NOMBRE: Noelia
APELLIDOS: Medina Fernández
LUGAR DE NACIMIENTO: Barcelona
FECHA DE NACIMIENTO: 1988
PROFESIÓN: Artista
A Noelia Medina, que se suma a nuestros Fichados en esta semana de ferias, la conocimos hace dos años, cuando formó parte, en Las Atarazanas de Valencia, de la muestra “PAM!PAM!20”, que reunía trabajos de los alumnos del Máster en Producción Artística y Artes Visuales y Multimedia de la Universidad Politécnica de esa ciudad; antes ya había participado en “PAM!19”, en la Facultad de Bellas Artes de San Carlos.
Formada en Bellas Artes en la Facultad Alonso Cano de Granada, además de ese Máster Medina ha cursado el Programa de Estudios Independientes La Práctica en San Juan (Puerto Rico), en cuyo Espacio Km 0.2 presentó en 2016 su muestra individual “Eschatón”. Su participación en otras colectivas, desde hace más de quince años, ha llevado su trabajo a otros espacios puertorriqueños como el Museo de Arte Contemporáneo, la Escuela de Artes Plásticas, el Museo de las Américas, El Lobi o el Museo y Centro de Estudios Humanísticos Josefina Camacho de la Nuez de Gurabo. En España, ha mostrado su obra en el Centro Cultural del Carmen, el Centre Cultural La Nau, La Posta Foundation, La Escombrera, la Politénica, Las Naves o las citadas Atarazanas de Valencia, así como en el Museo Adolfo Lozano Sidro de Priego (Córdoba), y ha participado en dos ocasiones en proyectos del Festival Ars Electronica de Linz (Austria).
Se incorpora Noelia a esta sección porque queremos saber más de la conjunción en su trabajo de los medios digitales con lenguajes que no lo son (nos contará que en sus estudios se especializó en pintura y que dibujos y textiles han sido relevantes en su trayectoria); también de sus reflexiones sobre las relaciones posibles entre memoria y tecnología.
Sobre sus inicios nos explica que tiene más claras las fechas que las razones, pero recuerda que su estancia en Puerto Rico hace más o menos una década, coincidiendo con la rica escena cultural de su capital en ese momento, fue para ella un impulso claro. Y nos cuenta que aquellos comienzos tuvieron mucho que ver con la necesidad de canalizar inquietudes, de darles salida a través de unos y otros materiales: Lo cierto es que fueron muchos años de orbitar de acá para allá hasta que finalmente decidí poner mi energía en esto. El cuándo comencé lo tengo mucho más claro que el porqué. Si tuviera que poner una fecha de inicio a la decisión supongo que sería alrededor de 2014; por aquel entonces yo vivía en San Juan, en Puerto Rico, y en la ciudad vibraba una actividad cultural muy enérgica, plena y dinámica. Una escena completamente autogestionada por los propios artistas, los encargados de dar vida y programación a los espacios y las exposiciones. Me vi envuelta entonces de todas esas ganas y esa energía, y creo que fue inevitable contagiarme de todo ese entusiasmo.
El porqué creo que, aunque suene a tópico y a lugar común, es porque termina siendo inevitable. Te encuentras a ti misma envuelta de algunas ideas que conviven contigo permanentemente y, al final, una forma de salir de esas ideas es a través de una forma física.
Si Puerto Rico tuvo un rol importante en sus inicios, sus cambios de residencia, en lo que tienen de habitar otras geografías físicas y emocionales, han tenido también peso en su obra. En todo caso, la memoria, la que guardan las imágenes y la que nosotros atesoramos, es uno de los temas más presentes en sus proyectos; a veces, nos dice, en relación con los afectos: Creo que mi trabajo ha estado muy determinado por el lugar en el que he vivido durante los últimos años. Durante los años que viví en Puerto Rico estuve obsesionada con el asunto de la memoria desde distintos acercamientos y también con el tiempo de vida de las imágenes. El tiempo de vida de una imagen en los media, pero también en nuestra propia memoria.
Desde que regresé a España creo que estoy dándole muchas vueltas a la idea de la transformación, a renacer, a tener una segunda oportunidad. En esto definitivamente me ayuda mucho trabajar con tecnología. Qué posibilidades ficticias tenemos de transformar los restos de un ser querido en una planta a través del afecto físico, cómo un archivo oral puede tener una nueva vida con la utilización de herramientas de inteligencia artificial, cómo transformar el recuerdo de una experiencia pre-Internet en un relato especulativo y ficticio son algunos ejemplos de las formas que han estado rondando mi práctica estos últimos años.
Además de mi trabajo como artista individual, disfruto mucho de las colaboraciones: es un proceso de forzar y abandonarse del cual siempre aprendo.
Estoy dándole muchas vueltas a la idea de la transformación, a renacer, a tener una segunda oportunidad. En esto definitivamente me ayuda mucho trabajar con tecnología.
En cuanto a sus técnicas habituales, como avanzábamos, tienen que ver con los medios digitales y la tecnología, pero no ha dejado de lado los medios expresivos tradicionales e investiga las posibilidades de sus confluencias: En realidad, el medio que decido utilizar depende del “asunto” en el que esté involucrada en ese momento. Aunque en líneas generales trabajo con formatos digitales como vídeo, sonido o piezas interactivas, en algunas obras estos medios entran en relación con materiales orgánicos, un medio al que siempre acabo volviendo. A estos medios digitales y orgánicos tendríamos que añadirles la utilización de medios tradicionales como el dibujo o el textil.
Yo hice mi grado en Pintura, y no fue hasta hace muy poco que transicioné a incorporar interactividad en algunas de mis obras. La decisión de incursionar en el Media Art no fue, creo, del todo consciente. Hacía mucho tiempo que me sentía atraída por este tipo de obras, un lugar extraño e indefinido en el que creía que me podría sentir cómoda. Tenía, además, muchas ganas de aprender a programar y, al final, después de salir de Puerto Rico, al poco tiempo me encontré en Valencia, cursando el Máster de Artes Visuales y Multimedia de la Politécnica.
Allí encontré lo que estaba buscando: formación en programación y un acercamiento al Media Art. Ahora intento poder aglutinar los dos lenguajes, la herencia de mi formación más clásica con los medios propios que me facilita la tecnología.
Sus fuentes de inspiración e influencias son muy amplios y ligados a su entorno y experiencias; ella los clasifica en lo heredado, los lugares vividos, que como nos contaba tienen mucho peso en su trabajo a varios niveles, y las lecturas e informaciones sobre los asuntos de interés que maneje en cada momento, estas últimas a menudo encontradas en el contexto digital: Pensándolo con detenimiento, mis principales influencias se pueden agrupar en tres compartimentos o cajones, si se quiere. Herencia por un lado, el lugar donde pasé mi adolescencia por otro, y por último las lecturas y los referentes por los que deambulo.
Hablo de herencia porque me es casi imposible aislarme del conocimiento y los materiales que he visto circular toda mi vida por mi casa. Mi madre y mi familia materna han trabajado toda la vida en la costura, de ahí que haya desarrollado cierta predilección inevitable por el tejido. Por otro lado, mi padre nació y creció en el campo, por lo que este lenguaje -el lenguaje del campo-, aunque para mí desconocido, es también un material que ha circulado a mi alrededor desde siempre. Es muy difícil no verte involucrada en lenguajes tan específicos durante tanto tiempo y que eso no acabe al final afectando a tu trabajo.
Por otro lado, cuando yo cumplí doce años, mi familia y yo nos mudamos del área metropolitana de Barcelona a una aldea al sur de Córdoba en la que viven unos cuantos cientos de habitantes. El emplazamiento se encuentra dentro del sistema montañoso de la Subbética, declarado parque natural. Este lugar completamente aislado del mundo, sin Internet ni nada por el estilo por aquel entonces, constituyó la forma en la que leo y habito el mundo.
Este es un lugar sin archivo ni historia escrita, donde solo habita la historia oral y sensorial del lugar. Esta especie de apertura es la que me permite recrearme en la especulación, una herramienta en la que me sostengo para trabajar.
Por último, esas referencias se complementan con las lecturas e imágenes de los referentes e intereses particulares que tenga en ese momento determinado. Los medios en los que circulan los referentes son múltiples, desde pdfs, a noticias de periódicos o posts en Instagram.
A la hora de explicarnos sus proyectos fundamentales hasta ahora, nos habla Noelia de cuatro: Barcelona-Düsseldorf 9525 (2015), formado por grabados en relieve sobre papel newsprint; la performance sonora Notes from Underground (2019), la interfaz emocional Ara (2020) y el vídeo El narrador (2022).
Las impresiones que componen Barcelona-Düsseldorf 9525, nos cuenta, reflexionan sobre nuestro modo de acercarnos a las tragedias que a diario nos llegan a través de los distintos canales de información: Barcelona-Düsseldorf 9525 habla de nuestra convivencia con imágenes de noticias trágicas procedentes de los medios de comunicación y de su perdurabilidad y permanencia dentro de nuestras vidas. En esta serie, la imagen elegida es una perteneciente al accidente aéreo supuestamente provocado del vuelo 9525 de Germanwings.
En consonancia con lo efímero de esta noticia, que supuso una gran conmoción y especulación momentánea, la imagen seleccionada se grabó en una placa mediante proceso de extracción, la cual imprimimos una y otra vez hasta hacerla desaparecer, dejando un rastro apenas imperceptible sobre el papel, tan imperceptible como es el recuerdo actual de lo que en algún momento esa tragedia fue. Las sucesivas impresiones se esfuman y desaparecen, al igual que el recuerdo de estas imágenes.
La performance Notes from Underground, de cinco minutos de duración, se acompañaba de una pista de audio, geranios, tierra, huesos, un cepillo y micrófonos condensadores en la búsqueda de hacer sonar a los no vivos: Fue una pieza de transición, entre Puerto Rico y el volver, la primera obra que hice al regresar. Mediante la recolección de sonidos cercanos a una fosa sin exhumar localizada en Llíria (Valencia), esta acción sonora propone dar un sonido a aquello que no podemos escuchar.
En el transcurso de la acción, estos sonidos recopilados y editados interactúan con otros objetos, objetos que se encuentran alrededor de esta fosa común, como plantas que han crecido cerca, la tierra que se encontraba alrededor del lugar; en definitiva, los posibles materiales en los que estos cuerpos se han transformado. El orden de la acción corresponde a una estratigrafía de la zona, es decir, primero únicamente escuchamos el audio extraído editado y, posteriormente, este audio interactúa con los objetos realizando un dibujo inexistente en dirección vertical ascendente, como si intentáramos extraer de alguna manera el sonido de los cuerpos hacia la superficie.
En Ara entraban en juego los wearables y la comunicación inalámbrica: Es una interfaz emocional que desarrollé hace un par de años para ayudar en la gestión de los cuidados interpersonales en momentos de duelo. La pieza se compone de una urna sensible y una prenda o wearable interactivo y utiliza como referencia los ritos funerarios en los que los restos de los seres queridos son preservados en urnas junto a semillas o esquejes de árboles. En este caso, Ara propone un sistema en el que la irrigación del agua necesaria para el crecimiento de este nuevo árbol o planta es posible gracias al afecto y al cuidado de los otros.
La interacción sucede gracias al funcionamiento del sistema: unos sensores conectados de forma inalámbrica a la urna sensible se encuentran bordados en la parte de atrás de la prenda, formando los puntos de la constelación Altar. Esos sensores, debido al lugar que ocupan en dicha prenda, solo son accesibles a través de la estimulación háptica de una tercera persona, a través de una caricia o de un abrazo.
El sistema (la urna) guarda los abrazos en una especie de reserva, poniéndolos a disposición de la planta cada vez que esta los necesite. De esa manera, cada vez que nuestra planta se encuentra en bajos niveles de humedad, el sistema toma uno de los abrazos y, a través de una bomba sumergible, irriga la cantidad de agua necesaria para que la planta recupere los niveles óptimos de humedad. En ese sentido, la vida que pudiera surgir de nuestros seres queridos es solo posible a través de la comunicación y el afecto en los otros.
Si en Notes from Underground buscaba esta autora un sonido para lo enterrado, en el vídeo en color y sin sonido El narrador ha elucubrado una historia para los lugares donde no se documentó: Es un proyecto acerca de la ausencia del archivo del lugar en el que vivo. No existen apenas imágenes de cómo era el pueblo hace decenios, y tampoco de cómo era el entorno natural que rodeaba la aldea. El único archivo que existe, por lo tanto, es el oral. Los testimonios de las personas que aquí han vivido y que cuentan cuánta agua había entonces, los animales que merodeaban por los matorrales, o tal o cual planta que abundaba hace décadas y que ahora prácticamente ha desaparecido.
Mediante el uso de una inteligencia artificial ya predeterminada que traduce texto a imágenes, he intentado crear un archivo ficticio a partir de estos testimonios orales, en un intento de producir un archivo especulativo, que nos permite no solo imaginar el pasado sino también imaginar el futuro.
Expandía, así, Medina nuestro concepto de ese término, la noción de archivo, en lo material y temporal. El narrador, por cierto, podrá verse en Alicante el 16 de marzo, junto a trabajos de otros artistas digitales.
Conoced mejor a Noelia, aquí: https://noeliamedina.com/