Victoria Combalía
Francesc Torres concibió el año pasado una instalación titulada “Perder la cabeza” para la Fundación Telefónica y el Centro Cultural Tecla Sala.
La tesis subyacente era que existen tres asuntos en los cuales se pierde la cabeza: el amor, la revolución y una experiencia religiosa extrema. Ahora, esta instalación es la parte final de este proyecto. En una enorme sala, en la penumbra, una lámpara de cristal cuelga del techo. Se enciende y apaga cada un intervalo fijo de segundos, de forma absolutamente teatral. En las paredes, el espectador, medio desorientado, acaba por encontrar unos altavoces: en ellos se oyen las más de 50 cintas procedentes de teléfonos públicos. La experiencia es curiosa, desconcertante, divertida; con su ración de morbo y humor.