Hace 120 años, un 26 de marzo de 1895, los hermanos lioneses Louis y Auguste Lumière presentaron en París la primera proyección de imágenes en movimiento de la historia, en la Sociedad Francesa de Fomento de la Industria Nacional; meses después, en diciembre, repitieron pase en el Grand Café del Boulevard des Capucines cobrando al público un franco por el visionado y ya en 1900, ofrecieron, no lejos del Grand Palais, los primeros filmes en 75 mm con motivo de la Exposición Universal celebrada en la capital francesa.
¿Recordáis el contenido de aquel primer filme? Sólo duraba cuarenta y seis segundos y mostraba un tema cotidiano, sobre todo para los autores del invento: la salida de los obreros de la fábrica de fotografía Lumière de Lyon. Al ser propietarios de la misma, los Lumière experimentaron su nuevo aparato filmando su entorno.
Entre sus obras posteriores más conocidas figuran El regador regado, donde un chico se divierte a expensas de un jardinero, o La llegada de un tren a la estación de La Ciotat, proyección muy conocida por asustar a los espectadores haciéndoles creer que iban a ser arrollados por una locomotora real.
El cinematógrafo de los Lumière, conviene recordarlo, no nació solo: tuvo como antecedente el kinetoscopio de Edison, que permitía animar imágenes atendiendo al mismo proceso de hacerlas discurrir velozmente. A partir de este artefacto, los franceses lograron diseñar una cámara portátil, más funcional, que podía registrar imágenes en movimiento pero no reproducirlas.
Curiosamente, los Lumière nunca confiaron demasiado en las posibilidades, ni artísticas ni técnicas, del cinematógrafo, pero el público les fue quitando la razón al asistir cada vez de forma más masiva a las proyecciones: pronto 2500 personas pagaban un franco a diario por asistir a las sesiones.
Francia no quiere dejar pasar el aniversario, y el Grand Palais dedica a la labor pionera de los Lumière una exposición que abre sus puertas
el 27 de marzo y que ha sido comisariada por el director del Festival de Cannes, Thierry Frémaux y por el crítico Jacques Gerber.
Está abierta hasta el 14 de junio, cuenta con técnicas digitales nunca empleadas en una exposición y allí podremos ver el cinematógrafo con el que se rodó “Salida de los obreros de la fábrica Lumiére” y una reconstrucción de la mítica sala del Grand Café donde unos pocos afortunados asistieron a aquella primera proyección fílmica con público. Allí se pasarán además las diez primeras películas que ellos pudieron ver.
Os damos más motivos para hacer esa escapada a París si sois estudiosos del cine de los pioneros: el Grand Palais proyectará las 1422 pelis (de cerca de un minuto cada una) que los Lumière realizaron en la década transcurrida entre 1895 y 1905, acompañados de seis remakes de la “Salida de los obreros…” a cargo de cineastas actuales: Quentin Tarantino, Pedro Almodóvar, Michael Cimino, Paolo Sorrentino, Jerry Schatzberg y el jovencísimo Xavier Dolan.
El 120 aniversario del cinematógrafo se ha conmemorado también con la restauración digital 4K de 200 filmes de los Lumière que formarán parte de la muestra en el Grand Palais.
Por cierto, tras la invención del cinematógrafo, Auguste Lumière continuó estudiando biología, mientras Lumière siguió innovando en el campo de la imagen con la creación del fotograma, la placa de tricromo para fotografiar en color, la fotografía en relieve y el cine estereoscópico.