NOMBRE: Vicente
APELLIDOS: Prieto Gaggero
LUGAR DE NACIMIENTO: Santiago de Chile
FECHA DE NACIMIENTO: 1989
PROFESIÓN: Artista
Hemos conocido a Vicente Prieto, nuestro fichado esta semana, el pasado verano en la sala barcelonesa Víctor Lope Arte Contemporáneo: presentó allí “Blindaje por resonancia”, un compendio de piezas en las que dejaba translucir su concepción de la tradición como herramienta para la reflexión política y sobre los procesos de control propios de la sociedad contemporánea; en su caso, él toma de ese pasado el bruñido y lo pone al servicio del trabajo en barro, defendiendo de este modo la posibilidad de optar por procedimientos creativos sostenibles que, además, evocan por sí mismos lo ancestral y orgánico frente al artificio. Las obras que formaban parte de aquella muestra eran estructuras elaboradas artesanalmente cuyas formas remitían a estrategias de vigilancia por parte de los gobiernos y a las posibilidades del sujeto individual de, ante ellas, defenderse y resistir.
Licenciado en Diseño por la Universidad Diego Portales de Santiago de Chile, Prieto ha cursado en este mismo centro un postgrado en Paisajes del arte y un máster en Arte, Arquitectura y Diseño. Territorio y Paisaje, para posteriormente desarrollar en la Escuela Massana de Barcelona, donde actualmente reside y trabaja, un postgrado en escultura en cerámica. Ganador el año pasado de una beca ChileCrea del Fondo de Culturas de Chile, otras individuales las ha presentado en las galerías OMA, Concreta e Isabel Croxatto (Santiago de Chile), La Salita (Nueva York) o la Galería Nueva de Madrid y su participación en colectivas le ha llevado a espacios como las salas santiaguesas Blanco y Negro, Casa en Blanco, Casa Uno, Madhaus, Casa Amalia y el Palacio Cousiño; el Club de Arte de Tulum, en México; la Galería Miscelánea y Piramidón (Barcelona) y la Galería Vilaseco coruñesa. Desde hace dos años, además, este autor ha acudido a residencias en Madrid (La Embajada), A Coruña (12 Miradas) y Barcelona (Piramidón).
Se suma Vicente a nuestros Fichados porque queremos saber más de las razones de su uso del barro y de otros materiales no precisamente recientes y de sus análisis sobre cómo el cuerpo ha sido concebido y representado en el paso de los siglos; también de su utilización del mismo cuerpo como motivo para explorar nuestras relaciones con la materia, la orgánica y la construida por mano humana, y con nuestro mundo sumido en la transformación industrial y tecnológica.
Hablaremos mucho de barro con él, porque dos experiencias vitales en las que la tierra estuvo presente, y que generaron en él sensaciones no menores, tienen -nos cuenta- mucho que ver con sus inicios como artista: Desde que tengo memoria, siempre he sido muy curioso con los materiales. Creo que ese fue el verdadero comienzo. Un proceso que se fue profesionalizando con el tiempo en cuanto a metodologías e investigación, pero que mantuvo viva esa curiosidad inicial. Pienso que hay dos experiencias en particular que me marcaron y me conectan con el material que exploro hasta hoy: la arcilla.
La primera fue el descubrimiento de una pieza de cerámica precolombina en el altiplano andino, durante un viaje por el norte de Chile. Esa experiencia inició mi fascinación por la durabilidad de este material y abrió la interrogante sobre la resistencia de los objetos y su permanencia en el tiempo. ¿Cómo sobreviven? ¿Qué necesidades, técnicas y materiales sostuvieron su existencia? ¿Quiénes fueron los que mantuvieron viva esa continuidad? Otra experiencia que recuerdo ocurrió cuando, siendo niño, una persona me ofreció dos billetes a cambio de que trajera un puñado de tierra de un lugar lejano. En el camino me perdí varias veces, pero logré regresar con la tierra, fangosa y con la forma de mis manos empuñadas. Esa aventura casual me conectó de una forma física y emocional con la arcilla. Porque en ese momento sentí algo más allá del material: libertad, misterio y asombro. Esa misma persona después me presentó a Pasolini, a los movimientos rebeldes feministas, a la crítica y al humor. Así, mi relación con los materiales se convirtió en una exploración, no sólo de técnicas, sino también de ideas.
El descubrimiento de una pieza de cerámica precolombina en el altiplano andino, durante un viaje por el norte de Chile, inició mi fascinación por la durabilidad de este material.
En sus proyectos más recientes, sus indagaciones en el cuerpo humano tienen fundamentalmente que ver con el medio urbano; establece relaciones estrechas entre ambos, sobre todo entre nuestra fisicidad y la ciudad moderna: Hoy, mi obra explora principalmente la relación entre el cuerpo humano y la ciudad. Me interesa el cuerpo como una extensión de los entornos urbanos, y viceversa; cómo la ciudad refleja aspectos de nuestra propia anatomía y experiencia. Trabajo en la intersección entre lo orgánico y lo tecnológico, construyendo piezas que simbolizan una especie de “cuerpo-cyborg”, una mezcla de lo humano con lo tecnológico. También toco temas sobre la identidad cultural y cómo elementos precoloniales y filosofías occidentales se encuentran.
Su terreno, como ya habréis adivinado, es el de la escultura, y el barro, como hemos visto, es su material fundamental, tanto por su capacidad evocadora como por sus propiedades físicas. No obstante, últimamente también ha llevado sus indagaciones a otros materiales y a la pintura: Trabajo principalmente con barro, con su maleabilidad y conexión histórica, que me permiten explorar conceptos de identidad y memoria. Su peso y su pegajosidad evocan la gravedad de la existencia, aportando una dimensión material y sensorial a mi práctica. Trabajo con técnicas precoloniales latinoamericanas, manteniéndome fiel a sus métodos primarios de relación entre materia y forma. Actualmente, también investigo combinaciones de arcilla con materiales industriales y sintéticos, como metales, para simbolizar la intersección entre lo natural y lo artificial.
La arcilla se convierte en la clave para expresar mis ideas y emociones, permitiéndome jugar con acciones como amasar, dilatar, contraer, agrietar, abigarrar, ahuecar y alisar. Actualmente, me encuentro investigando plásticamente la pintura a través de la técnica de la punta de plomo, estableciendo conexiones con los cuadernos de anatomistas que emplearon este método en sus investigaciones. Esta exploración me posibilita reflexionar sobre la relación entre la representación y la anatomía.
Trabajo con técnicas precoloniales latinoamericanas, manteniéndome fiel a sus métodos primarios de relación entre materia y forma. Actualmente, también investigo combinaciones de arcilla con materiales industriales y sintéticos.
Sus referencias son diversas, en fondo, forma y tiempo; artísticas y teóricas: Mis influencias se extienden desde las culturas precoloniales del altiplano andino de Latinoamérica, cuyas técnicas establecen una relación íntima con el entorno, hasta los anatomistas y pensadores del Renacimiento y la Contrarreforma. Para estos últimos, el cuerpo era más que un conjunto de órganos; representaba un microcosmos que reflejaba tanto lo físico como lo metafísico. Esta perspectiva es hoy la que me inspira a concebir el cuerpo humano como modelo de lo construible, lo imaginable y lo explorable. Me refiero a lo explorable porque, en esas épocas, aún no existían todas las técnicas para investigar el cuerpo; la exploración y la imaginación eran fundamentales para comprender su complejidad.
Actualmente, he estado profundizando en la visión de Ulisse Aldrovandi, quien describía el cuerpo como un “teatro del mundo”, sugiriendo que cada parte del mismo refleja y resuena con el entorno, enfatizando una conexión holística entre el ser humano y su contexto.
Para profanos, podemos señalar que Aldrovandi fue un naturalista y científico boloñés que vivió fundamentalmente en la segunda mitad del siglo XVI. Se interesó por la botánica, la zoología y la geología, fue el primer profesor de historia natural y bajo su auspicio se creó el Jardín Botánico de su ciudad natal.
A la hora de hablarnos de sus principales proyectos hasta ahora, comienza por Blindaje, al que empezamos refiriéndonos, para continuar explicándonos trabajos recientes ligados a sus estudios del cuerpo, sus lazos con la tecnología, el entorno y la postpandemia: Blindaje, colonización digital (2023) es un proyecto escultórico que investiga las complejas relaciones entre los individuos y su entorno, centrándose en la noción del cuerpo fragmentado. Utiliza técnicas ancestrales de los pueblos precolombinos y de la cerámica europea para reflexionar sobre la unión y separación en las interacciones humanas. Aborda el impacto del neoliberalismo cibernético en nuestra identidad, planteando cuestionamientos sobre el poder tecnológico y la privacidad en un mundo en constante cambio.
En Todo lo que puede un cuerpo (2021) presento uno sin rostro que simboliza la carne despojada de interioridad. Utilizo el cuerpo como una superficie pura, destacando su plasticidad y versatilidad al adoptar diversas formas. A través de metáforas materiales, cuestiono las narrativas convencionales y exploro el cuerpo como una materia en continua transformación, desafiando la noción de identidad.
Érase una vez el fin (2023) se presenta como una narrativa surrealista que reflexiona sobre la postpandemia, transformando objetos cotidianos en fósiles de una civilización afectada por un virus. Con una estética que combina la cerámica con elementos cyberpunk, la obra invita a contemplar la nueva normalidad y los cambios en nuestra relación con el entorno.
En Futuros Subterráneos (2021), exploro la piel como un lienzo que registra la experiencia humana. A través de la manipulación técnica de la arcilla, represento las características de la piel, creando una conexión entre el cuerpo y el entorno. La obra examina cómo el cuerpo reacciona a la tecnología y la producción en serie, estableciendo un diálogo visual entre la piel y la arcilla que resalta sus cualidades y su capacidad de adaptación.
El próximo proyecto de Vicente se mostrará en Chile y en él entra en juego el vacío: Actualmente, desarrollo un proyecto titulado Disecciones, que se exhibirá en Chile y explora la relación entre el cuerpo, la ciudad y la naturaleza a través de una instalación en arcilla y pinturas realizadas con punta de plomo. Esta obra reflexiona sobre las fracturas que emergen entre el ser humano y su entorno. Inspirado en la tradición de los anatomistas y filósofos de la Contrarreforma, el proyecto indaga en los espacios vacíos y las capas que dividen piel, músculo y hueso, tomando el cuerpo diseccionado como punto de partida.
Disecciones aborda cómo el cuerpo ha sido históricamente la medida de lo artificial y lo arquitectónico, combinando técnicas precoloniales con la punta de plomo para revelar disecciones simbólicas de él y encontrar en el vacío un reflejo de lo construido y lo posible: un espacio silencioso desde el cual articular nuevas perspectivas.
Seguid los pasos de Prieto Gaggero, conectando pasado y presente por la vía de la piel, en www.vicenteprietogaggero.com
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