NOMBRE: Jorge
APELLIDOS: Julve
LUGAR DE NACIMIENTO: Castellón de la Plana
FECHA DE NACIMIENTO: 1989
PROFESIÓN: Artista
Hace casi una década que conocimos a Jorge Julve, nuestro fichado esta semana: fue a finales de 2015, cuando presentó en la Galería Fúcares de Almagro la muestra “Ruido a distancia”, compuesta por pinturas en las que, haciendo referencia al ensayo de Remedios Zafra Un cuarto propio conectado, reflexionaba sobre los lugares que ocupamos al conectarnos a Internet y sobre la capacidad de la red y la pantalla de proveernos de todo cuanto necesitamos. Planteando relaciones entre la vida virtual y la física, trasladaba a sus lienzos representaciones de la sobrecarga de información a la que cada día nos exponemos, sirviéndose de imágenes encontradas online como punto de arranque de procesos pictóricos mentales. Los encuadres, sencillos y aparentemente espontáneos, remitían a la inmediatez propia de los dispositivos digitales, y los motivos figurativos se conjugaban con zonas abstractas, generando cierto misterio.
Licenciado en Bellas Artes en la Universidad Politécnica de Valencia, donde también ha cursado un Máster en Producción Artística, Julve ha protagonizado otras exposiciones individuales, de nuevo en Fúcares, en la Facultad de Bellas Artes de San Carlos de su Universidad, la Galeria Cànem de Castellón, Marisa Marimón (Orense), la Fundación Caja Castellón y, muy recientemente, en la Galería Daniel Cuevas de Madrid; además, ha participado en colectivas en espacios como el Palau de la Música, las Atarazanas y el Centre del Carme de Valencia, el Bella Center de Copenhague, las citadas salas Fúcares, Daniel Cuevas y Cànem, Espacio Marzana (Bilbao), la Lonja alicantina, el EACC de Castellón o la Städtische Galerie Bremen, y lo hemos encontrado en citas como JustMad, ESTAMPA o Drawing Room.
Ha recibido el artista el Premio Perspectives, art, inflammations and me, de la Cátedra Arte y Enfermedades de la Politécnica valenciana (2013); el primer galardón en el XXXIV Concurso Nacional de pintura El Piló (2014); y la Beca Hàbitat Artístic Castelló para cursar una residencia en el centro berlinés GlogauAir (2017). Se incorpora a esta sección porque queremos saber más de la importancia en su obra del universo de las pantallas y también de sus procesos de trabajo, de la importancia que concede a la sugerencia y de su voluntad de análisis del lenguaje y las funciones específicos del medio pictórico partiendo de la observación de realidades físicas y virtuales; con esa querencia analítica tiene que ver lo reducido de su paleta.
Le hemos preguntado por sus inicios; si su afición al dibujo es antigua, la atención a los temas que hoy vertebran su trayectoria comenzó en los últimos años de carrera: Desde pequeño siempre he dibujado de una forma muy desenfadada. Esa inquietud por dibujar fue creciendo a la vez que me iba moviendo en contextos creativos y conociendo a gente vinculada al mundo del arte. Pero si tuviera que elegir un momento, sería en los últimos años de Bellas Artes. Ahí empecé a desarrollar trabajos en los que me cuestionaba el mundo de las imágenes a la vez que profundizaba en procesos puramente pictóricos. Supongo que fue en ese momento cuando empecé a trabajar como artista.
Todo, o casi todo, lo que rodea a la pintura es el centro de interés de Julve, desde sus procedimientos a cuanto condiciona al autor a la hora de trabajar. Prestad atención a su consideración de esta disciplina como modo de acercarse al mundo, desde el que reflexionar sobre él y en el que caben todos los asuntos posibles; sin que ello implique la presencia de motivos reconocibles, porque, como explicó a El Periódico Mediterráneo, considera su naturaleza esencialmente abstracta por no requerir de narrativas o ejes fuera de sí misma, del mismo modo que la música no necesita letra: El tema fundamental de mi trabajo es esencialmente la pintura, cuestionarme la pintura desde su propia naturaleza. Me interesa el registro de la materia y la intención del que la pinta, el tiempo que necesita y el tiempo del que carece, condicionada por los límites del día a día.
Me resulta estimulante utilizar la pintura como un espacio desde el que aproximarme y relacionarme con las cosas. De una forma u otra, todo se puede convertir en pintura, hasta la propia pintura se convierte en un motivo pictórico. En ese espacio puedo observar, pensar y experimentar.
Todo se puede convertir en pintura, hasta la propia pintura se convierte en un motivo pictórico.
Las técnicas en las que viene desarrollando su producción están claras (La pintura y el dibujo siempre han sido un hilo conductor a la hora de plantear y desarrollar mis proyectos); en cuanto a sus referencias, nos habla de la importancia de sus visitas a museos de arte contemporáneo y de su acercamiento a expresionistas e informalistas: El primer recuerdo que tengo de mirar y profundizar en la pintura fue con los informalistas durante una visita al Reina Sofia, en concreto con las pinturas de Saura. Siempre me ha resultado familiar y estimulante esa reducción del color y la construcción desde la materia, sin renunciar a cierta figuración que acaba quedando en un segundo plano por el protagonismo que tiene la propia pintura. También recuerdo perfectamente la visita al Brücke Museum de Berlín y el impacto que me provocó ver la pintura de los expresionistas alemanes miembros del grupo Die Brücke, como Erich Heckel o E. Ludwig Kirchner. Aunque siempre me habían llamado la atención las imágenes de las pinturas que veía en los libros, en estos casos se trata de la primera vez que traté de descifrar el proceso material de lo que veía a partir de la experiencia, de ver la pintura en físico.
Ese primer contacto ha ido condicionando la construcción y la idea de la pintura que he desarrollado a lo largo de los años, entendiéndola como un proceso de abstracción, pero sin rechazar la idea de figuración o construcción de imágenes desde el propio proceso pictórico. Desde entonces me ha interesado especialmente la pintura alemana, siguiendo a artistas como Charline von Heyl, Sigmar Polke, Albert Oehlen o Günther Förg.
A la hora de citar los principales proyectos que ha llevado a cabo hasta la fecha, el artista nos retrotrae a 2021 y a su segunda individual en Cànem: En los últimos años destacaría el proyecto “La pintura es la medida de todas las cosas”, realizado en 2021 en la Galeria Cànem, en el que presenté una serie de pinturas resultado de un proceso en el que se generaba un diálogo visual entre las obras distribuidas por las paredes del estudio y un objeto de madera y espejos compuesto por tres bloques en constante movimiento situado en el centro. En este contexto se generaban imágenes a partir de las cuales desarrollaba nuevos procesos pictóricos. La pieza la acabé titulando “Artefacto de imágenes” y, con una naturaleza cambiante, acabó formando parte de la exposición.
Posteriormente formó parte de “El Descrèdit de la Realitat”, un proyecto comisariado por Carles Àngel Saurí y Paula Lorenzo en el EACC de Castellón de la Plana, en el que se cuestionaba y repensaba la propia institución, a la vez que se ideaban nuevas formas de estar en una realidad en constante cambio y de futuro incierto.
En 2022 realicé un proyecto individual en la Fundación Caja Castellón comisariado por Juan Sánchez, que titulamos “Relació Dual”. En esta ocasión hicimos un planteamiento totalmente específico a la arquitectura del espacio expositivo, desarrollando un cuerpo de trabajos condicionados del todo por el mismo espacio, en los que se generaban reflexiones en torno a la pintura, la arquitectura y la imagen.
La dualidad a la que se refería el título de aquella propuesta remitía a la pintura clásica y la contemporánea, a la tradición y a nuestro tiempo; se suscitaban intercambios visuales entre imágenes de obras pasadas y selfies extraídos de medios de difusión actuales y las propias telas de este autor, respondiendo de algún modo, como subrayaba el comisario Juan Sánchez en el texto de la muestra, a la cuestión introducida por Barry Schwabsky en su libro Vitamin P: New Perspectives in Painting sobre el enraizamiento, o falta de él, de los pintores de hoy en la tradición pictórica occidental o únicamente en los ejemplos más recientes de este arte, derivados muy a menudo de la tecnología y las fotografías que distribuyen los medios de comunicación.
En el último año he estado trabajando en el proyecto “Distance Canvas”, junto a la coreógrafa Neus Ledesma y en colaboración con el colectivo Tanz Kollektiv Bremen. Se trata de un proyecto a distancia en el que, a partir del envío de un conjunto de telas de pintura a Bremen, se fueron desarrollando una serie de coreografías y acciones que a la vez estimulaban procesos para desarrollar nuevas pinturas. Es un proceso de intercambio y continúa conversación, en el que se involucraron diferentes personas trabajando con total autonomía creativa para al final juntar las partes en una performance/instalación en el marco de la exposición “DAS BLEIBT”, en la Städtische Galerie Bremen.
Recientemente he realizado mi primera individual, “Dos pasos o tres meses”, en la Galería Daniel Cuevas en Madrid, presentando una serie de pinturas en las que proceso, imagen y tiempo han tenido un papel protagonista.
El título de esta muestra, nueva manifestación de esa importancia del tiempo para Julve, aludía al periodo que dedicó a la elaboración de las obras expuestas y a los pasos con los que le gustaría trabajar; esa duración y esos procesos los entiende estrechamente relacionados con la propia fisicidad de sus piezas y con los códigos inherentes a la pintura, que requiere de una reflexión y un reposo que parecen ir en dirección contraria a nuestros modos de vida y trabajo hoy. Interesa al artista plantearse si esta disciplina, la pintura, va por eso en contra de los tiempos.
El término pasos, en este contexto, puede entenderse en un sentido mental (como proceso pictórico en la cabeza) o en otro físico (como acción de pintar); en todo caso, llevar a cabo una pintura en pocos pasos supone un reto, porque cada decisión o cada gesto da lugar a necesidades nuevas, a una mayor complejidad, y por tanto a duraciones extendidas. Esos dos pasos, por tanto, tienen algo de utópico, pero en cualquier caso nos hablan de su deseo por alcanzar un estado en el que sus composiciones no requieran nada más, tras fragmentaciones, acumulaciones y negaciones en el camino.
Como en el resto de sus exposiciones, para esta también se sirvió Julve de imágenes encontradas y archivadas cotidianamente o de fotos que él mismo realiza en las que encuentra un potencial pictórico, por la presencia de nociones como la figura, el fondo, la luz o la piel.
Podéis conocerlo mejor aquí: https://jorgejulve.com/
