Dheepan, el filme de Audiard que se llevó la Palma de Oro en el último Festival de Cannes, comienza mostrándonos a una joven que busca desesperadamente a una niña a la que hacer pasar por su hija en un campo de refugiados de Sri Lanka con el fin de escapar de allí junto a una, también postiza, pareja, y termina presentándonos a una familia formada por los mismos personajes y un bebé más.
El camino es una historia de sacudidas, tanto para los protagonistas como para el espectador: la falsa familia, tras muchas dificultades, logra huir de su país y llegar a Francia, donde son alojados en un violento suburbio. Allí deben hacer frente, de puertas adentro, a sus diferencias, a los caracteres distintos y la falta de cariño entre recién conocidos obligados a aparentar afecto, y, de puertas afuera, al sórdido ambiente al que han ido a parar, pues en su nuevo “hogar” topan con otra guerra, la que mantienen bandas rivales enfrentadas por asuntos de drogas y poco preocupadas por no molestar al vecindario. Como portero del lugar y como asistenta en la casa donde se ha asentado el jefe de uno de esos clanes, la pareja protagonista se ve salpicada por su violencia e inmersa en un ambiente que les recuerda irremediablemente a aquel del que huyeron.
Y en este punto, Audiard deja entrever los interrogantes fundamentales que plantea Dheepan, por supuesto sin darnos respuestas definitivas: si es posible salir indemne tras haber visto y padecido situaciones de crudeza extrema, hasta qué punto la violencia desbocada puede hacernos perder la razón y si pueden construirse lazos “familiares” sólidos en un entorno donde todo se tambalea.
En sus inicios, la obra de Audiard nos hace pensar en un drama social muy acorde con el momento que vivimos; el desarrollo de la trama, llegada la pseudofamilia a Francia, remite a un thriller o incluso a un western, sobre todo a partir de que Dheepan trace una línea blanca en el suelo con el fin de separar a los clanes de pistoleros de las viviendas, y especialmente de su futura mujer y de su nueva hija, a quienes trata de proteger más a medida que van acercando posturas.
Es muy interesante la evolución de esta familia que al principio no es real, desde la distancia hasta la cercanía pasando por varios momentos de confusión, avances y retrocesos que nos hacen dudar sobre cuál será la deriva final de su relación.
Aunque no se inspire directamente en una historia real, Dheepan es una película veraz y dura que también contiene un fuerte poso de esperanza.