En 2023, el joven fotógrafo colombiano Felipe Romero Beltrán resultó ganador del certamen KBr Photo Award, convocado por la Fundación MAPFRE para ofrecer oportunidades y visibilidad a los creadores noveles en esa disciplina. Nacido en Bogotá y formado en Buenos Aires, Jerusalén y Madrid -el año pasado, se doctoró en Ciencias de la Información en la Complutense con una tesis sobre la imagen documental-, este autor viene situando sus proyectos a medio camino entre ese género documental (se ocupa del registro de lo cotidiano, atiende a realidades históricas y geográficas definidas) y el puramente creativo, cercano a la pintura e incluso a lo performativo, de ahí que podamos considerar que sus obras abarcan un ancho campo de estudio relativo a la visualidad en su conjunto.
Hablando de geografías, se ha centrado Romero Beltrán en las que padecen o son objeto de tensiones y conflictos: uno de sus primeros trabajos fue Magdalena, dedicado al río de su país que, desde los años sesenta y hasta hace una década, fue escenario de combates entre las FARC y el ejército y tumba de muchos de sus muertos; después llegaron Dialecto/Dialect, sobre el limbo legal en el que se encuentran quienes atraviesan el Estrecho de Gibraltar, o las piezas audiovisuales Recital (2020), Instrucción/Instruction (2022) y Esta es tu ley/This is Your Law, que le valieron el reconocimiento internacional: el año pasado expuso en el FOAM de Ámsterdam.


La propuesta con la que Romero se hizo con el KBr Photo Award fue Bravo, y de nuevo nos llevaba a un terreno de frontera, y por eso de disputa: el río que separa Estados Unidos y México. Discurre a lo largo de 3.000 kilómetros, pero el fotógrafo eligió ubicar su investigación en su ribera próxima a Monterrey, donde miles de personas tratan de cruzarlo en sus migraciones, un hábito que tiene un peso fundamental en los modos de vida y la identidad de quienes residen en la ciudad. Constituye ésta la última etapa de periplos más que duros desde Colombia, Honduras, El Salvador o Guatemala; y los alrededores de Monterrey, una zona militarizada: aquello que ocurre antes de vadear el río interesa al artista más que su cauce en sí, actor secundario. En palabras de Romero, el río Bravo no ordena su proyecto, sino que lo limita: Es un ejercicio de extenuación hasta llegar al río, sin posibilidad de cruzarlo. En ese sentido, el río existe en cuanto su negación visual, centrando el interés sobre aquello que precede: la entrada a Estados Unidos.
Son cincuenta y dos las imágenes que componen este ensayo, entre arquitecturas -en las que se subrayan texturas, colores y las huellas del paso de los migrantes-, personas y paisajes, estructuradas en la muestra que ahora le brinda la Fundación MAPFRE en Madrid en cierres, cuerpos y brechas.


En el primer conjunto, Romero detecta fronteras en el interior de las casas que remiten a las externas, desde perspectivas próximas a lo conceptual: las encuentra en las esquinas o derivadas de la ubicación de los muebles, y la presencia ocasional de piedras refuerza su sentido de límite. También fuera: en los bordes exteriores de las viviendas, en los pequeños caminos que mueren en el río.
En cuanto a la serie de cuerpos, éstos aluden a sus esfuerzos y resistencia durante la experiencia de los migrantes: en ellos se encarna el cansancio y también la esperanza, se llegue o no finalmente a franquear el limes estadounidense. Las brechas apuntan a las arquitecturas e infraestructuras, algunas inacabadas, de aquella tierra a medio camino entre dos.

Se completan estas obras con una pieza audiovisual, El cruce, cuya realización es anterior a las fotos y que amplía la presencia del río hacia asuntos más extensos que los fronterizos: un bautizo protestante, un concurso de pesca, entrevistas sobre cuestiones lingüísticas, el testimonio de un nadador que no tiene intención de cruzar el Bravo, y el del vendedor de la ropa mojada de los migrantes, que sí lo hace para su propia supervivencia. Al margen de su sobrevenido rol político, el río también es río, medio de vida y de esparcimiento en un área geográfica que es un espacio de transición, con una lógica interna y propia ajena a la épica y alternativa a su presencia en el cine y la literatura.
Esta exhibición, comisariada por Victoria del Val, coincide en las salas de la Fundación MAPFRE en Recoletos con la mayor monográfica hasta ahora de José Guerrero, quien fotografía la naturaleza, las arquitecturas, las arqueologías y el paso del tiempo sobre ellas desde un enfoque lírico. También con el repaso a la principal propuesta fotográfica de Nicholas Nixon: la dedicada a las hermanas Brown.

Felipe Romero Beltrán. “Bravo”
Paseo de Recoletos, 23
Madrid
Del 5 de junio al 24 de agosto de 2025
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