Fichados

Raquel Algaba

Raquel AlgabaNOMBRE: Raquel

APELLIDOS: Algaba

LUGAR DE NACIMIENTO: Madrid

FECHA DE NACIMIENTO: 1992

PROFESIÓN: Artista y comisaria

 

 

 

 

 

El Centro de Arte Tomás y Valiente y un mes de noviembre como el que estamos a punto de comenzar (el de 2018) nos descubrieron a Raquel Algaba. La artista madrileña presentaba allí la muestra “Tirad la escalera”, que planteaba como ejercicio introspectivo en torno a los fragmentos que nos constituyen, constantemente en equilibrio frágil, y la (im)posibilidad de articular nuestros pensamientos, a veces divergentes, en una totalidad.

Graduada en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid (con una estancia en la Staatliche Akademie der Bildenden Künste de Stuttgart) y máster en Arte: Idea y Producción por la Universidad de Sevilla, Algaba ha ofrecido desde entonces otras exposiciones individuales en la Galería Fúcares de Almagro, la pinacoteca Eduardo Úrculo de Langreo o el Centro de Creación Contemporánea C3A de Córdoba. Su participación en colectivas le ha llevado, además, a centros como la Galería Luisa Catucci de Berlín, la Neomudéjar madrileña, la Galería A del Arte zaragozana, el Museo Barjola de Gijón, la Galería Heike Arndt de Kettinge y el Palacio de Roskilde (Dinamarca), el Museo Universitario de Alicante, la sala ESDIR de Logroño, el Museo de Palencia, el Kultur Palais de Lichtenstein, el Palais Festetics de Viena o el CAAC de Sevilla.

Podemos cerrar currículum contándoos que ha recibido el premio Iniciarte (2024), el de adquisición Colección UMH (2021), el accésit del premio ArtNalón (2020), la beca de producción Bilbaoarte (2020), la de residencia para jóvenes creadores de la Comunidad de Madrid (2020) o el premio de adquisición JustMad Colección TMF (2019).

Esta autora se suma a nuestros fichados porque queremos saber más de sus miradas a la condición humana desde su conocimiento del arte antiguo, el folclore asiático o la iconografía medieval; y de su estudio de las narraciones del pasado histórico analizando sus diferentes capas de lectura, queriendo ampliar enfoques respecto a los más difundidos.

Raquel Algaba. Aaru, 2024
Raquel Algaba. Aaru, 2024
Raquel Algaba. Aaru, 2024
Raquel Algaba. Aaru, 2024

Los primeros intereses de Raquel tuvieron más que ver con el ámbito teatral que con las artes plásticas, y en realidad esa inquietud pervive en su trabajo. Destaca en sus comienzos el apoyo de BilbaoArte: En mis inicios creía que quería ser escenógrafa, o quizá diseñadora de vestuario. De ópera, para ser exacta. Me atraía esa profesión por su lenguaje no verbal, por lo simbólico y por la posibilidad de expresar a través de la materia —intereses que siempre me han acompañado—. Sin embargo, al estudiar paralelamente Bellas Artes, comprendí que lo que realmente me seducía era la libertad que el arte ofrecía, más que el diseño.

Aun así, creo que esa mirada escenográfica sigue presente en mi práctica artística. Toda esa imaginería teatral nunca me ha abandonado, ni el deseo de construir ideas en el espacio mediante estructuras efímeras y atmosféricas.

Sin duda, uno de los momentos decisivos en mi profesionalización fue mi residencia en la Fundación Bilbaoarte, poco después de finalizar mis estudios en Sevilla. Supuso un antes y un después: me brindó tiempo, recursos y un entorno de trabajo que me permitió consolidar mi práctica. Considero que este tipo de apoyos a jóvenes artistas son fundamentales: no sólo por las condiciones que ofrecen, sino también por el intercambio con otros creadores, que enriquece profundamente la propia mirada y los procesos de trabajo.

Raquel Algaba. Maclíes, 2025
Raquel Algaba. Maclíes (detalle), 2025
Raquel Algaba. Maclíes (detalle), 2025
Raquel Algaba. Maclíes (detalle), 2025
Raquel Algaba. Maclíes (detalle), 2025
Raquel Algaba. Maclíes, 2025

Nos explica Raquel que el centro de su trabajo es el ser humano y que lo aborda atendiendo a sus paradigmas y desde una perspectiva abierta a Oriente y Occidente, siempre atenta a su diversidad interior, a sus fragmentos: En el centro de mi práctica está el ser humano: las relaciones que establece, los vínculos que lo configuran y la fragmentación constante que define al individuo de nuestra era. A través del pelele, de figuras arquetípicas, busco confrontar las estructuras que nos definen.

Por un lado, desarrollo lo que denomino mi línea oriental, inspirada en el juego del Go y en el teatro Nō. Cuando descubrí el Go, me fascinó la manera en que las piezas interactúan entre sí durante la partida: a diferencia del ajedrez occidental, en el Go las piedras de un mismo color colocadas en proximidad se convierten virtualmente en una unidad mayor. Si una de ellas es eliminada, también lo son todas las que están conectadas a ella. Me sentí cautivada por la analogía que esta dinámica establece con la manera en que nos constituimos como individuos. En el plano social, somos seres interdependientes, definidos siempre en relación con “el otro”; en el plano individual, somos un yo en constante transformación, que se redefine continuamente a través de nuevas experiencias y vínculos. El Go, en este sentido, me ofrece un marco simbólico para reflexionar sobre la multiplicidad que habita incluso en nuestro interior.

En el teatro Nō, las estructuras escenográficas conocidas como tsukurimonos se utilizan para representar objetos o lugares de forma simbólica, confiando en la interpretación del público. Esta manera de construir significado, a través de la sugerencia y no de la evidencia, influye directamente en mi forma de trabajar con el espacio y los materiales.

En el centro de mi práctica está el ser humano: las relaciones que establece, los vínculos que lo configuran y la fragmentación constante que define al individuo de nuestra era.

Raquel Algaba. Jugadores de GO, 2017
Raquel Algaba. Jugadores de GO, 2017
Raquel Algaba. Tsumego III (detalle)
Raquel Algaba. Tsumego III (detalle)
Raquel Algaba. Tsumego IV
Raquel Algaba. Tsumego IV
Raquel Algaba. Tsumego, 2017
Raquel Algaba. Tsumego, 2017
Raquel Algaba. Attemps, 2023
Raquel Algaba. Attemps, 2023

Por otro lado, la figura de Ulises se ha convertido en una referencia constante dentro de lo que suelo llamar mi línea occidental. Me interesa en él su condición fragmentaria, su viaje como proceso de transformación y la tensión entre identidad y alteridad que encarna. A través de esta figura mítica reflexiono sobre la manera en que los relatos dominantes —los del héroe, los de los vencedores— configuran nuestra percepción del mundo y determinan las formas de representación que consideramos legítimas. Frente a esa narrativa lineal y unívoca, busco proponer modos de relato más abiertos, múltiples y colectivos, capaces de dar lugar a voces y perspectivas diversas.

La primera exposición en la que abordé este tema tuvo lugar en 2020 en la Galería Fúcares, bajo el título “El silencio de las sirenas”. La muestra se inspiraba en el relato homónimo de Franz Kafka y en la posibilidad que éste sugiere: tal vez las sirenas, conscientes de que el héroe —atado a su mástil— intenta resistirse a su canto, deciden ofrecerle únicamente su silencio. Kafka introduce así una zona de ambigüedad en la que el mito se descompone: no sabemos si Ulises realmente escuchó el canto o si fingió haberlo hecho. Es precisamente en ese espacio de indeterminación y de múltiples posibilidades donde sitúo mis instalaciones y dibujos.

Raquel Algaba. De nuestra isla a su negra nave, 2020
Raquel Algaba. De nuestra isla a su negra nave, 2020
Raquel Algaba. De nuestra isla a su negra nave (detalle), 2020
Raquel Algaba. De nuestra isla a su negra nave (detalle), 2020
Raquel Algaba. Lo que callan las sirenas, 2020 (detalle)
Raquel Algaba. Lo que callan las sirenas, 2020 (detalle)

En 2024, una nueva versión de Mutis, una de las piezas presentadas en esta muestra, se incluyó en “Tablao. Escenario de formas en el arte contemporáneo andaluz”, exposición colectiva que reunió a algunas de las voces más representativas de la escultura andaluza desde los años noventa en el CAAC de Sevilla.

Actualmente sigo inmersa en La Odisea, concretamente en el episodio del encuentro de Ulises con los lotófagos. Me interesa especialmente la idea de que Ulises no quiere comprenderlos: para entender lo que desconocemos —a quienes desconocemos— debemos primero repensarnos a nosotros mismos. Ese proceso de apertura nos transforma. Ulises no podría ser el mismo que partió de Ítaca, ni el que conquistó Troya, si se entregara a lo que las islas le ofrecen; sin embargo, todo intento de cambio parece inútil, y al final de su viaje solo será reconocido por su perro. Mi Ulises pelele de cerámica se deja arrastrar por las circunstancias, y es esa erosión —el desgaste de la superficie, de la identidad— la que revela su verdadera condición.

Raquel Algaba. Mutis, 2023
Raquel Algaba. Mutis, 2023
Vista general de Tablao. Escenario de formas en el arte contemporáneo andaluz. CAAC, 2024
Vista general de Tablao. Escenario de formas en el arte contemporáneo andaluz. CAAC, 2024

Sus referentes son variados, desde el arte antiguo y la arquitectura medieval a artistas contemporáneos que han trabajado con el potencial de lo que se entreve: Para mí, la curiosidad es esencial. Lo cierto es que no soy una persona especialmente atenta a los detalles; tiendo a la dispersión. Pero siempre estoy a la espera de ese momento en que un estímulo, casi al azar, activa una asociación de ideas que antes no existía en mí. Esos destellos los tomo muy en serio: los analizo, los dejo reposar y los estudio a largo plazo. Suelen marcar el inicio de nuevos procesos de trabajo. Intento mirar las cosas con distancia y, al mismo tiempo, con lupa -especialmente cuando intuyo que algo, por mínimo que sea, puede ser clave en mi búsqueda conceptual o plástica-.

Desde siempre me ha fascinado la diversidad artística de las distintas culturas del mundo, y disfruto enormemente estudiando obras egipcias, persas y grecorromanas. Últimamente he dedicado especial atención al arte y a las iglesias medievales alemanas, un ámbito que me resulta particularmente cercano, ya que paso varios periodos del año en este país.

También soy una observadora constante del trabajo de otros artistas. Quizás por mi perfil como comisaria, me apasiona descubrir nuevas voces o visitar exposiciones. Entre los artistas consagrados que han influido en mi práctica mencionaría a Kiki Smith, Marguerite Humeau, Belkis Ayón, Paula Rego o Juan Muñoz. Todos ellos, de diferentes maneras, me han enseñado que la potencia de una obra no reside sólo en lo que muestra, sino también en lo que deja entrever.

Siempre estoy a la espera de ese momento en que un estímulo, casi al azar, activa una asociación de ideas que antes no existía en mí.

Raquel Algaba. El silencio de las sirenas, 2020
Raquel Algaba. El silencio de las sirenas, 2020

Sus técnicas son diversas, pero confiesa Algaba su inclinación por la cerámica, centro de sus propuestas: Me siento especialmente cómoda trabajando con la cerámica. En mis proyectos no funciona como un lenguaje autónomo, pero sí como el eje sobre el que se articula todo, ya que mis figuras están realizadas en este material y constituyen el núcleo conceptual de mis investigaciones.

El dibujo, por su parte, suele ser el punto de partida, el germen desde el que se desarrollan mis proyectos. A través de él doy forma a las ideas y preocupaciones que me acompañan durante meses. Es un medio que me permite concretar pensamientos abstractos y traducirlos en imágenes, gestos o estructuras visuales que más tarde encuentran su materialización en forma de instalaciones. Sin embargo, no me considero ceramista; me interesa abordar mi práctica desde una perspectiva transdisciplinar, abierta a la experimentación con diferentes medios y lenguajes.

Vista general de En silencio se alzaron lotos. C3A, 2025
Vista general de En silencio se alzaron lotos. C3A, 2025
Raquel Algaba. Cimera y Cascabel, 2025
Raquel Algaba. Cimera y Cascabel, 2025

Subraya Raquel la importancia de su reciente muestra, de este mismo año, en el C3A cordobés: El pasado mes de abril presenté “En silencio se alzaron lotos”, mi última exposición individual, en el C3A – Centro de Creación Contemporánea de Andalucía (Córdoba), gracias a las ayudas a la producción Iniciarte del Instituto Andaluz de Industrias Culturales. Ha sido, sin duda, mi proyecto más significativo hasta la fecha, tanto por el tiempo que he invertido en la investigación y desarrollo de un lenguaje más maduro y coherente, como por la magnífica oportunidad de exponer en una arquitectura tan única como el C3A.

En este proyecto parto del mito de los comedores de loto y de la doble simbología que esta flor posee en distintas culturas. En Oriente, el loto representa la pureza y la perfección espiritual; en cambio, en la tradición occidental se asocia con la pérdida de conciencia, el olvido y la renuncia al deber. Me interesa ese contraste: cómo una misma imagen puede contener significados tan opuestos. A través de la figura de Ulises, propongo una reflexión sobre la sociedad contemporánea, hedonista y atrapada en un presente superficial, sin raíces en el pasado ni confianza en el futuro. Mis figuras de cerámica escenifican ese naufragio interior, esa deriva emocional del individuo actual.

Pero más allá de la crítica, busco generar un espacio de encuentro entre culturas y formas de pensamiento: un sincretismo que apunte hacia el fondo común de nuestra manera de entender la felicidad, el deseo o la conciencia. Mis piezas invitan a un diálogo silencioso con el espectador, a cuestionar los propios mitos y los modos de habitar el presente.

Tendremos más ocasiones de acercarnos a estos trabajos: “En silencio se alzaron lotos” itinerará el año que viene a Sevilla, mi ciudad. Y eso me hace especial ilusión.

Podéis seguir sus pasos en Instagram: https://www.instagram.com/raquel.algaba

Raquel Algaba. Emerger de una flor no ofrece mejores vistas, 2025
Raquel Algaba. Emerger de una flor no ofrece mejores vistas, 2025
Raquel Algaba. Emerger de una flor no ofrece mejores vistas (detalle), 2025
Raquel Algaba. Emerger de una flor no ofrece mejores vistas (detalle), 2025

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