NOMBRE: Maribel
APELLIDOS: Binimelis
LUGAR DE NACIMIENTO: Mallorca
FECHA DE NACIMIENTO: 1978
PROFESIÓN: Artista
El de Maribel Binimelis ha sido uno de nuestros primeros hallazgos del año: conocimos a esta artista en enero en la Galería de Arte A Ciegas, en la muestra “Para ser habitada”, en la que exploraba las distancias entre los conceptos de naturaleza y hogar y la materialización que han cobrado jardines y casas, proponiéndonos una reflexión sobre las relaciones entre lo interior y lo exterior, lo público y lo privado, y también sobre nuestros vínculos con los espacios que habitamos, aludiendo a las vivencias y emociones que se acumulan en esos lugares (no solo en sus arquitecturas, también en sus muebles o telas).
No fue esta su primera individual en esa sala madrileña, porque allí había expuesto entre 2019 y 2020 “Memoria para inventar”; otras monográficas suyas han podido verse en los espacios Paco Martín, Extensión Avam o Arte Efímero, en Madrid. Ha participado, además, en muestras colectivas en La Casa Encendida, la Sala El Águila de la Comunidad de Madrid, la Casa de Vacas, la Galería Theredoom o el Museo Nacional de Artes Decorativas (Madrid); también en el Palacio de Quintanar segoviano y en citas como Hybrid Festival, Mulafest, ArtBanchel, el Festival Intramurs valenciano o la Bienal Contextile de Guimarães.
Licenciada en Bellas Artes por la Facultad de Cuenca y formada en diseño y patronaje industrial (ha trabajado con tapices o en proyectos de arte y vestuario para cine y teatro), se suma Binimelis a nuestros Fichados porque queremos saber más de los lazos que estrecha en su trabajo entre el pasado y el presente (entendiendo que nuestro hoy condiciona nuestra visión del ayer) y también de su utilización de tejidos con fines tanto materiales como conceptuales, considerando que, como indumentaria de nuestras casas y nuestros cuerpos, hablan de nosotros, en lo individual y lo colectivo, desde una perspectiva antropológica.
Conforme al esquema que conocéis, hemos preguntado a Maribel por sus inicios; nos explica que, desde la infancia, el arte fue para ella un modo de explicarse. En su producción estrictamente plástica está sumida desde hace cinco años: Cuenta mi madre que, cuando de pequeña no era capaz de hacerme entender a través de las palabras, lo dibujaba, así que no es de extrañar que acabara estudiando Bellas Artes. Para mí el arte es un lenguaje, un medio de comunicación y de investigación.
Una vez terminada la carrera, consciente de la inestabilidad económica de nuestra profesión y de la inseguridad que me daba la exposición personal, me dio vértigo dedicarme al arte y llamarme artista. Aun así, la necesidad de crear me acompañaba y por ello busqué trabajos que me permitieran aprender y desarrollar mi creatividad y que al final se fueron especializando en proyectos relacionados con el mundo textil. En la Real Fábrica de Tapices descubro los cartones de Goya y la delicada labor de las restauradoras de tapices y dirijo varios proyectos de cine y teatro en el departamento de arte y vestuario. En la confección a medida trabajo con el diseño y el patronaje y me relaciono con las modistas de toda la vida, las que aprendieron hilvanando; trabajos que han enriquecido y asentado mi pasión por los tejidos. Aun así, durante esos años nunca dejé de experimentar con diferentes técnicas y materiales y de realizar diferentes proyectos, aunque muchos se quedaran en casa. Era una necesidad vital. Hace cinco años no pude eludir más mi vocación, dejé el trabajo, cogí un taller en el que trabajar y hasta ahora.
Como decíamos, nuestro manejo del tiempo y sus huellas, la maleabilidad que nuestro cerebro imprime al pasado y a nuestras ideas sobre el futuro, es uno de los asuntos más frecuentes en su obra, en la que también combina habitualmente el tratamiento de lo ordinario y lo extraordinario y de lo íntimo que hay en todo ello. Ha percibido la artista que nadie habitamos el mundo de igual manera y que en nuestros espacios más cercanos queda algo de nosotros, quizá por eso profundiza en el adentro y el afuera: En uno de los maravillosos programas de Eduard Punset descubrí que el ser humano, al rememorar, reconstruye el pasado y que es capaz de esbozar las guías para poder anticipar el futuro desde sus propias experiencias, e incluso de transformar sus recuerdos para que se adecúen mejor a su yo presente. Me parece fascinante la capacidad que tiene el cerebro para transformar y reconstruir nuestros recuerdos cada vez que acudimos a ellos y lo considero como una forma de inventar un nuevo pasado y un nuevo yo constantemente.
De esta misma manera me gusta trabajar a la hora de plantear cada proyecto, desde el “antes a ahora y de dentro afuera”, con el pasado y el presente, con lo que somos y lo que mostramos a modo de estructura. Así pues, como artista miro al pasado para aprender y desaprender. Utilizo lo excepcional o lo común, lo transcendente o lo material de nuestros hábitos, tradiciones e historia para contrastarlos con el presente y poder de esta manera imaginar y reinterpretar un nuevo ahora y hablar desde ese escenario de temas como la identidad, la memoria, la familia, el hogar y la naturaleza.
Sus medios fundamentales de trabajo son la instalación y últimamente la escultura, aunque se deja guiar por las necesidades de cada proyecto y continúa haciendo suyas las capas interpretativas de los textiles, tan constantemente cercanos: Trabajo con piezas bidimensionales, con la instalación y, aunque mi relación con la escultura no fue buena en la Facultad, es la protagonista de mis últimos proyectos. Intento crear un diálogo entre lo formal, lo material y la memoria utilizando la abstracción, la acumulación y la reutilización de materiales. El concepto desarrollado en cada proyecto es el que dicta la forma de abordar y materializar cada pieza.
El mundo textil es protagonista de muchos de mis trabajos, tanto material como conceptualmente. Los tejidos forman parte de nuestras vidas, convivimos con ellos íntimamente (las sábanas, las toallas, los trapos, las cortinas, las tapicerías… y las prendas que nos visten, que hablan de cómo somos o cómo queremos presentarnos) y pueden ilustrar muchas de las facetas de nuestras sociedades a lo largo de la historia.
Me gusta trabajar con las manos y sentir el hilo atravesando la tela, apreciar con el tacto las características de cada una de ellas y poder usar diferentes técnicas a la hora de realizar cada pieza. Tapizar, bordar, confeccionar, remendar, zurcir… modelar con espumas, pintar con hilo.
Los tejidos forman parte de nuestras vidas, convivimos con ellos íntimamente y pueden ilustrar muchas de las facetas de nuestras sociedades a lo largo de la historia.
Binimelis es la primera artista que cita como su gran referencia creativa las costuras de su abuela, a modistas y museos… y también a una autora que comprendió muy bien la esencia de lo tejido y de muchas de nuestras heridas: Mi principal influencia es el baúl de mi abuela. Aunque de pequeña prefería hacer los trabajos que proponían a los chicos en el colegio (por rebeldía, claro), y no quise aprender a hacer ganchillo con mi abuela, su baúl siempre me causó atracción. Era un tesoro vetado para mí, lleno de tejidos guardados por si acaso, de cajitas antiguas repletas de botones de diferentes colores, de bobinas de hilos descoloridos y de sus dibujos para hacer ganchillo. Creo que fue por ese baúl que me enamoré de los tejidos y sus usos.
También los tejidos y la moda entendidos desde un punto de vista antropológico. Las modistas con las que trabajé en el mundo de la costura, mujeres que empezaron de aprendices, hilvanando y que son capaces de confeccionar cualquier tipo de prenda y de enfrentarse a las adversidades de la vida con fuerza y sensibilidad. Libros y conferencias de historia. Museos del traje, tejidos, arqueológicos y antropológicos. Por supuesto, también la gran Louise Bourgeois y su frase “La aguja se utiliza para reparar el daño”.
A la hora de explicarnos sus principales trabajos hasta ahora, comienza por uno de largo recorrido, que precisamente tiene que ver con esas costuras de su abuela, con lo que la aguja repara, y que le valió su selección en Generaciones 2004, en La Casa Encendida: Uno de los proyectos más importantes para mí y con el que tengo un gran vínculo emocional es Debajo de mi casa está en otro lugar, que nació en 2004 y volví a retomar en 2019. Al morir mi abuela encontré entre sus cosas un tejido gastado, remendado y zurcido por ella; de esos tejidos que las abuelas cuidaban con mimo, curando y reparando sus rotos para hacerlos perdurar. Con ese tejido realicé Mantelería Fina, pieza seleccionada en 2004 por Generaciones, de La Casa Encendida. En Mantelería Fina sigo restaurando el daño que empezó a curar mi abuela y bordando sumo mi vida a su memoria.
En 2019 retomo el proyecto, rebusco en el rastro tejidos rotos y remendados, ya vividos por otras personas, con historias que no conozco, para vincular mi presente al pasado de otros. Telas que sobrevivieron a sus dueños, un mantel viejo o la tela de un sillón desgastado de tanto uso. Preparo cada tejido y lo coloco sobre el lienzo como si fuera una restauradora de tejidos. Como en Mantelería fina, zurzo y bordo curando heridas, creando nuevas formas, jugando con los estampados, tapando o conectando, creando una huella más. Acumulo memorias como hice con el tejido de mi abuela y reviso esas costumbres de antes, de arreglar en vez de tirar, presente en varios de mis proyectos.
Dos piezas creadas en el 2019 del proyecto Debajo de mi casa está en otro lugar estuvieron expuestas en la Bienal Contextile 2020, Bienal de Arte Textil Contemporáneo, Guimarães, Portugal.
En “Para ser habitada”, la exposición de la que comenzábamos hablando, exhibió El revés de la casa que me rodea y Domesticadas, propuestas ambas que tienen que ver con la dicotomía entre lo interior y lo exterior y con aquella conexión nuestra con los espacios: Como siempre me pasa, al ser los proyectos más recientes son con los que siento una relación más cercana. Desarrollo el exterior y el interior, lo público y lo privado, lo material e inmaterial de la casa y los jardines a través de la relación espiritual con el espacio que habitamos y de sus formas arquitectónicas. El hogar es mucho más que un edificio, se trata de mucho más que una simple búsqueda de refugio. Nacen con la casa como contexto de una vida interior, donde lo trascendente se compone de vivencias y sensaciones acumuladas.
Custodias le sirvió para regresar a la escultura; abordó su pasado pero también otros modos posibles de concebirlas, posibles futuros: Tengo mucho cariño al proyecto Custodias, expuesto el año pasado en el Museo Nacional de Artes decorativas de Madrid. Con él di el salto a la escultura que tanto me esquivaba. En Custodias reescribo y reutilizo las formas del objeto de la custodia de la religión católica. Estudio su evolución como objeto físico y contenedor a lo largo de su historia, desde su origen a mediados del siglo XIII hasta llegar a las formas actuales, tipo sol, a partir de las cuales trabajo para inventar una nueva evolución, dando como resultado sugerentes volúmenes orgánicos que cobran vida propia.
Se refiere por último a Objetos para desaprender, donde buceó en las posibilidades de rescatar materiales usados: Se expuso en Extensión Avam, en Matadero; fue mi primera muestra individual en un espacio en blanco y un reto para mí. El proyecto reúne tres formas de examinar la reutilización de materiales para olvidar costumbres destructivas para el planeta y aprender de nuevo de nuestro pasado. A través de antiguos retales, guardados como tesoros, confecciono un conjunto escultórico de fósiles textiles emparentados entre sí: objetos, formas, historia y hábitos del mundo textil sirven para hablarnos del consumismo y de la necesidad de revisitar maneras de antes para ser sostenibles hoy como sociedad.
Le preguntamos también qué será lo próximo; estos días expone Binimelis en Madrid y Vigo: Estoy en un momento de investigación para ver con qué conceptos y formas desarrollo el siguiente proyecto, posiblemente continúe con los conceptos de interior-exterior de El revés de la casa que me rodea y Domesticadas, pero tal vez empiece con una nueva temática relacionada con la acumulación de objetos como parte de la identidad y manifestación de carga emocional. Todavía no lo tengo claro.
En cuanto a exposiciones, ahora mismo estoy participando en dos colectivas: una en Vigo, “Desceter o Sentido”, en el espacio Cubo, dedicada al arte textil contemporáneo y otra en Madrid, “Vortunjas”, en la Galería Tres por Cuatro, dedicada al TEXTO como protagonista plástico y comunicador dentro del arte contemporáneo.
Sabed más de la obra de Maribel, aquí: www.maribelbinimelis.com
