NOMBRE: Laura
APELLIDOS: Llaneli
LUGAR DE NACIMIENTO: Granada
FECHA DE NACIMIENTO: 1986
PROFESIÓN: Artista
A nuestra última fichada, Laura Llaneli, la conocimos casi en otra era, allá por 2013, con motivo de su participación en una residencia en Hangar; su producción ahondaba ya en las posibilidades de las experiencias sonoras y musicales y también en las prácticas y dispositivos propios de las artes visuales, haciendo hincapié en las variaciones factibles en los patrones habituales con que nos llegan determinados productos culturales y en el impacto que esos cambios pueden suscitar. También os hablamos de ella por su participación, en la primera mitad de este año, en el ciclo DISSONANTS.
Llaneli, diplomada en Diseño Gráfico, licenciada en Bellas Artes y Máster en Arte Sonoro, ha presentado muestras individuales en Casal Solleric (Palma de Mallorca), ADN Galería y la Fundació Joan Miró (Barcelona), Casaplan (Valparaíso, Chile), Swinton & Grant (Madrid), MMSU (Croacia) y Art3 (Francia) y ha participado en colectivas en centros como Lo Pati (Amposta), la Fundació Antoni Tàpies (Barcelona) y Tecla Sala (Hospitalet); es en Barcelona donde reside y trabaja. Asimismo, ha llevado sus performances a espacios y citas como Mixtur (2020), CAAMSonora (2020), LEM (2019-2020), Low-Tech-Music, en La Virreina (2020); VIU (2019), SWAB ART FAIR (2019), Respiradero, en Getxoarte (2018); Tsonami IX, en Chile (2015) o Eufònic (2013-2014). Además, ha desarrollado residencias en la Casa de Velázquez, Art3 Valence, Eufònic-Lo Pati, el MMSU Rijeka, Estruch Sabadell, el mencionado Hangar y Gràcia Territori Sonor; trabaja, también, en el espacio Salamina.
Se suma Laura a esta sección porque queremos saber más sobre los lazos que establece entre los distintos modos de escribir y entender la música en Occidente a lo largo de los siglos, su consideración del sonido en un sentido amplio y sobre sus estudios en torno a las relaciones entre el discurso musical, el lenguaje visual y las vivencias que ambos nos ofrecen.
Conforme al esquema que conocéis, le hemos preguntado por sus inicios; nos cuenta que eligió dedicarse a lo artístico por la variedad de intereses que esta actividad le permite cultivar sin rigideces. Los suyos son muy diversos y elige no ceñirse a disciplinas únicas: Diría que una de las razones por las que comencé era que me gustaban demasiadas cosas y me era difícil saber qué elegir, como profesión. El arte me permitía y me sigue permitiendo tener bastante libertad en las temáticas de trabajo y realizar mis investigaciones conceptuales y formales según lo que me apetece en cada momento. Puedo estar investigando sobre los estampados en tela de Mariano Fortuny, luego programando código, luego escribiendo textos para mis performances o componiendo música sin demasiadas convenciones. El arte es una disciplina muy transversal que me permite explorar mis inquietudes y llevar proyectos muy diversos bajo el mismo paraguas.
Lenguaje y sonido son asuntos fundamentales en su producción. Menciona, como temas que vertebran sus obras, el lenguaje, en su sonoridad hablada y en texto escrito. El sonido como materia prima y como manera de acercarnos al mundo. La música para romper sus convenciones. La relación entre arte y educación. La performance, la instalación sonora. Los patrones y estructuras establecidas en ciertos proyectos culturales.
Lo sonoro cobra, por tanto, mayor relevancia que lo material en sus proyectos; en la mayoría de los casos se trata de instalaciones sonoras, audios y performances; valora en estos medios que le permiten trabajar con cierta ligereza en los procesos preparatorios: Son los formatos en los que trabajo de manera más natural. Para mí son bastante inmediatos y no dependen tanto de que tenga que salir a comprar un material u otro. Si estoy en el estudio y pienso cualquier idea que quiero probar, estos dos formatos son muy asequibles para mí y además los disfruto mucho. También, siempre me ha parecido interesante generar proyectos artísticos sin demasiada objetualidad.
Sus referentes son figuras clave en este tipo de propuestas, aunque últimamente, nos explica, toma sus fuentes creativas de muy diversos orígenes y de sus experiencias cotidianas, culturales o no tanto: Sobre todo cuando empecé eran Fluxus, Joseph Beuys, Yoko Ono, Steve Reich, John Cage, Pauline Oliveros, Alvin Lucier… especialmente artistas sonoros, de performance, conceptuales y músicos que tenían intenciones más allá de la música convencional. Ahora mismo mis influencias varían mucho y pueden ir desde un libro, una película, un viaje, algo que veo por la calle, algo que alguien me cuenta… Diría que ya no vienen silo del mundo el arte y la cultura, sino que de todos los sitios.
Entre sus principales proyectos hasta ahora, comienza Laura hablándonos de uno de los más recientes: su muestra “La condición vocal”, que pudo verse en Casal Solleric el pasado verano bajo el comisariado de Marta Ramos-Yzquierdo. Constaba de cuatro trabajos inéditos: la pieza sonora Al oído (a cau d´orella), el video If it doesn’t work you just look like a crazy lady screaming, la instalación Screamqueens, con dos ondas de grito, y la acción colectiva Gritar sin más, junto a la performance, también instalación, Hace tiempo que no te susurro. En estas obras continuaba Llaneli estudiando patrones sonoros, su conformación formal y su influencia en la sociedad como productos culturales. Su objetivo era incitar al visitante a escuchar con detenimiento y encontrar las posibilidades del campo sonoro y de la voz como agentes poderosos, desde un punto de vista político y en conexión con las teorías feministas y queer.
Cada una de esas piezas proponía vías para desactivar códigos vocales impuestos, en un recorrido que comenzaba con la acción de susurrar y terminaba gritando. Desde su sutilidad, el susurro devenía medio de infiltración de otros mensajes, y con ellos de otras formas de relación posibles, y el grito femenino se nos ofrecía como herramienta de poder, personificado en las screamqueens del cine, que metafóricamente y literalmente lo emplearon para enunciar sus ideas y deseos. Hace tiempo que no susurro, por su parte, convertía ese susurro en una acción de resonancias afectivas a recuperar tras nuestros distanciamientos pandémicos.
Entre 2019 y 2020 pudimos ver en ADN, en el marco de Art Nou, su individual “Palpitar Palpar”, que constaba de un vídeo, una instalación sonora y una performance. Se trataba de un proyecto de cuerpo en escena, de un lenguaje que transita cuerpos comunes a través de las vibraciones. Una acción de contactos y distancias: contacto físico palpable, contacto etéreo y distancias fluidas.
El trabajo partía de un texto en tres idiomas escrito por la misma Llaneli: una voz lo transfería, mediante altavoces de contacto, a distintos tipos de cuerpos materiales, pequeñas esculturas que palpitaban con el sonido. Como recordaba en el texto de aquella exhibición Núria Gómez Gabriel, para comprender este conjunto debíamos tener en cuenta que, para la artista, el sonido es cuerpo pensante; las ideas, vibraciones que tocan y las emociones, un terreno ajeno a la razón consciente, el de lo inexpresable.
Lo performativo comulgaba con lo escultórico y la escucha se abordaba aquí como fenómeno colectivo, capaz de conectar cuerpos y experiencias.
La performance Lovelace (2018), por su parte, tomaba su nombre del apellido de Ada Lovelace, pionera de la programación en el siglo XIX, y del de la actriz porno Linda Lovelace, Garganta profunda. Aunque Love-lace también podría literalmente traducirse como cordón de amor, siendo así susceptible de relacionarse el término con hilos y tejidos, y estos a su vez con la vertiente analógica de algoritmos y patrones. La pieza, de media hora de duración, constaba de música en directo creada con código y software libre (Sonic Pi); en paralelo a ella se narraba un texto que enlazaba discursos sobre las multiplicidades del lenguaje, los límites de la realidad expresada a través de este, los nexos entre lo leído por una voz máquina o por la voz humana y nuestras conexiones estéticas, y también eróticas, con dicho lenguaje.
Se refiere también Laura a otra performance de ese mismo año, EL MIDI, en la que vinculaba ese sistema, el Musical Instrument Digital Interface, con la notación musical nacida en el siglo XIV, los neumas y el canto gregoriano: EL MIDI es una charla teórica que divaga entre temas dotados de rigor científico musical e impresiones o intuiciones sobre el tema, mezclando a su vez vocabulario técnico y formal con expresiones populares. La charla se estructura en base a la música (compuesta en MIDI), de manera que la voz va perdiendo importancia y volumen cada vez que avanza la charla, mientras la base musical se vuelve cada vez más potente y bailable.
De nuevo en ADN, en su programa Platform y bajo el comisariado de Jordi Vernis, expuso “Relationship of Command”, que se nutría de las coincidencias entre los sonidos del post-punk de los ochenta con los de las cargas policiales y motines realizados en la misma época en Inglaterra, ampliándolos.
Planteaba nexos entre patrón musical y gesto y se fijaba en las consecuencias de la alteración del ritmo para revisar nuestros modos de canalizar la agresividad mediante la repetición de unos protocolos, si podríamos referirnos a la existencia de unas políticas de la puesta en escena y qué papel juega en ellas lo cerebral y calculado.
Por último se refiere a su performance de 2013 Gnossienne nº1, una interpretación de la obra así titulada de Erik Satie transformando sus parámetros temporales: Se sigue la partitura y las dinámicas pero el tempo de la pieza no es el de la duración de las notas. El tempo va en función de lo que dura el sonido de cada nota al ser tocada, hasta que no se extingue totalmente el sonido de una nota o un acorde, no se toca el siguiente. Así el tiempo es variable según la sala, la escucha y el piano.
Le preguntamos, por último, dónde encontrarla próximamente: Ahora mismo trabajo en una performance que estoy realizando en diversos festivales europeos, vibrrration thrrrough, que sigue la línea de investigación iniciada con “Palpitar Palpar” y los altavoces de contacto. En Barcelona se podrá ver en diciembre en el marco de Sónar+D. También, y junto a Óscar de la Fuente, en un proyecto para la exposición colectiva “El Medio y el Tiempo”, comisariada por Nicolás Combarro y Marta Ramos-Yzquierdo, que tendrá lugar en Granada en el Centro Condes de Gabia a partir del 17 de diciembre, en el que estamos haciendo composiciones sonoras a partir de los estampados de Mariano Fortuny y Madrazo.
Hasta finales de diciembre se podrán ver dos piezas mías, Screamqueens: dos ondas de grito y Al oído (a cau d’orella), en la exposición colectiva “Error de cálculo” comisariada por Jesús Alcaide en el Centro de arte Rafael Botí de Córdoba.
Conoced mejor a la artista, aquí: www.laurallaneli.com
