Maneras de viajar

16/07/2014

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¿De vacaciones? Las salas de cine nos ofrecen estas semanas varias propuestas viajeras con protagonistas solos y regularmente acompañados y un nuevo drama con la II Guerra Mundial como fondo distinto a los que habéis visto hasta ahora.

DOS VIDAS. Georg Maas, Judith Kaufmann

Si creéis que ya habéis visto todas las películas posibles sobre la II Guerra Mundial y sus consecuencias, probad a acercaros al cine a disfrutar de Dos vidas, un filme basado en hechos reales y rodado en Alemania que nos acerca a uno de los aspectos menos conocidos de la intrahistoria del conflicto y de la posterior Guerra Fría: el drama de las mujeres (en este caso noruegas), que mantuvieron relaciones con los soldados germanos durante la ocupación nazi y fueron separadas de sus hijos, trasladados a casas-cuna en Alemania por su “sangre aria”.

Por la sobriedad tanto de la ambientación como de las interpretaciones (entre ellas, la de una espléndida Liv Ullmann) y por el reflejo crudo del espionaje de la Stasi, la película recuerda en ocasiones a La vida de los otros, y aunque intercala flashbacks constantes para adentrar al espectador en el convulso pasado de la protagonista y en el drama de su desarraigo, consigue con buen pulso y tono de thriller absorber al público.

Entre los grandes valores de Dos vidas podemos mencionar también su ausencia de juicios de valor sobre las actuaciones de las víctimas, primero del nazismo, y después de quienes, a ambos lados del muro, no actuaron justamente con los niños desplazados, y el manejo de los tiempos al mostrarnos las dos caras de la vida de una Katrine sin derecho a apellidos.

El final nos deja estupefactos, pero contiene un mensaje esperanzador: el transcurso de la vida vence a las tragedias personales; no sólo de la sangre compartida nacen familias y el amor es más poderoso que el lado oscuro del poder.

 

EL EXTRAORDINARIO VIAJE DE T.S. SPIVET. Jean-Pierre Jeunet
Si os gustó la magia que desprendía Amélie, su estética y su exaltación del lado bello de cada día, la última de Jean-Pierre Jeunet os seducirá por igual; y si encontrasteis excesivamente edulcorada la historia de la camarera parisina, es posible que la historia del pequeño genio Spivet os atrape de todas formas.

Esta fábula ambientada en la Norteamérica profunda se inspira en una larga novela, The Selected Works of T.S. Spivet, de Reif Larsen (éxito editorial en más de veinte países), y nos habla del viaje iniciático de un niño-genio a través de unos paisajes fotografiados con evidente talento. Abandona a su disfuncional familia para recibir un premio científico y regresa a ella porque encuentra sus raíces en las rarezas de su madre (una Helena Bonham-Carter que en sí misma parece salida de un cuento), la frialdad de su padre, un rudo vaquero, y el pavo adolescente de su hermana. Por el camino conoce el mundo, sus peligros y sus pequeños milagros, lucha con tesón para llegar a su destino y aprende a valorar lo que deja detrás.

El final no resulta del todo redondo, pero hasta ahora Jeunet no ha dejado de brindarnos en sus películas (Largo domingo de noviazgo, Delicatessen) cuentos que incorporan reflexiones interesantes sobre la niñez, la familia, la culpa, la tolerancia hacia el diferente o la importancia de la educación.

 

LAS DOS CARAS DE ENERO. Hossein Amini
Suspense y psicología, sordidez y elegancia, se entremezclan en este thriller del guionista de Drive que nos recuerda mucho al planteamiento de El talento de Mr Ripley al centrarse en las inquietantes relaciones de un trío: un matrimonio y un amigo, guía de la pareja durante unas vacaciones en Grecia. Las tensiones entre ellos surgirán a raíz de la atracción de la mujer, Colette (Kirsten Dust) y Rydal (Oscar Isaac) y sobre todo a partir de las complicaciones derivadas de los negocios turbios del aristócrata Chester (Viggo Mortensen), marido de ella.

Las dos caras de enero incorpora leves reflexiones sobre el crimen y el castigo, los vaivenes del amor y las relaciones paterno-filiales, pero se trata sobre todo de un filme de suspense de trama sencilla y atmósfera íntima que resulta moderno pese a su inspiración claramente clásica, en forma de alusiones a Hitchcock, y su estética de los cincuenta.

La música tiene sello español, el de Alberto Iglesias; y la narración se inspira en una novela de Patricia Highsmith, del mismo título, rescatada ahora en las librerías.

 

VIAJO SOLA. Maria Sole Tognazzi, 2013
El 1 de agosto se estrena en cines esta historia italiana sobre soltería: la de una rigurosa inspectora de hoteles (Irene) que, como el título indica, viaja sola y de incógnito, hasta que la paternidad de su ex novio y mejor amigo y la presión familiar le llevan a plantearse las ventajas e inconvenientes de su soledad.

Pese a que, por momentos, parece que la película va a tomar un cariz más tradicional (y menos deseable), el desenlace rompe con lo que parecía previsible y aboga por la independencia y la libertad individual de organizar cada vida conforme a los deseos propios y dejando a un lado tópicos ajenos.

Tognazzi maneja la narración en tono de comedia, sin adentrarse en profundidades emocionales pero con inteligencia, y empleando de forma constante el recurso de equiparar los viajes de la protagonista con la concepción de la vida como viaje, que, en último término, todos hacemos solos. Ningún punto de inflexión concreto hace a Irene reafirmarse en su posición, más bien podemos hablar de la suma de ellos, pero el momento más reflexivo de la película lo encontramos en el discurso de la sexóloga que conoce en un hotel berlinés y su llamada de atención sobre el valor de la intimidad.

Margherita Buy, la actriz que dio vida a la temida inspectora de camareros y sábanas, se llevó el Premio David de Donatello como mejor actriz por esta obra en 2012.

 

 

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