NOMBRE: María
APELLIDOS: García Ibáñez
LUGAR DE NACIMIENTO: Madrid
FECHA DE NACIMIENTO: 1978
PROFESIÓN: Artista
A nuestra última fichada, María García Ibáñez, la conocimos allá por 2015, cuando en la entonces abierta Galería Paula Alonso presentó su proyecto “Cóncavo”, en el que manejaba asuntos habituales en su obra (origen, territorio, raíces y pertenencia) en trabajos que se abrían a lo tridimensional pero que partían del dibujo, fundamental en su trayectoria. En algunas propuestas anteriores esta autora madrileña había abordado ya, después lo veremos, una unidad mínima posible como vivienda en forma de alfombra de palma que se pliega sobre sí misma y que permite un cobijo básico. Enlazaba entonces dibujo, tejido y tierra.
Licenciada en Bellas Artes por la Complutense y Máster en tecnologías digitales interactivas, la artista también ha presentado muestras individuales en el Centro Cultural de España en Ciudad de México, la Galería Paz y Comedias valenciana, las salas Guijarro de Pablo, Distrito 14, Miscelánea y Gorila mejicanas, la Galería AJG de Sevilla, Puerta Roja & Cat Street Gallery (Hong Kong) y la extinta Galería Begoña Malone madrileña; sus colectivas han llevado su trabajo a espacios como el Museo de la Ciudad de México, la Fundación Valentín de Madariaga sevillana, el Museo de Huelva, la Galería Quetzalli de Oaxaca, la Galerie Knoerle & Baettig Contemporary de Winterthur, el Antiguo Colegio San Ildefonso, la Galería 77 y la Galeria Distrito 14 de México D.F, la Galería Peter Kilchmann suiza, el Centro Cultural Mogosoaia de Bucarest, el Galveston Art Center texano, el Museo Amparo de Puebla, el Centro STUK de Lovaina o el Museo MARCO de Monterrey.
Podemos cerrar el capítulo de presentaciones contándoos que García Ibáñez ha obtenido premios, ayudas y becas del INJUVE, la Consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid, el Gobierno mexicano, Matadero Madrid, el Ministerio de Cultura, AECID, el Museograbado de Zacatecas, la Embajada de España en México y DKV, y fue seleccionada en la Bienal FEMSA.
La artista se suma esta semana a nuestros Fichados porque queremos saber más de la estrecha relación de su trabajo con nuestros cobijos (habitaciones, naturaleza), nuestros cuerpos (huesos, anatomías) y con los relatos que hablan de cómo los individuos hacen frente a sus desafíos íntimos y sus dramas cotidianos; desde disciplinas diversas, en función de los discursos propios de cada proyecto: pinturas, vídeos, fotografías o instalaciones en los que suelen cobrar mucha importancia los procedimientos manuales, artesanales.
Según el esquema que conocéis, hemos preguntado a María por sus inicios; nos ha explicado que dibuja desde pequeña y que esa era su manera de interpretar su entorno: Siempre tuve una relación estrecha con el arte, aunque mis padres se dedicaban a la ciencia me inculcaron un gran respeto por el arte y la cultura. Desde pequeña pasaba el tiempo dibujando, para mí era la manera más natural de concentrarme, de relacionarse con el mundo y poder “pensarlo”.
Después de terminar Bellas Artes en la Universidad Complutense, compaginé mis estudios de doctorado con un máster en tecnologías digitales, temas que casi no había tocado en la Facultad; paralelamente hacía labores de gestión cultural y trabajaba en una empresa de restauración llevando la parte gráfica y digital de los proyectos. A la vez que abría nuevos caminos y me despegaba del ámbito académico seguía trabajando en mi obra, en aquella época me seleccionaron en Circuitos y también obtuve una residencia artística en México, una vez allí me concedieron varias ayudas (la de movilidad de Matadero y las Residencias para artistas iberoamericanos) que me posibilitaron concentrarme exclusivamente en mis proyectos, así que en realidad siempre estuve en ambientes creativos y trabajando como artista.
Como adelantábamos, la noción de morar, de anidar, en un sentido tan básico como abierto y complejo y no necesariamente vinculado a un espacio fijo, es central en su producción: En mis proyectos recientes abordo conceptos relacionados con el “habitar” desde distintos ángulos. Me interesa particularmente el poder elemental de posesión de un espacio vital, por ello en mi trabajo aparecen refugios, colmenas, viviendas nómadas, madrigueras, maquetas… Hay una búsqueda continua de estructuras más o menos elementales que aluden a un cuerpo nómada. La necesidad de autoubicarse a la que alude esta autora tiene que ver, no solo con los grupos sociales o la historia, sino sobre todo con el cuerpo, el paisaje, la escala, lo orgánico; las raíces móviles de las que hablaba Nicolas Bourriaud, que permiten que la identidad propia se desplace y se asiente en territorio nuevo aceptando lo natural de ese cambio.
Y las técnicas de las que se sirve, como decíamos, son variadas, pero el dibujo es el punto de partida de la mayoría de ellas (podríamos considerarlo su nido creativo). La línea en su producción se transforma, crece o se contrae, aparece o desaparece, y va más allá del papel; recuerda María a John Berger: Para el artista dibujar es descubrimiento. Y esto no es solo una frase hecha, es literalmente cierto. Es el arte de dibujar el que obliga el artista a mirar el objeto frente a él, para diseccionarlo en su mente-ojo y juntarlo de nuevo. En la mayoría de los casos, sus proyectos remiten también a artes que se cultivaban hace muchos siglos con procedimientos no demasiado dispares a los actuales: El dibujo es siempre el punto de partida y la forma más intuitiva de aproximarme a todos estos temas que me interesan. Una herramienta que me da las pautas para saber cómo enfrentarme a cada proyecto y que resuelvo de distintas maneras según el caso: desde el papel tradicional, hasta ladrillos, tela recortada, cerámica o textil.
A partir del dibujo se articulan todos los proyectos, no solo en el sentido de abocetar o planificar desde el papel. Para mi lo natural es que las ideas se vayan solidificando a partir de mis dibujos desorientados, desde un plano digamos casi lúdico, que luego va cobrando un sentido. Me interesan mucho los procesos artesanales y desde hace tiempo utilizo la cerámica, que contiene un componente ancestral y telúrico inherente que le otorga un valor único para mí. Es sorprendente que un material como el barro, después de manipularlo, termine siendo una piedra gracias al fuego. Es como si lográramos acelerar una transformación natural de miles de años. Este sentido de solidez y de perpetuidad me resulta cautivador. Le importa a García Ibáñez lo lento, lo inmóvil, aquello que vive desde la inercia.
A la hora de citar los proyectos fundamentales que vienen vertebrando su carrera, nos cuenta que estos, aunque sean autónomos, forman parte de un continuum y adquieren pleno sentido al conectarse entre ellos: Con el tiempo he llegado a considerar los proyectos como capítulos inconclusos que forman parte de una historia más amplia que voy descubriendo. Los hallazgos y los rumbos los encuentro en el hacer, a veces intuyes que has resuelto alguna clave, un pequeño descubrimiento, pero no siempre le encuentras su lugar en el presente, por eso hay obras o ideas que vuelven a aparecer y se reubican años más tarde, con un sentido nuevo, más claro. Por eso en mayor o menor medida los proyectos se influencian los unos a los otros.
Menciona Huesos/Piedras/Flores (2011-2014) y Arada (2015): “Huesos/Piedras /Flores” fue un proyecto importante para mí porque me llevó producirlo muchos años y supuso mucho tiempo de aprendizaje sobre cerámica; todo este proceso lo realicé en Oaxaca, donde viví varios años, y la parte de gráfica en el Museo Felguerez en Zacatecas. Una vez terminado se presentó en el Museo MACO de Monterrey y en el Museo Amparo de Puebla, espacios que son muy emblemáticos en el país. También viajó a Madrid, a Hong Kong, a Bélgica…
Se sirvió de grabados anatómicos clásicos para aislar fragmentos corporales en cerámica y dibujar sobre ellos con acuarelas o lápices, convirtiendo esos huesos en una suerte de paisajes: cuerpo y naturaleza se imbrican. Decía entonces Óscar Alonso Molina que María se situaba en medio de la caudalosa corriente que, dentro de su generación, ha tomado la construcción cultural del cuerpo como punto de referencia último e inevitable para desentrañar (y qué implicaciones tan corporales arrastra este verbo) la dimensión política de nuestro estar en el mundo, en el mundo material, y no solo en el tejido de lo social.
En otro sentido, dice María, podría destacar “Arada”, que es un proyecto que realicé en 2015, el título es la denominación que se le da a la cantidad de terreno que se puede arar durante una jornada laboral, podríamos considerar que es una medida de tiempo.
Giraba en torno a la figura del petate, una alfombra centroamericana de palma tejida a mano que se pliega en sí misma, se enrolla y se usa para protegerse de la inclemencia del suelo, para comer, para parir, y en otro tiempo como sudario al morir. Utilicé este objeto cotidiano considerándolo la unidad mínima de una posible vivienda transportable, de “posesión” de la tierra, reducida al mínimo, a la propia escala humana.
En esta pequeña exposición empecé a vincular el dibujo y el textil y muchos de los asuntos en lo que estoy trabajando actualmente surgen de estas primeras aproximaciones.
Se sirvió en este proyecto de técnicas que evocan la arqueología, como el frottage o los moldes directos, y también llevó a cabo dibujos a lápiz, acuarelas, gouaches… trabajos laboriosos que, en su construcción acumulativa, remiten a las telas tejidas en un telar. Podríamos decir que María dibuja siempre, pero no solo sobre papel.
Llamativamente, en la obra de García Ibáñez no encontramos forma humana, pero todo en ella remite a las personas: todo gira en torno a lo humano.
Le hemos preguntado también qué será lo próximo: Si todo va bien, en mayo inauguro la muestra “Here is the empty that follows it all” en La cápsula, un espacio que dedica su programación a la investigación sobre arte iberoamericano en Zúrich, junto a la artista Laura Fernández Gibellini y con la curaduría de las directoras del proyecto Adriana Dominguez y Elena Rosauro.
En junio tengo una exposición con la artista brasileña Marina Camargo en la Galería Punto, en Valencia, una expo que se retrasó por la pandemia desde el año pasado. Paralelamente participo en un proyecto en la distancia que pone en diálogo una selección de artistas que vivimos en México con artistas de Philadelphia curado por Leslie Moody y Ricky Yanas.
Conoced mejor a María en su web: www.mariagarciaibanez.com, o en su perfil de Instagram: @mariagarciaibañez.