La vertiente menos conocida de las colecciones de Peggy Guggenheim se exhibe en la Fondazione Mazzotta de Milán
La Fondazione Antonio Mazzotta y la Galleria del Gottardo y el Museo delle Culture de Lugano presentan, en la sede de la primera de estas instituciones en Milán, la muestra “Ethnopassion”, que recoge 36 obras que Peggy Guggenheim adquirió en la década de los sesenta en África, Sudamérica y Asia, piezas que nos permiten estudiar una de las facetas menos conocidas de la mecenas: su gusto por el arte étnico.
Muchas de ellas es la primera vez que se exhiben en público y sirvieron de inspiración a algunos de los creadores más representativos del Surrealismo, quienes pudieron contemplarlas de primera mano. Estas obras, recientemente restauradas, se exponen junto a valiosas fotografías y documentos que nos ayudan a comprender mejor su importancia. La pasión de Guggenheim por el arte primitivo pudo surgir a partir de la tormentosa relación que la coleccionista mantuvo con Max Ernst, gran aficionado al mismo y poseedor de algunas piezas que después pasarían a engrosar los fondos de la norteamericana. Su pasión por el arte de culturas ancestrales era auténtica y genuina, surgida de una atracción inconsciente que iba más allá del deseo de conocer los orígenes culturales de los tesoros que compraba. Tampoco hay que olvidar el interés ornamental que para Peggy Guggenheim tenían estas piezas tan especiales y la probable influencia en sus gustos de las modas de su tiempo, pues en aquella época numerosas rarezas llegadas de Asia o África se convirtieron en objetos de deseo para numerosos coleccionistas y en fuente de inspiración para grandes artistas. La muestra “Ethnopassion” pretende, no sólo ilustrar el ambiente intelectual en el que se desarrolló el interés de Peggy por el arte étnico, también resaltar el valor antropológico de cada una de las obras expuestas según se desprende de las ultimas investigaciones en torno a ellas.
“Ethnopassion”