NOMBRE: Ricardo
APELLIDOS: Escavy
LUGAR DE NACIMIENTO: Calasparra, Murcia
FECHA DE NACIMIENTO: 1979
PROFESIÓN: Artista
La feria MARTE, cuya próxima edición llegará, por cierto, este mismo mes de mayo, nos dio la oportunidad de conocer en 2019, en el stand de Shiras Galería, a Ricardo Escavy, que se suma ahora a esta sección porque queremos saber más de la confluencia en su trabajo de lo meramente plástico y de lo musical, relacionados en el terreno de lo perceptivo: de sus caminos para trasladar a las dos dimensiones estímulos sonoros, en forma de ritmos, tonos y sugerencias temporales.
Licenciado en Bellas Artes en la Facultad de San Carlos de Valencia, se ha formado también en el Instituto Universitario de Estudios Superiores de Artes Plásticas Armando Reverón de Caracas, en 2001, y ha presentado muestras individuales en centros como el Museo de la Universidad de Murcia y la Sala Luis Garay, la Sala de Exposiciones de CajaMurcia en Torrepacheco, el Museo de San Javier, el Centro Cultural de Ceutí, la Artifact Gallery de Nueva York, la Casa de Cultura de Yecla, el Centro Párraga y el Palacio Almudí murcianos o la citada Galería Shiras. Asimismo, hemos encontrado sus creaciones en citas como ARCO, ESTAMPA, ART MADRID, BCN ART FAIR, ART SANTA FE, MANIFESTA o TANGRAM.
No es el primero de nuestros fichados que aborda líneas y colores desde la perspectiva del sonido -en las creaciones de Ana Pérez Ventura desempeñaba un papel importante su faceta como pianista clásica-, pero la producción de Escavy no nace tanto de un intento de atrapar el tiempo sonoro como del de establecer esas relaciones perceptivas entre la música y el arte.


Hemos hablado antes de su paso por Venezuela; aquella formación en Caracas hace algo más de dos décadas resultaría fundamental en la trayectoria de Ricardo: Todo comienza tras mi estancia como becado en Caracas, donde tomo gran interés por la geometría, claramente influido por maestros venezolanos como GEGO, Otero, Cruz–Díez o Soto. Tanto fue así que, a mi regreso, realicé mi primera muestra individual con todo aquel material producido en Venezuela, fruto de aquellos meses determinantes. Creo que a partir de entonces entendí que ese era el canal para comunicarme, donde poder expresarme a través de la imagen, en el sentido amplio de la palabra.
Uno de los ejes de su trabajo, que ya hemos mencionado, es la música; otro es la geometría por la que quedó entusiasmado durante aquella beca: Mi interés creativo se encuentra dividido en dos grandes vertientes. La primera, quizá por mi estrecha relación con la música, siempre ha estado muy vinculada al sonido, al establecer correspondencias entre dos lenguajes. Los distintos elementos gráficos que conforman mi obra y su comportamiento en el entorno plástico son entendidos como si de estímulos sonoros se tratase, ya que, al conjugarlos, generan microcosmos sinestésicos donde el ritmo, el tono del color y el espacio creado en el interior de la imagen producen una sensación de temporalidad para así llevar al espectador hacia una contemplación temporal y sonora de mi obra.
El otro es el propio código plástico presentado desde una mirada geométrica, aunque alejada de esa rigidez cartesiana, para proponer piezas concebidas con un enfoque, lúdico en ocasiones, que otorga calidez a esa frialdad de la matemática en la geometría.
Los distintos elementos gráficos que conforman mi obra y su comportamiento en el entorno plástico son entendidos como si de estímulos sonoros se tratase.

Escavy se ha desenvuelto fundamentalmente en el medio pictórico, pero también ha trabajado en grabados, y sus formatos han sido diversos: Podría decir que estoy instalado dentro de la pintura y utilizo diversos materiales para ello. Esto viene determinado por el tipo de pieza o proyecto que lleve entre manos, desde la propia pintura, como el esmalte, el óleo o el acrílico, hasta procedimientos gráficos como la serigrafía o la impresión digital. En cuanto al soporte y los formatos, también son diversos: desde un tres metros por dos en tabla, hasta una guitarra eléctrica.
Sus referentes van más allá del contexto latinoamericano. Cita a figuras fundamentales de la abstracción postpictórica; de la geométrica en nuestro país, desde sus inicios a la actualidad; o a artistas que han buscado abiertamente el dinamismo: Mis influencias son de raíz geométrica, cuyo germen puede residir en el suprematismo, el constructivismo e incluso en el neoplasticismo de las primeras vanguardias. Aunque están más próximas a las tendencias racionalistas de las segundas vanguardias, como la nueva abstracción americana, con Frank Stella al frente, o el arte cinético de Alexander Calder, entre otros. También entran dentro de la ecuación, como he comentado antes, los cinéticos y ópticos de América Latina. Y de España, el trabajo de artistas como Elena Asins, Eusebio Sempere, Soledad Sevilla o Jose Mª Yturralde.



Entre los proyectos fundamentales en los que hasta ahora ha trabajado, nos habla de tres conjuntos. A grandes rasgos, tienen que ver respectivamente con la geometría que no establece distancia con el espectador, sino todo lo contrario; con la traslación gráfica del sonido y con la generación de espacios.
Se fechan desde hace siete años y el primero es TNT. The Noise Time (2018): No hay forma de mirar una de las obras que conforman TNT sin que asalte a la retina en primer lugar la vivencia de la temporalidad, que es movimiento y, con él, devenir del cuadro a la vida. Las formas que logra situar en el eje de la dualidad por la combinación de líneas y colores no están ahí para ser geometría de una espacialidad sin vivencia; al contrario, emergen como invitación, como interpelación dirigida a quien las contempla. Hay una apelación constante al dialogismo.
Sus formas y colores son removidos en el eje de una constante mutabilidad que la pintura transfiere y ha hecho solidarias: la idea de polifonía, y la de dinamismo, inseparable de aquella. La geometría que los cuadros establecen, solo en su apariencia externa visual, es conceptualmente sonido, arte en el tiempo, evocación de ser que se ejecuta como experiencia de lo múltiple. Por esta poética, cada pieza permite ser mirada de modo distinto, como si el arte pictórico alcanzase el viejo ideal del lírico: ser vivencia del tiempo.

En SOUND ON (2020), entretanto, la geometría se convierte en soporte de poderosas escalas cromáticas que aportan a cada pieza una intensidad espacial excepcional, fruto de una lógica visual que parece interpretar la arquitectura de un pentagrama oculto, el eco de un big bang con universos por descubrir, sin narraciones unívocas, pero todas ellas producto de la matemática de la vida, donde proporciones y armonías describen el horizonte del fecundo mundo de las formas perceptibles. Intenta suavizar la geometría buscando otros medios para tratar gráficamente el sonido, canalizando de nuevo la música en la plástica, en un primer momento, a través de la transformación de guitarras y, más recientemente, con la creación de un proceso gráfico para hacer visible el sonido gracias al uso de un programa informático.
Esta relación entre arte y sonido no se entiende en términos antagónicos, sino como el encuentro de dos ámbitos que normalmente se desenvuelven con independencia. Suponen nuevas correspondencias que ahora albergan la posibilidad de estar en “acto”. Una actuación donde las majestuosas guitarras se convierten en fabulosas esculturas, microcosmos musicales, y donde un nuevo instrumento permite la interacción con el espectador: PGS Piano Graphic Simulator, que se convierte en el medio para traducir gráficamente en pantalla lo que es interpretado en sus teclas por cada uno de los espectadores.





Por último, SUITE (2022) está realizada con materiales industriales como el esmalte y el bote de espray. Se compone de una colección de doce pinturas sobre tabla, doce imágenes o danzas; como en series anteriores, los motivos y figuras geométricas describen en su seriación un movimiento en el interior del cuadro y con ello definen unos planos de profundidad, una espacialidad. Las líneas, círculos, cuadrados o rectángulos se deslizan sobre el plano describiendo un movimiento fragmentado, una armoniosa danza de figuras que crea un espacio sin tensión, mostrando un equilibrio en la distribución de las figuras y el color.
Estos paisajes interiores, y por tanto abstractos, son imágenes geométricamente construidas, composiciones alejadas del caos, donde se distribuyen con equilibrada sutileza formas y colores planos guiados por el instinto pictórico; donde el creador se deshace de lo concreto para recrearlo en la búsqueda de un orden interior que termina por generar en su dinamismo un ilusionismo espacial de naturaleza plástica.
Este proyecto se realizó ex profeso para la sala de columnas del Centro de Arte Palacio Almudí, Murcia, y parte de ese carácter disciplinario de la geometría clásica de los grandes maestros del siglo XX, que, filtrado por múltiples factores como el sonido, la temporalidad y el concepto de espacio, han provocado que ese rigor primigenio se transforme en algo más lúdico, generándose con ello otro tipo de propuestas plásticas en las que la rítmica y la variabilidad predominen entre otros muchos aspectos. Estas piezas muestran unos planteamientos plásticos de evidente dinamismo, pero cuidadosamente ordenado, buscando el equilibrio en la distribución de las masas y el color, que se desarrollan y deslizan sobre el plano en una armoniosa danza.






Muy pronto volveremos a encontrar a Escavy en la galería valenciana que nos lo descubrió: En estos momentos estoy embarcado en un nuevo trabajo, que verá la luz el próximo jueves 15 de mayo hasta el 27 de junio en Shiras Galería.
EUCROMÍA -del griego “eu” (bueno) y “khroma” (color)- se erige como una exploración visual en torno a la armonía cromática y su capacidad para construir ilusiones ópticas y formas imposibles. Me alejo de la rigidez cartesiana de la geometría para proponer un enfoque plástico y sensorial, evocando referentes como Frank Stella e Yturralde, desde una perspectiva contemporánea. EUCROMÍA plantea una analogía entre la eufonía en la música y la vibración del color en las artes visuales. El proyecto se convierte así en un ejercicio de precisión y síntesis, donde cada elección cromática es esencial para construir una ilusión que invita a mirar más allá de la superficie.
Está compuesto por veintiuna piezas volumétricas, suspendidas en muro, que dialogan con el espectador desde soportes como el aluminio esmaltado y el metacrilato. Algunas de ellas, concebidas como polípticos, se articulan como fragmentos de un lenguaje visual propio, cercano en ocasiones a la estética de la señalética urbana y la cultura visual del presente.
Podemos seguir sus pasos aquí: https://ricardoescavy.es/

