NOMBRE: Lin
APELLIDOS: Calle
LUGAR DE NACIMIENTO: Hubei, China
FECHA DE NACIMIENTO: 1994
PROFESIÓN: Artista
Hace tres años que conocimos a Lin Calle, nuestra fichada esta semana, y fue en MEMORIA: la exhibición “Líricas de Viaje” repasó las pinturas y xilografías en las que esta autora estuvo trabajando en el periodo 2018-2021, piezas en pequeño y gran formato marcadas por su carácter lírico y también, paradójicamente dada su edad, por su madurez.
Graduada en Bellas Artes por la Complutense de Madrid, Calle había presentado otra individual poco antes, en la Galerie Insula de París, y repetiría en MEMORIA, la sala que la representa en Madrid, el año siguiente, con “Recent Works”, mientras que sus colectivas le han llevado a espacios como el Inbe Art Space de Tokushima (Japón) o el Domus Artium salmantino. Asimismo, ha participado en citas como FIG Bilbao, en su sección Open Portfolio; ESTAMPA, ZONA MACO y BAD+ Art Fair y ha llevado a cabo colaboraciones con Cai Guo Qiang y Joey Xia Studio. Ganadora en 2021 del Premio de Artes Visuales de la UNED, recibió un segundo galardón en el Premio para Jóvenes Artistas de la Fundación Gaceta (2019) y resultó finalista en el Premio Reina Sofía de Pintura (2018 y 2020), en el de Arte Gráfico Carmen Arozena (2019) y en el de Pintura de la Fundación Ibercaja (de nuevo en 2019).
Calle, que reside y trabaja en Madrid, se incorpora a esta sección porque queremos conocer más de su aproximación propia a la abstracción, y de en qué medida el expresionismo abstracto estadounidense y la pintura china de paisaje vienen influyendo en su tratamiento del color, las líneas y las formas. También por sus modos de llevar a la pintura sus inquietudes en torno a la relación entre individuo y naturaleza y ciertos conceptos filosóficos y estéticos de la cultura sino-japonesa, especialmente los ligados a la propia forma y al equilibrio.
Nos ha contado esta artista que sus intereses creativos vienen de lejos y que sucesivos pasos (formación, colaboraciones, representación por galerías) han contribuido a su profesionalización: Desde niña nunca he parado de dibujar y pintar y me gustaba recorrer todos los museos de Madrid, así que finalmente me gradué en 2017 en Bellas Artes por la Universidad Complutense, especializándome en Pintura, dibujo y grabado. Ese mismo año, tuve la oportunidad de colaborar como asistente de Cai Guo-Qiang en el proyecto El Espíritu de la Pintura (2017), llevado a cabo en el Salón de Reinos del Museo del Prado.
A través de MEMORIA, mi galería, he tenido la oportunidad de exponer y formarme con otros artistas más establecidos a quienes admiro, como la fotógrafa Graciela Iturbide, Juan Castillo, Vicente Rojo o el ceramista Gustavo Pérez.
A la hora de definir las claves de su producción cita dos: el paisaje y el vacío. Parecen conceptos antitéticos, pero en su pintura se relacionan o funden; le interesa la capacidad evocadora de lo aparentemente inconcreto: Si tuviera que definir cuál es el tema de mis obras, aquello que represento, y en lo que con cada aproximación intento evocar un nuevo matiz, sería el paisaje. Aprehender el paisaje, como punto de partida, como lugar de encuentro y como imitación de la vida.
Otro elemento muy importante es el concepto del vacío, que en mi obra puede observarse en espacios en los que el soporte pictórico adquiere protagonismo: en crudo o sin apenas materia, determinando en gran medida el desarrollo de la obra; o en espacios de grandes aguadas de color. Estos espacios no son superficies sordas o carentes de significado, sino que es mediante estos silencios que una resonancia lenta y no impositiva se va desplegando. Los bordes se desdibujan y se simplifican las formas, permitiendo que se establezca una resonancia o conexión empática con el espectador.
Si tuviera que definir cuál es el tema de mis obras, aquello que represento, y en lo que con cada aproximación intento evocar un nuevo matiz, sería el paisaje. Aprehender el paisaje, como punto de partida, como lugar de encuentro y como imitación de la vida.
Sus técnicas son la pintura y el grabado, y la tinta y el papel sus vías para experimentar. Nos cuenta Lin que trabaja desde la intuición y añadimos que también desde una gran libertad, recurriendo a la creación en el suelo, atendiendo a los cambios suscitados por la posición del cuerpo o al uso de las dos caras del soporte. En el caso del grabado, le mueve ese mismo deseo experimental y una estética depurada: Mi proceso pictórico es un proceso muy intuitivo, en el que la materialidad, tono y consistencia del lino o el algodón suele ser determinante: comienzo extendiendo la tela sobre el suelo y cualquier mancha, registro o arruga desencadena una serie de gestos sobre la tela. Pintar en el suelo supone una mayor libertad y amplitud de movimientos, permitiendo una concepción más abstracta del espacio; izquierda, derecha, arriba y abajo pueden cambiar constantemente con tan solo cambiar la posición de tu cuerpo. En ocasiones, también trabajo la tela por ambos lados: la pintura permea y genera un nuevo espacio para la duda, permitiendo avanzar.
Por otro lado, mi planteamiento e intención a la hora de abordar una estampa no difiere de mi proceso pictórico; suelo grabar durante los tiempos de secado de las obras en lienzo, investigando y buscando desdibujar los límites entre ambos procesos. La xilografía es una técnica muy honesta y orgánica, en la que se produce una conexión muy especial con el material desde el inicio. No suele permitir correcciones, por lo que en muchos casos he de comenzar de nuevo todo el proceso de tallado o estampación. Finalmente, busco mediante los mínimos elementos conseguir la máxima expresión, lo que supone la mayoría de las veces un gran esfuerzo de simplificación y esencialismo.
La tinta ha ganado también más presencia en mis obras, lo que me ha permitido investigar sus distintos tonos (colores) y buscar el grado más oscuro de luz general de un cuadro sin que el color pierda su luz particular. Los collages, en cambio, han posibilitado la experimentación singular de la variedad de tonos blancos del papel, su rugosidad y transparencia; y dibujar, levemente, con la luz y el relieve de las formas recortadas y pegadas sobre el papel o la tabla.
El papel, no como espacio en blanco, sino como material ya coloreado y poniendo de relieve su fisicidad. Aunque el procedimiento del collage sea un proceso aditivo, me he interesado más en la elipsis, en las líneas que delimitan las formas recortadas, en el pequeño espacio físico que hay entre las distintas capas de papeles y el soporte, y en las formas que se revelan al ocultar otras zonas con más papel. Iniciar pequeños trabajos de collage me ha permitido una simplificación mayor de medios y acceder a un acercamiento más lúdico y ágil a posibles soluciones compositivas de obras de mayor tamaño o como preludio de ciertas xilografías.
Encolo papeles que proceden del proceso mismo de edición de las estampas o los coloreo a mano con pintura que he empleado en los cuadros. Los collages forman un cuerpo de trabajo autónomo; con la particularidad de recoger en sí todo lo que sucede en el estudio. Son, por ello, obras que me resultan muy interesantes, por su menor escala y consecuentemente, mayor intimidad, y por su carácter experimental, posibilitadores de nuevos caminos.
Los collages son obras que me resultan muy interesantes, por su menor escala y consecuentemente, mayor intimidad, y por su carácter experimental, posibilitadores de nuevos caminos.
Citábamos al principio algunas de sus influencias y profundiza Calle en su atención en el género del paisaje chino, del todo diferente en su desarrollo al occidental, más ligado a conceptos que a detalles, a la contraposición entre lo estable y lo cambiante y al juego entre lo que se elige revelar o sugerir: Me interesa el concepto del paisaje, no tanto como se concibe y predomina más en Europa —aquí su raíz etimológica hace referencia a una porción de tierra o país, tan lejos o vasta hasta donde alcanza la mirada—, sino en relación con una noción de paisaje más propia de Asia; más concretamente de China y de los textos y discursos que se han escrito acerca de la pintura.
En la teoría de pintura china, el paisaje es concebido como resultado de una observación profunda y global de la naturaleza, donde lo importante no es una vista concreta del perfil de una montaña recortándose sobre el cielo, sino cómo montaña y agua —caracteres que, de hecho, componen el término paisaje en chino—, forman un binomio en constante interrelación e interacción. La inmutabilidad de la montaña y el fluir del agua se contraponen y correlacionan. Se propicia una alternancia de acciones o nociones opuestas, se persigue un juego constante entre presencia y ausencia, mostrar u ocultar, dibujar y desdibujar; se retoma y cultiva lo informe intentando atrapar las formas o estructuras en el momento justo antes de desaparecer o, dicho de otro modo, se propone el desarrollo de aquello que permanece entre ambos extremos.
Entre los artistas que han influido en mi proceso creativo, podría destacar en España a Esteban Vicente, y extranjeros, a Zao Wou Ki o Helen Frankenthaler.
Sus procesos, nos explica, se han hecho más sosegados en sus últimos proyectos, en relación con la aplicación de superposiciones: Las obras en las que he estado trabajando este último año son obras cuyo proceso ha sido más pausado, retomando ciertas preocupaciones que intenté abordar años atrás. Se distinguen por una mayor acumulación de capas de pintura, que se superponen como si fueran sedimentos. Entre capa y capa el tiempo de espera se prolonga, propiciando momentos mayores de tensión y reflexión.
Su próxima muestra será a dúo y en Madrid: A finales de este año 2024 tendré una exhibición en MEMORIA Centro & Carabanchel (Madrid), en la que mi obra tendrá un dialogo con las piezas del ceramista mexicano Gustavo Pérez. También estoy valorando algunas residencias en el extranjero para el 2025, así como la participación en ferias internacionales.
Podemos seguir sus pasos aquí: www.lincalle.com