Crueldades

24/02/2015

Timbuktú

WHIPLASH
Whiplash es la historia de una obsesión, y, aunque suene terrible, podría gustar a quienes pensaban que la letra (en este caso, la música) con sangre entra. Podemos considerar esta peli del joven director Damien Chazelle, triunfadora en el Festival de Sundance y nominada al Óscar, un musical, pero no uno al uso: aquí apenas hay momentos que inviten a la alegría o la relajación, ésta es una obra dedicada a la superación, a la gloria reservada para quienes no se esfuerzan sólo con ahínco, sino también con dolor.

Una escuela de música y algunas salas donde tocar son prácticamente los únicos escenarios de Whiplash, que tiene como protagonistas a un joven estudiante de batería (Milles Teller) y a un maestro brillante, exigente, cruel y despiadado (el oscarizado J.K.Simmons). El chico llega, no sólo a triunfar, sino sobre todo a alcanzar la excelencia y a salir vencedor en una lucha contra sí mismo a costa de sangre, insultos, bofetones, sudor y lágrimas que Chazelle consigue que también al espectador duelan.

Destacan el montaje y el tempo de la película, paralelo a los ritmos de jazz de la pieza que da título al filme. Simmons consigue hacérsenos odioso, la película resulta ensimismada, y a veces agobiante, dentro de su brillantez, y el desenlace nos invita a preguntarnos la cuestión inquietante, si era necesario.

PUEDE GUSTARTE SI DISFRUTASTE CONBarton Fink de los Coen, Billy Elliot de Stephen Daldry (por temática, salvando infinitas distancias, ya sabéis) y Grand Piano, también de Chazelle

 

 

TIMBUKTÚ
Tuvo mucho éxito en los Premios César, era la gran rival de Ida en los Óscar, y suyo es, tristemente, el don de la oportunidad: este filme de Abderrahmane Sissako, que a veces tiene trazas de documental, nos acerca a las consecuencias en el día a día de la población de Tombuktú de la toma de la ciudad maliense por el Ejército Islámico en 2012: la muerte progresiva de la alegría, la prohibición de la música, del deporte y de cualquier entretenimiento que pudiera retener a la gente unos minutos reunidos en la calle (memorable ese partido de fútbol sin balón), el adiós a los atuendos llamativos, salvo para una mujer desafiante, también personaje inolvidable; al contacto en las parejas, los pies y las manos al aire.

Al igual que otros trabajos anteriores de Sissako, la estructura narrativa de Timbuktú no sigue un orden tradicional: se nos ofrece un collage de retazos de vida que sólo en el caso del músico asesinado y su familia tienen solución de continuidad.

La obra es un canto delicado contra la barbarie y el fanatismo que conmueve especialmente al aludir a la que fuera la meca africana de la música. Según un proverbio de Mali, el oro viene del sur, la sal del norte y el dinero del país del hombre blanco; pero los cuentos maravillosos y la palabra de Dios sólo se encuentran en Tombuctú. Sissako es del país y es hora de abrir salas y retinas al cine africano.

PUEDE GUSTARTE SI DISFRUTASTE CONBamako de Sissako, El plor de la gasela de Maritza García y Marius Wehrll

 

 

FOXCATCHER
La peli de Bennett Miller se sumerge en el pozo sin fondo de las psicologías complicadas de un ex campeón olímpico de lucha libre en busca de motivación, de recursos y de una figura paterna (Channing Tatum) y de un millonario ex deportista que le ofrece instalaciones y dinero sin fin, aparentemente de forma desinteresada y en realidad con fines tremendamente oscuros y nada altruistas (DuPont-Steve Carell). En medio de ellos, y como víctima, queda el hermano del primero, también campeón de lucha y la única figura mentalmente sana del grupo (Mark Ruffalo).

Foxcatcher es la historia de dos egos perdidos: uno, el del personaje interpretado por Tatum, por conformar su falta de autoestima con cualquier promesa, gesto de cariño y reconocimiento; otro, el del manipulador al que encarna Carell, por desbordarse en su narcisismo y servirse del inexperto luchador para mejorar su imagen (en este punto conviene subrayar, por común en este tipo de perfiles psicológicos, la presencia dominadora y castrante de su madre, interpretada por Vanessa Redgrave).

Oscura e hipnótica, y muy atrayente pese al asco que despierta Dupont, la película se inspira en una historia real y recurre a un contraste muy bien traído entre la potencia de las pasiones enfermas que mueven a los personajes protagonistas y la frialdad del ambiente, los tonos neutros, la nieve.

Foxcatcher estremece, genera malestar y muchas preguntas posibles que puede que no estén sólo en la película sino dentro de cada uno; es una invitación a asomarse en las profundidades.

PUEDE GUSTARTE SI DISFRUTASTE CONThe Master de Paul Thomas Anderson; El doble del diablo de Lee Tamahori, Dogville de Lars Von Trier

 

 

NIGHTCRAWLER
Tanta o aún más repulsión que el personaje de Carell en Foxcatcher causa el de Jake Gyllenhall en Nightcrawler, el filme de Dan Gilroy contra los excesos sensacionalistas de cierto tipo de periodismo que fue nominado al Óscar al Mejor Guión Original. El actor, protagonista absoluto de la película, repite como trastornado tras Enemy en un papel que lo convierte en psicópata manipulador capaz de matar, allanar viviendas, mover cadáveres y hacer saltar por los aires las reglas de la circulación con tal de conseguir carnaza, vísceras y sangre para el telediario y, en el camino y sobre todo, para forrarse.

No es la primera peli que aborda el tema (lo hicieron Billy Wilder o Sidney Lumet) pero sí es la que lo hace de forma más descarnada, nunca mejor dicho, y exagerada también: fijaos en la escena en que un video de horror puro causa al reportero y a la directora del informativo un placer casi sexual.

El propósito de Nightcrawler es claramente el de la denuncia y su final nos deja helados, ¿o nos lo esperábamos?

PUEDE GUSTARTE SI DISFRUTASTE CONEl Gran Carnaval de Billy Wilder, El honor perdido de Katharina Blum de Volker Schlöndorff, Network (Un mundo implacable) de Sidney Lumet, Taxi Driver de Scorsese

 

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