En mayo del año pasado, el Museo Reina Sofía y Cineteca Madrid presentaron Sarah Maldoror, poeta y cineasta de la negritud, un ciclo de proyecciones que fue su primera retrospectiva en nuestro país y que permitió a muchos redescubrir la obra de esta autora francesa esencial, pero desconocida para el gran público, que mantuvo en su trayectoria, desde los años sesenta, un compromiso firme con el movimiento decolonial y las luchas por la diversidad social.
Nacida con el nombre de Sarah Ducados en una familia de padre antillano y madre francesa, la directora adoptó el nombre artístico de Maldoror en homenaje a Los cantos de Maldoror de Lautréamont, un poeta muy admirado por los surrealistas. Con ese gesto buscó, además, revitalizar el surrealismo desde el enfoque de la negritud. Su producción tiene que ver con la búsqueda de una forma poética con la que expresar una identidad alternativa y también con la esperanza de una sociedad futura en la que tendría cabida la nueva cultura negra surgida del anticolonialismo y del panafricanismo durante los sesenta.
El teatro se encuentra en el germen de su manera de concebir el cine: en sus películas es fundamental la dimensión teatral, y en particular la cualidad oral y performativa de las artes escénicas. A finales de los cincuenta, Maldoror fundó y presidió Les griots (Los trovadores), la primera compañía dramática francesa formada solo por actores africanos y afrocaribeños. Esa compañía produciría la obra de Jean Genet Les Nègres (Los negros), con dirección de Roger Blin.
Ya en 1961, se establecería en Moscú para estudiar cine. Allí coincidió con Ousmane Sembène, gran cineasta senegalés, y comenzó a trabajar en montajes dinámicos y sincopados sobre ritmos de jazz y música negra. A su regreso a su país, se incorporó a la lucha de los movimientos de emancipación africanos, acompañando con sus películas los ensayos de Amílcar y Luis Cabral o Joaquim y Mario de Andrade. La denuncia del sistema colonialista es el asunto principal de sus filmes más conocidos, como Monangambée, Sambizanga y La battaglia di Algeri (La batalla de Argel), en la que colaboró como asistente de dirección de Gillo Pontecorvo.
Tras su fallecimiento esta semana en París, a causa del coronavirus y a los 91 años, Reina Sofía y Cineteca, en colaboración con Documenta Madrid, se han propuesto rendir homenaje de nuevo a Maldoror en la medida de las posibilidades actuales, es decir, en nuestras pantallas. Desde hoy, 17 de abril, y hasta el próximo día 21, está disponible en la web del MNCARS un programa de algo más de una hora de duración que incluye dos cortos y un mediometraje sobre la emancipación del arte y el antirracismo enfocados desde un cine popular. Se trata de Miró, peintre (1980), Scala Milán AC (2003) y de Un dessert pour Constance (1980).
El primero es una breve pieza para la serie de televisión Aujourd’hui en France (Hoy en Francia) en la que se reseña una muestra de Miró en la Fondation Maeght desde la atención a temas esenciales en la obra de Maldoror: el teatro, las relaciones entre las artes y la vivencia infantil de la creación. Será la primera vez que el corto se proyecte desde su emisión en 1980.
Scala Milán AC, por su parte, presenta a un grupo de jóvenes de la banlieu parisina de St. Denis, de distintas procedencias étnicas y geográficas, participando en un concurso escolar para contar su barrio; su premio será un viaje a Milán. Con la colaboración del músico de jazz Archie Shepp, dan forma a un himno poético a la Francia invisibilizada que lucha contra la marginación. La película, producida por otra gran cineasta gala recientemente fallecida, Agnès Varda, nació de la colaboración entre Maldoror y los adolescentes en su propia factura.
Por último, Un dessert pour Constance es una comedia costumbrista sobre la vida de un grupo de inmigrantes africanos en París. Tan amable como subversiva, nos presenta a dos barrenderos que se sumergen en la cocina francesa. Al principio la prueban como meros aficionados, pero se convierten en expertos hasta llegar a ganar un concurso televisivo para talentos de los fogones.
A las tres piezas podemos acceder aquí.