El rebobinador

La espiral Jetty, Smithson en su laberinto

Situada en el Gran Lago Salado del desierto de Utah, la espiral Jetty (1970) es un ejemplo magistral de la representación del espacio-tiempo laberíntico.

Frecuentemente, las obras de Robert Smithson son metáforas de fenómenos geológicos y naturales, pero en esta intervención en el paisaje hizo referencia a otros factores de lectura más ambiciosa, como los procesos galácticos relacionados con las teorías físicas sobre la diversidad del tiempo y el espacio.

Siguiendo los postulados de Kubler, el artista pretendía desvincular la obra de arte de su tiempo cronológico, para que se expandiera en un tiempo relativo, de modo que el arte pudiera comportarse como una materia que viajara por el espacio. Ello presupone un cambio importante en el concepto de obra artística, que Smithson entendía, más que como objeto, como fenómeno que no puede definirse en términos causales ni objetuales, sino más bien abstractos (espacio-temporales) y lingüísticos.

Robert Smithson. Spiral Jetty, 1970
Robert Smithson. Spiral Jetty, 1970

La espiral Jetty, por tanto, habría que leerla como se lee una ecuación de física en la que letras y números dicen más de lo que son y, al descifrarla, podremos hacernos una idea de la magnitud que encierra. En las relaciones entre las partes y el todo encontraremos los contenidos.

La imagen en superficie de la espiral es solo su apariencia externa: Smithson quiso que la contempláramos como si se proyectara cónicamente hacia dentro del agua y hacia fuera, a modo de concha de caracol, identificada en la mitología griega con el laberinto del minotauro.

La espiral Jetty hay que leerla como se lee una ecuación de física en la que letras y números dicen más de lo que son.

Así, tiene una proyección ascendente hasta un invisible vértice y otra descendente hacia otro vértice imaginario, pero presente sintácticamente en la historia de la imagen, porque esa proyección descendente remite al remolino marítimo que, según la leyenda, existe en medio del Gran Lago Salado a causa de las corrientes submarinas y de la comunicación entre el centro del lago y el océano Pacífico a través de un túnel que quedó como reminiscencia del estado primitivo de la tierra, en la época en que solo había un continente y un mar.

Ese remolino nos hace pensar en el que Edgar Allan Poe describió en El descenso del Maelström, que sabemos que era uno de los relatos favoritos de Smithson. Cuando el marinero se dejaba arrastrar por él, su reloj se detuvo y el tiempo dejó de existir.

SMITHSON COMO DÉDALO

Para explorar aquella leyenda sobre el Lago Salado, el autor estadounidense consultó mapas antiguos a los que superpuso los actuales de su país. A partir de ese cruce, creó uno nuevo y, acabada la espiral, filmó una película que formó parte de la propia obra; en ella mostraba todos los elementos y reflexiones que la explican pero que resultan invisibles para el espectador, como las relaciones espacio-temporales que hacen del proyecto esa compleja metáfora del laberinto.

Superpuso imágenes relativas a la prehistoria con otras sobre el proceso de construcción de la pieza, buscando sincronizar presente y pasado remoto e identificar paradójicamente el futuro con nuestro pasado, invirtiendo la cadena del tiempo cronológico: se basaba en la idea de que, en un momento dado, el universo llegará a expandirse hasta unos límites infranqueables desde los que tendrá que regresar.

Queda claro en el vídeo que su espiral representa aquella que dio origen al universo, lo que explica su movimiento ascendente hacia un imaginario vértice superior: el laberinto es un símbolo del tiempo que ya los griegos relacionaron con las estructuras del discurrir del pensamiento, concebido este como producto de la reflexión del mundo, pero sobre todo como su creador.

Smithson vino a convertirse al idear esta obra, como Dédalo, en un constructor de laberintos mediante los que nos introduce en los espacios imaginarios del pensamiento para mostrarnos su complejidad: el muelle proyectado en el cielo es la espiral de nebulosas que generó el universo y está regida por un tiempo relativo; el muelle que se despliega hacia abajo como un remolino alude a un mundo micro.

En la película que mencionábamos, Smithson se grabó a sí mismo recorriendo la espiral en sentido centrífugo (es decir, hacia el futuro) y centrípeto (hacia el pasado), y no consideraba acabada la obra hasta que no la recorría. Así, su trabajo funciona como una especie de cápsula espacial desde la que el sujeto se desdobla para autocontemplarse.

3 respuestas a “La espiral Jetty, Smithson en su laberinto”

  1. sandra

    cual fue la intención de robert smithson al crear el espiral jetty

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  2. Javiera

    Me gustó la manera de explicar la obra, pero hay faltas de ortografía

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    • masdearte

      Hola, Javiera. Gracias. No encontramos ninguna, así que te pedimos que nos las especifiques. Un saludo.

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Comentarios