NOMBRE: Vera
APELLIDOS: Galindo Ferrer
LUGAR DE NACIMIENTO: Sástago, Zaragoza
FECHA DE NACIMIENTO: 1995
PROFESIÓN: Diseñadora gráfica e ilustradora
Hacía muchos meses que no hablábamos de ilustración en Fichados, desde que hace algún otoño charlamos con la gijonesa Belén García Montoya (Begmont). Hoy traemos a esta sección a Vera Galindo, a quien conocimos hace dos años en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza: su obra formó parte de la muestra “Pioneras ilustradas”, en la que una quincena de ilustradoras como ella ponía imagen a las primeras mujeres que pudieron formarse en ese mismo centro.
Graduada en Diseño Gráfico por la Escuela Superior de Diseño de Aragón, Galindo ha trabajado como diseñadora gráfica y web, animadora 2D e ilustradora desde hace casi una década (desde 2022, también dentro de Huracán Estudio) y ha recibido el Premio de Diseño Eboca (2016), por su serie de vasos ¡Pedalea!, y el Premio Apila Primera Impresión (2020) por su álbum infantil ilustrado ¿Cómo lo ves?, que fue seleccionado como uno de los mejores proyectos en ese área publicados en aquel año por The New York Public Library. Además, fue galardonada en #CambiaElMuseo3 su propuesta de animación 2D + 3D Bomberos, mangueras y Rock n’ Roll, realizada en colaboración con Juan Rubio, y otra de sus creaciones junto a este autor, Con más ganas que nunca, obtuvo un accésit en la convocatoria para seleccionar el cartel de las fiestas del Pilar 2022.
Vera es autora e ilustradora de la citada publicación ¿Cómo lo ves?, que se ha traducido al inglés, el turco y el danés y cuenta con dos ediciones, y de ¿Quién es quién? (Bululú, 2022) y Lila y Lola (Apila Ediciones, 2024); también ha ilustrado textos de Míchel Suñén (Los Gigantes y las fiestas del año, Doña Urraca, la Guardiana del Piquete), Félix Teira (El nieto de Goya) y Patricia Cotaina (La tronca de Navidad).
Se suma a nuestros Fichados porque queremos saber más de su vocación por contar historias a través de técnicas a priori tan distintas como la ilustración, la animación o la pintura mural y de las diferencias que imprime a su lenguaje en unos u otros medios; también de los procesos previos a cada uno de sus proyectos, que en ocasiones requieren una investigación importante sobre los contextos.
En relación con sus inicios, nos ha contado Vera que no recuerda un momento concreto en que situar el comienzo de su interés por la creación y el deseo de dedicarse a ella, pero que sus estudios, y el respaldo de algunos premios, le ayudaron a encauzar sus pasos: De pequeña dibujaba, me gustaba mucho contar mis historias y crear personajes, aunque la verdad, nunca pensé dedicarme a ello profesionalmente. Estudié Bachiller artístico y eso me hizo acabar en Diseño, donde descubrí realmente la ilustración y todas sus posibilidades. Ahí si me lo empecé a plantear y a encaminarme poco a poco hacia ello, si bien es cierto que el punto en el que pude focalizarme totalmente en proyectos de ilustración fue después de ganar el Premio Apila Primera Impresión con “¿Cómo lo ves?”, y su posterior publicación.
Por la diversidad de las propuestas y técnicas en las que se desenvuelve, los temas que ha abordado también son dispares, e incluso en el marco de cada trabajo en particular, no necesariamente obvios. Parte de la riqueza de la producción de Galindo reside en su adaptación al medio y en el arco amplio de público al que se dirige: Me gusta variar mucho la temática y el enfoque de mi obra, prestando mucha atención siempre al color y las texturas. Quiero componer de una manera en la que tú tengas que unir conceptos para comprenderlo todo, que la lectura no sea demasiado evidente y, si es posible, que te invite a reflexionar o a buscar tu propio significado.
Creo que, dependiendo del soporte, el tema o concepto varía totalmente y es que, si me muevo en ilustración editorial, me gusta hablar sobre valores que considero importantes para los más pequeños e intento promoverlos a través del juego, de una manera divertida. Cuando el proyecto es mural me gusta adaptarme totalmente al entorno y a su gente: contar su historia con mi lenguaje, pero que hable de quien vive ahí o de algo que les mueva. Al final son quienes van a verlo todos los días, quienes van a vivirlo; me gusta que aporte y conecte.
Nos desvela Vera las técnicas con las que trabaja; en ilustración se vale de procedimientos tanto manuales como digitales, y en sus murales, de pintura plástica: En ilustración suelo trabajar con técnica digital en Procreate, con el Ipad, aunque últimamente estoy volviendo mucho a lo analógico. Para uno de los últimos libros que publiqué con Apila Ediciones, “Lila y Lola”, realicé todas las ilustraciones por partes a mano, con pintura plástica, acrílico, rotuladores y lapiceros. También hice diferentes texturas sobre papeles distintos y una gran búsqueda de papeles con texturas muy curiosas. Posteriormente lo escaneé y compuse las ilustraciones con Procreate. Después en algunas trabajé más ciertos aspectos de manera digital, otras se quedaron casi como en analógico. Al final conseguí un acabado del que estoy muy contenta y, para mí, el proceso fue puro juego y experimentación; me encanta salir un poco de lo que suelo hacer para buscar nuevas soluciones.
En mural suelo trabajar con pintura plástica, aunque dependiendo del soporte también he utilizado spray. Me encantan los soportes verticales, las paredes con ventanas o peculiaridades que puedes integrar en la obra… Busco el poder adaptarme al soporte y generar algo que tenga que ver con él.
Sus referentes, como los de muchos autores de su generación, son muy diversos y llegan de múltiples fuentes; menciona algunos ilustradores y artistas muy en activo: Me inspira mucha gente de ámbitos y estilos muy diferentes, y creo que esto va cambiando constantemente. Me encanta cómo trabajan Elena Hormiga, Catarina Sobral, Guridi, Elisa Arguilé, Aryz, Maiky Maik, Perrine Honoré, Twe Muizen… pero también muchas otras personas, dependiendo del momento y de las circunstancias. Creo que en estos tiempos que vivimos, rodeados de tantos estímulos visuales, tenemos fuentes de influencia de las que igual ni somos conscientes.
A la hora de hablarnos de sus principales proyectos hasta ahora, comienza precisamente por ese álbum Lila y Lola, disponible en castellano e inglés en Apila (y la narración de sus orígenes es digna de relato): Este año ha sido bastante movidito; en marzo se publicó “Lila y Lola” con Apila Ediciones, un álbum ilustrado infantil que surgió de un proyecto personal.
La idea partió de un boceto que hice un día donde dibujé un tigre en la selva. Después del tigre dibujé una niña y le puse una correa, como si lo estuviera sacando a pasear. Todo esto sucedió en un momento de vacaciones, sin pensar mucho ni buscar ningún resultado. Ni siquiera me pregunté por qué había hecho a un tigre de “mascota”, salió así. Ese dibujo lo guardé, como otros tantos, pero se quedó de alguna manera en mi subconsciente. Ese mismo año pinté un mural de un tigre, inspirado en ese mismo, y más tarde hice unas pegatinas, de un tigre también. Casi un año después, en una semana más tranquila de trabajo en la que estaba revisando bocetos viejos, volví a reencontrarme con la imagen inicial y ahí fue donde comenzó todo. Esta vez la vi de una manera completamente diferente: me di cuenta de que esa imagen contaba mucho sin necesidad de ninguna palabra. Era un tigre “domesticado”, tenía una correa, pero estaba en la selva. ¿Habían ido a buscarlo? ¿O lo estaban devolviendo? ¿Por qué esa niña estaba ahí?
Comencé a darle vueltas a la idea. Estaba claro que no iba a dejar acabar el libro con el tigre “atado”. Pero también estaba claro que ese tigre -bueno, tigresa- tenía que pasar por la ciudad en algún momento, por eso llevaba correa. No me pareció muy difícil imaginar cómo podría ser la personalidad de Lila: una niña, un poco caprichosa por cierto, que piensa que le está haciendo un favor a su queridísima tigresa llevándola a la ciudad. ¿Pero cómo no le va a gustar vivir en la ciudad? Lila no es mala persona, pero tampoco se ha parado demasiado a intentar entender a Lola.
Me di cuenta de que ese boceto podía acabar en un álbum y, personalmente, me apetecía hacer algo diferente. Llevaba una temporada en la que había estado trabajando mucho en exterior, en muralismo, y lo que más quería era aplicar un poco de técnica manual y textura, porque la temática, además, también me lo pedía, aunque luego me llevaría todo a digital para mezclar y componer.
Quería trabajar con collage digital y darle un aspecto más caótico en ciertas páginas. Que la textura fuera muy importante, que las líneas se salieran de la figura, que tuviera un toque manual e imperfecto que le diera mucha naturalidad. Quería hacer lo que me apeteciera y disfrutar experimentando. Iba a jugar con diferentes papeles, también, y con todo lo que hiciera falta para que la ilustración fuera lo más expresiva posible. Era un experimento que me apetecía mucho hacer y en un momento en el que tenía bastante tiempo para ello. Fue un proyecto personal y me apetecía pasármelo bien, que se publicara o no ya sería cosa del futuro.
Creo que por esto puede diferenciarse con proyectos anteriores bastante en estilo. Es más manual, con más texturas, más expresivo y despreocupado con las formas… Me gustó tanto el proceso y el resultado que en otros proyectos estoy jugando con técnicas similares.
También tenía un objetivo respecto a la ilustración y su unión con el texto: tenían que ser en cierta manera “independientes”. El texto va todo el rato contradiciendo a la imagen. De esta manera, si solo lees el texto, el álbum acaba de otra manera. Si solo lees la imagen, lo entiendes más o menos. Pero cuando lees juntos texto e imagen, comprendes la historia totalmente. Me parecía muy interesante el hacer al espectador estar atento a las imágenes en un álbum en el que hablo precisamente de lo contrario, de no prestar atención.
También preparé un booktrailer. Me parece, a día de hoy que todo está en redes, muy importante el poder presentar el libro de manera digital. Y qué mejor que con una animación. Los personajes están animados frame to frame en Procreate a 6fps y fue montado y animado posteriormente en After Effects.
Igualmente, he formado parte de otro álbum ilustrado familiar que habla de los Gigantes de Zaragoza y sus festivos, escrito por Míchel Suñén. En el álbum, “Los Gigantes y las fiestas del año”, tuve que dar vida a la comparsa de gigantes de Zaragoza y a algún cabezudo. Es genial poder volver a ser niña y darte cuenta de cómo cambia la percepción de lo mismo de entonces a ahora. Ha sido un proyecto muy divertido.
En el ámbito mural, estuve en el Festival Asalto en Farlete (Aragón), donde hablé de recuerdos. Fue genial porque estuvimos un día charlando con sus habitantes: semanas antes de intervenir, nos contaron tradiciones, historias, nos enseñaron el pueblo y alguno incluso su casa. Una fase previa de documentación así es lo mejor, poder preguntar de primera mano y buscar el hilo que quieres trabajar. En el mural representé a la que fue dueña de la casa, la protagonista, a la derecha del todo, echando la vista “atrás”. Como si estuviera tomando la fresca en su propia puerta de casa y recordando con viejos amigos todo lo que vivieron desde que tienen memoria.
En la composición principal, podemos ver fragmentos de recuerdos de su vida en Farlete; algunos completos, otros entrecortados y que varían en aspecto y color dentro de la misma imagen. Nos recuerda que todo cambia según cómo y cuándo lo recordemos. Cuando se subía con las mulas a la ermita, el anhelo del agua y de la lluvia, el bandido cucaracha, las tinajas, la torre de la iglesia, una avutarda, un porrón de vino, una vieja radio antigua… son algunos de los símbolos que podemos encontrar entre todos los recuerdos que se mezclan, entrecortan y fusionan.
También estuve interviniendo en mi soporte creo que más grande hasta ahora: unos tanques históricos de vino de 12 metros de alto por 7 de diámetro de la bodega de Maluenda Raíces Ibéricas. Al mural lo llamé “Raíces del vino” y utilicé una composición similar a la del anterior mural: habla de muchos de los momentos que forman parte del vino. Se trata de una composición que captura la esencia y el recorrido del vino, desde el momento en que la viña es plantada hasta que el vino es descorchado. Está compuesto por una serie de fragmentos que representan diferentes escenas de su ciclo de vida; cada fragmento es una ventana que permite a los observadores entender y apreciar las etapas del proceso, destacando todo lo que hay detrás de cada botella y el factor social y humano.
Podemos ver diferentes escenas que representan el crecimiento, la vendimia y la alegría que supone en ese momento crucial, la elaboración llena de mimo y cuidados en la bodega y el disfrute final en casas y bares con motivo de reuniones de amigos, familiares, disfrute y celebración.
Estuve interviniendo en directo en la Plaza del Pilar de Zaragoza en el “Hola Primavera”, donde me pidieron representar la llegada de la primavera y decidí hacerlo con la protagonista viendo florecer por sus prismáticos unas flores, como si se estuviera acercando la estación a lo lejos.
Próximamente nos enseñará Vera nuevos murales y álbumes ilustrados: Ahora mismo estoy con un par de proyectos personales de álbumes ilustrados entre manos; espero terminar y moverlos un poquito para ver si los saco a la luz pronto. En ellos he querido jugar y experimentar mucho con la ilustración y son completamente diferentes entre sí e incluso a otras cosas que he hecho anteriormente.
También estoy buscando hueco para trabajar algo de obra. Llevo mucho tiempo queriendo hacerlo y al final, entre un proyecto y otro, siempre voy posponiendo o acabo dejándolo en boceto para mural. Tengo varias ideas en la cabeza para desarrollar y me gustaría poder focalizarme en ello, porque es algo que me apetece mucho.
Podemos seguir sus pasos aquí: https://veragalindo.com/