NOMBRE: Mar
APELLIDOS: Muñiz
LUGAR DE NACIMIENTO: Sevilla
FECHA DE NACIMIENTO: 1975
PROFESIÓN: Artista
Vitalista, de cromatismo potente, celebratoria y concebida tanto para la reflexión como para el disfrute: así es la pintura de la artista sevillana Mar Muñiz, que el pasado verano recaló en el CAC malagueño, centro que le dedicó la exhibición “Jugando a ser mayor”. Trabaja esta autora a partir de lo cotidiano, ofreciendo una visión lúdica de la vida, una perspectiva irónica que incide en la belleza de lo sencillo y en las posibilidades de descubrirla desde una mirada ingenua, esa que en parte se pierde con la infancia.
Licenciada en Bellas Artes en Sevilla, en la especialidad de escultura, y Máster en Arte: Idea y Producción (previamente Mar se había formado en Ingeniería Técnica Industrial), ha llevado aquella misma exhibición monográfica al Art Hub Hotel Barceló Renacimiento de la capital andaluza -allí puede visitarse hasta el final de este año- y su participación en colectivas le ha conducido a espacios como la Sala de exposiciones Carnicerías Reales de Priego de Córdoba, el Espacio Turina, el Espacio El Butrón y la Fundación Valentín de Madariaga de Sevilla, LA EMPÍRICA de Granada, la Casa de Indias de El Puerto de Santa María o, de nuevo, el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga.
Este mismo año, Muñiz ha sido seleccionada en el IV Certamen Nacional de Pintura Real Club Mediterráneo de Málaga y ha obtenido, igualmente, menciones especiales en el concurso de ideas para la creación de una escultura-galardón en los premios Andalucía de Medio Ambiente (2021) y en los reconocimientos concedidos por Venancio Blanco en su Curso de Dibujo y Escultura en Bronce de Priego de Córdoba (2013).
Se suma Mar a nuestros Fichados porque queremos conocer las raíces de su arte sin nubes negras, de su deseo de conectar con los espectadores a partir de la luz, el color y, en definitiva, la exaltación de aquello que implica alegría; no es que determinados asuntos, muchos ligados a la vida contemporánea, no le generen inquietud, ni los evite en sus trabajos, sino que opta por abordarlos desde alguna luminosidad y desde la esperanza.
Aunque no fue el arte su primer campo de estudio, nos cuenta Muñiz que siempre lo tuvo presente y que, con el tiempo, su práctica se convirtió en necesidad: La verdad es que empecé a trabajar como artista porque no me veía haciendo otra cosa. Desde pequeña el arte era mi refugio, mi manera de expresarme y entender lo que me rodeaba. Aunque estudié Ingeniería y me gustaba mucho todo lo técnico, sentía que algo me faltaba, como que no podía dejar de lado esa parte creativa. Así que me lancé a estudiar Bellas Artes, ¡y ahí todo encajó! Fue descubrir un nuevo mundo en el que combinar mi lado lógico con mi lado más emocional.
Al principio no tenía ni idea de a dónde iba con todo esto, pero cuando empecé a enseñar mis obras y vi que la gente conectaba con ellas, que lograban emocionarse o pararse a pensar un rato, lo tuve claro: “Vale, por aquí es”. Crear es decir cosas al mundo de una forma especial, autentica y única, así que más que una decisión fue algo que salió solo, como si no tuviera otra opción, era lo que tenía que hacer sí o sí.
Los puntos de partida de sus proyectos son diversos, pero podríamos englobarlos en los modos de vida de nuestro tiempo y en las emociones que estos generan. Como dijimos, su postura nunca es la del pesimismo o la censura, más bien elige incidir en las opciones múltiples hoy a nuestra disposición para esquivar los caminos no deseados: Mis obras beben directamente de esta actualidad tan frenética en la que vivimos, donde las nuevas tecnologías y el cambio constante están en todas partes. Me inspiran cosas muy variadas, desde emociones profundas como la soledad, el abandono o el miedo, hasta el impacto de la tecnología, con sus caras buenas y malas: la adicción, la obsesión por la eficiencia o la capacidad increíble que tenemos ahora de explorar nuevos límites.
También hay una fuerte conexión con lo que vivimos como sociedad: el abuso, la dependencia, las contradicciones que nos rodean. Todo eso se filtra en mi trabajo de una forma u otra, no como una crítica directa, pero sí como una invitación a reflexionar. Es como si cada obra fuera un espejo donde se reflejan estas tensiones y cambios, siempre con un toque de color y esperanza.
Su lenguaje, no quedarán ya dudas, es el de la pintura, y elige la técnica al óleo, por sus posibilidades, pero también ha cultivado otras disciplinas y deja que unas permeen en otras: Trabajo sobre todo con pintura al óleo porque me encanta cómo puedo jugar con la textura, los colores y las transparencias. Tiene una profundidad increíble que conecta directamente con las emociones que quiero transmitir. Pero no me quedo solo ahí, ¡me encanta probar cosas nuevas! A lo largo de los años he trabajado con mármol, madera, resina y hasta formatos digitales. Me gusta probar las diversas técnicas porque cada una me ofrece algo distinto, es como si cada material modelara al artista.
Y, claro, mi etapa como escultora sigue ahí, metida de lleno en mi pintura. Me encanta jugar con la perspectiva, hacer que las figuras casi parezcan salirse del lienzo. Además, considero el color como una cuarta dimensión, que añade emoción, movimiento y energía. Siento que ahora esculpo en un lienzo, dándole ese toque multidimensional.
Considero el color como una cuarta dimensión (…). Siento que ahora esculpo en un lienzo.
Sus referencias son igualmente diversas, y cita a autores ligados al surrealismo y el pop, pero avanza que su primera fuente de influencia es su ciudad, la fuerza tan particular de la estética sevillana: Mis influencias vienen de muchos lados, y me encanta que sean tan variadas. Por un lado está mi ciudad, Sevilla, con su luz, sus colores y esa energía vibrante que se siente en cada rincón. Crecer rodeada de tanta belleza y contraste te marca, quieras o no, y eso está en mis obras siempre.
A nivel artístico, tengo un poco de todo. Me atrae mucho el pop art, con su ironía y su forma de usar elementos cotidianos para decir algo más profundo. Artistas como David Hockney, Roy Lichtenstein, Yayoi Kusama, Javi Calleja o Yue Minju me inspiran, porque juegan con el color y la cultura visual de una manera única. También me encanta el surrealismo, esa libertad para crear mundos alternativos que desafían la lógica. Aunque no sigo su estilo, me encanta cómo te invitan a soñar despierto. Y artistas mucho más cercanos como Matías Sánchez, Juan de Morenilla o Christian Van Minnen.
Entre sus proyectos fundamentales, cita dos: su serie de paleta más suave y más ligada a la abstracción y el trabajo del que comenzábamos hablando, que contiene cierta invitación a recordar dónde dejamos nuestra niñez. Profundiza: Blue es una serie muy especial, porque es como un respiro dentro de todo lo frenético que suelo hacer. Aquí exploré una paleta mucho más calmada, centrada en tonos azules, y el tema principal es el agua y el océano. Los cuadros tienen un elemento clave: las mallas geométricas. Estas mallas representan la estructura invisible que sostiene lo que vemos y sentimos, como si fueran el esqueleto o la trama de la realidad que normalmente no percibimos, pero que está ahí, siempre presente. Estas formas geométricas me permiten jugar con la perspectiva y darle un aire casi técnico a las obras, unir lo orgánico del agua con lo matemático y preciso de las líneas, es como si estuvieras viendo una mezcla entre la naturaleza y lo artificial, entre lo emocional y lo lógico.
Jugando a ser mayor es, sin duda, una de mis series más ambiciosas y personales. Es un ejercicio de redescubrimiento del mundo a través de los ojos de un niño. Uso colores vibrantes y elementos lúdicos para evocar esa inocencia, pero siempre con un toque reflexivo y hasta irónico. Las obras tratan temas muy actuales como la tecnología, el consumismo o nuestras relaciones, pero todo contado desde un lenguaje visual infantil. Me encanta ese equilibrio entre lo lúdico y lo significativo, porque hace que las obras sean accesibles y profundas al mismo tiempo. Es como invitar al espectador a detenerse, recordar su propia infancia y reflexionar sobre cómo hemos llegado hasta aquí. Esta serie ha sido muy bien recibida y estoy emocionada porque estuvo dos meses expuesta en el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga, y ahora va a estar dos meses en Art Hub en Sevilla.
Su obra nos espera estos días en ese espacio y, muy pronto, en el Palacio de Cibeles: Hasta el 31 de diciembre mi obra va a estar expuesta en Art Hub, un nuevo espacio creativo ubicado en el Hotel Barceló Sevilla Renacimiento, y con la Galería BAT de Madrid estaré en ART MADRID el próximo año.
Podemos seguir sus pasos aquí: https://marmuniz.com/