. Escrita a veces desde la ansiedad y a veces desde la nostalgia, la novela contiene también un análisis sin idealizaciones del paso de la adolescencia a la madurez.
LAS CHICAS DE CAMPO. Edna ´ O Brien. Errata Naturae, 2012
La llevaron a la ciudad/y allí se marchitó lentamente/pues la tisis no tiene piedad/de los ojos azules y los cabellos dorados.
Otro retrato del fin de la niñez, en este caso femenino, ambientado en la Irlanda de la década de los cincuenta, lo encontramos en Las chicas de campo. Nos gusta por su nostalgia dulce y por lo que tiene de viaje a un mundo perdido: los contrastes entre vida rural y urbana, los prejuicios clasistas, la exaltación de la modestia (tan llamativa en la era del selfie), los roles de género del momento, una mojigatería que a día de hoy escandaliza…La transición a la vida adulta de la protagonista consiste en abrirse paso en un mundo cambiante y en aprender a asumir sufrimientos.
KENIZÉ MOURAD. De parte de la princesa muerta. Espasa, 2012
El recorrido vital de la princesa turca Selma narrado por su hija es un clásico recomendado en las facultades de Historia, pero sobre todo una novela deliciosa que siempre apetece releer. Sus descripciones detalladas, y sobre todo sensoriales, de las atmósferas, las sociedades y los individuos que la protagonista conoció en Estambul, Beirut, India y París nos trasladan con viveza tanto al contexto internacional del periodo de entreguerras como a la situación de la mujer entonces. Y la calidad en las descripciones de ciudades y ceremonias se mantiene en el acercamiento a las emociones de los personajes (inolvidable el del eunuco Zeynel).
La historia de la princesa demanda una adaptación al cine que aún no ha llegado, pero si después de este libro queréis leer más de la autora, buscad En la ciudad de oro y plata y La vida de Hazrat Mahal.
SÁNDOR MÁRAI. La herencia de Eszter. Salamandra, 2011
Existen heridas que el tiempo no puede sanar, y yo sabía que no estaba curada. Sólo que algunos años después, lo inaguantable ya me resultaba natural, sencillo.
Además de una de las grandes personalidades de la literatura húngara del s XX, Sándor Márai es un experto en describir personalidades muy complejas con un discurso muy sencillo. En este caso se nos muestran, sin adjetivos pero con brillantez, los rasgos de un manipulador tan aparentemente brillante como interiormente miserable a través de las consecuencias de sus actos en el comportamiento de quienes los padecen.
Todas las novelas de Marai (El último encuentro, La mujer justa) merecen una lectura: sus personajes nos cautivan por la sensibilidad con la que el autor nos sumerge en su psicología, en sus dilemas. No empatizar con ellos puede resultar imposible para un lector atento: las vivencias anteriores de cada uno de ellos se nos van desvelando poco a poco y conocerlas implica comprender a sus protagonistas.
En La herencia de Eszter el pasado no perdona, quien hizo daño veinte años antes vuelve a culminar su tarea sin oposición y el destino parece inevitable y fatalista; no obstante, algo nos dice que la resignada perdedora quizá no sea tal y que la reflexión y el autoconocimiento son señales de su victoria interior.