NOMBRE: Fran
APELLIDOS: Pérez Rus
LUGAR DE NACIMIENTO: Lupión, Jaén
FECHA DE NACIMIENTO: 1986
PROFESIÓN: Artista
No son demasiados los artistas que trabajan en técnicas digitales, o al menos que hayan hecho de ellas su principal camino expresivo, los que han pasado por esta sección, por eso hemos querido que sea nuestro primer fichado de este curso Fran Pérez Rus, que este mismo año (justo antes de que nos golpeara la pandemia) presentaba muestra individual en la Escuela de Arte Mateo Inurria de Córdoba y que viene abordando en su producción las relaciones entre el ser humano y la tecnología, sin dejar de lado los retos de la sostenibilidad y buscando siempre la transversalidad de medios. En lo formal, interesan a Fran los nexos entre el ámbito físico y el digital, entre lo que es tangible y lo que no y entre la naturaleza y el artificio y busca, asimismo, que sus proyectos transformen los espacios donde se muestran para que el contexto que generen ofrezca al espectador nuevas experiencias.
Licenciado en Bellas Artes y Máster en Arte: Investigación y Producción por la Universidad de Granada, también ha presentado exposiciones individuales en La Empírica, el Centro Cultural Gran Capitán y la Galería Suburbia de esa ciudad andaluza, en Priego de Córdoba, en el marco del Nemo Art Festival; en la Sala Iniciarte cordobesa, Doña Mencía y en el Museo de Historia de El Carpio, en la Galería Weber-Lutgen sevillana y en ECCO (Cádiz). Sus colectivas le han llevado a la Universidad de Nashville, The Scan Project Room (Londres), el Dinamo Festival de Piornal (Cáceres), el Centro Cultural La Carolina y el Centro Baños Árabes de Jaén, Conde Duque, la Galería A del Arte zaragozana, el CAC Málaga, la Fundación Antonio Gala o el Centro Federico García Lorca.
Premio de Artes Visuales en Málaga Crea 2016 y Premio Holografía en MADATAC 09, Pérez Rus fue seleccionado en SCARPIA XII, en las Residencias de investigación sonora del Centro de Arte Sierra (2013), en el Programa de residencias A.I.R. de ECCO (2014), las microrresidencias Espacio Islandia de Pasaje Fuencarral (2015), el programa Iniciarte (2016), el programa FACBA’ 19 de la Universidad de Granada y el programa A SECAS del CAAC sevillano, el pasado 2019. Desde hace seis años también cuenta con abultada experiencia docente, sobre todo en materia de videomapping, y trabaja, además, en proyectos como FAR (Foro de Arte Relacional) o colabora con instituciones públicas como la Universidad de Jaume I de Castellón y la Universidad de Jaén.
Fran es nuestro primer fichado de septiembre porque nos interesa su combinación de técnicas diversas a la hora de construir ambientes y situaciones que nos invitan a reflexionar sobre algunos de nuestros hábitos sociales, como los ligados al consumo, y también por su estudio de los materiales empleados en la vida y en el arte actual, de su origen y el impacto que su uso ocasiona, sin esquivar contradicciones y paradojas. Conjuga en cierto modo temas que vienen siendo objeto de inquietud artística en las últimas décadas con medios tecnológicos más recientes.
Sitúa sus inicios como creador centrado en el campo digital al finalizar sus estudios de Bellas Artes: Desde que comencé mis estudios en arte me interesaba mucho tomar la vía de la creación contemporánea, gozar de la libertad de trabajar sobre lo que me apeteciera.
Al terminar mi formación académica me dispuse a realizar este objetivo creando una línea de investigación basada en mis intereses, por lo que empecé a producir y a presentarme a diferentes convocatorias y ayudas que me permitieran exponer mis creaciones. Ha pasado poco tiempo desde que me licencié e hice el máster, pero aun así he tenido la oportunidad de exponer en numerosos lugares. A día de hoy sigo en esa misma dinámica, participando en numerosas becas e intentando dar visibilidad a mi trabajo.
Sus intereses, como adelantábamos, pasan por el estudio de nuestros vínculos con la tecnología y de sus repercusiones medioambientales, de las tensiones entre nuestro rol consumista y nuestras preocupaciones ecológicas. Sus dispositivos (artificiales) nos hablan de la necesaria conservación de lo natural, en una imbricación que puede sugerirnos múltiples reflexiones, algunas relativas a lo que dicha naturaleza tiene de construcción cultural, humana, subjetiva y por tanto modificable, también por medios tecnológicos. Nos explica Fran los asuntos más frecuentes en su producción: Principalmente me interesan las tensiones sociopolíticas y medioambientales que vivimos actualmente y que surgen del marco climático y económico actual.
La crisis climática a la que nos enfrentamos a causa de la acción del hombre nos plantea un escenario nuevo donde predomina la incertidumbre. Ese intersticio de lo que está por llegar que se sitúa entre lo real y lo ficticio, un hueco cargado de misterio, me interesa explorarlo en mi obra.
Con ella también me interesa explorar los límites de conceptos duales, como lo físico y lo virtual, lo natural y lo artificial, lo real y lo ficticio, cuyos límites se diluyen dando lugar a planteamientos híbridos propios de nuestra tecnosociedad. A nivel espacial, estoy interesado en trabajar con el espacio desde la creación de nuevas experiencias, trazando un acercamiento análogo con mi propia obra. A modo de conversación entre diferentes elementos, trato al espacio como una entidad más que tiene algo que contar, por lo que mi obra debe reflejar este mensaje y trabajar a partir de ahí. Estos temas los abordo desde una perspectiva artística y llevándolos a un formato experiencial, donde lo primordial son las sensaciones y experiencias que se viven en torno a mi creación.
La crisis climática a la que nos enfrentamos a causa de la acción del hombre nos plantea un escenario nuevo donde predomina la incertidumbre. Ese intersticio de lo que está por llegar que se sitúa entre lo real y lo ficticio, un hueco cargado de misterio, me interesa explorarlo en mi obra.
Ese formato experiencial tiene como aliados en su producción a los nuevos medios, que son tales (medios) pero también forman parte del mensaje: Me siento muy cómodo trabajando con medios digitales y nuevos formatos, la intersección entre arte y tecnología es un cruce donde nacen e interaccionan nuevas formas de reinterpretar la realidad.
Con mi obra exploro técnicas vinculadas a la tecnología y al formato audiovisual, como por ejemplo la animación 3D, la realidad aumentada, el videomapping, la holografía, etc. Todas ellas me permiten explorar un territorio híbrido entre lo físico y el virtual.
La experiencia también es clave en mi obra, mi interés es generar ambientes donde experimentar de otro modo el propio espacio, dotándolo de otra dimensión. De igual modo me interesan mucho las propuestas específicas, ya que me permiten un constante diálogo con el propio contexto expositivo.
A la hora de citar sus referencias, menciona Pérez Rus corrientes que se zambulleron en los vínculos entre el arte y la naturaleza o el espacio y también la estética relacional (aquella que Bourriaud bautizó, apelando al arte como organización de presencia compartida entre objetos, imágenes y gente), muy presente en sus ambientes: Diría que desde siempre me han influido mucho el Land Art y el minimalismo, donde existe ese encuentro con la naturaleza desde una perspectiva pura y ritual. Son movimientos artísticos que han trabajado desde y con el espacio, por lo que entablan una relación directa obra/contexto que me interesa mucho llevar a mi obra.
A nivel de interacción con la obra, me siento muy identificado con la estética relacional, donde se da lugar a una situación, un evento en el que sucede algo (o no). Este marco me permite trabajar con el contexto y a partir de ahí crear atmósferas y ambientes que entrañen experiencias y vivencias.
Y en cuanto a los proyectos fundamentales en los que hasta ahora ha trabajado, Fran subraya dos: Deforestación (2016), seleccionado en el programa Iniciarte de la Junta de Andalucía, y el más reciente Tierras raras (2019), que desarrolló en el marco de FACBA 19 de la Universidad de Granada.
Del primero nos cuenta que en él trabajó con la problemática de la pérdida de masa forestal, en una crítica a las políticas nacionales donde la modificación de la Ley de suelos permitía edificar en terreno protegido tras este ser incendiado. Con este proyecto quise plasmar mi preocupación personal sobre un tema que nos afecta tanto a nivel local como global.
Deforestación pudo verse en 2016 en el Espacio Iniciarte cordobés y planteó hasta qué punto los instrumentos que vienen ocasionando la destrucción del medio ambiente son los mismos que sostienen nuestro sistema económico. De la muestra formó parte la serie Save the Trees, que constaba de cinco pirograbados sobre madera en los que encontrábamos ese lema ecologista, convertido en mantra vacío de espíritu dada la paradoja de su soporte y la técnica agresiva utilizada. En aras de convertir la contemplación en experiencia, las piezas ofrecían una textura natural y aún podíamos oler a quemado.
Otras obras nos trasladaban a un futuro virtual, como Registros, una recreación de cortezas de árboles en 3D que anunciaba un futuro donde las originales se han perdido y han de simularse con intenciones documentales. De nuevo estaba presente la paradoja: artificialmente se conserva la memoria natural perdida (y la ciencia y el arte convergen). Deforestación I, II y III eran, por su parte, títulos de vídeos en los que podíamos contemplar en 3D recreaciones de árboles inexistentes, diseñados por nuestro fichado a partir de la idea de árbol. Apelan a otro futuro en el que no existe ya referente real de esa vegetación al que atender, tampoco en la memoria.
En Tierras raras también se refería a la globalización y al abuso de los recursos naturales: En esta beca tuve la oportunidad de realizar un proyecto expositivo dentro de una iglesia rehabilitada como sala de exposiciones, por lo que era necesario entablar un dialogo con el propio espacio. Para ello, tracé un paralelismo entre la explotación mineral y los templos de culto procedentes de las religiones. A través de un contexto sacro y litúrgico presenté una sucesión de piezas que hablaban de la procedencia de los materiales necesarios para producir tecnología de consumo. Eran piezas que reflejaban montañas y meteoritos, elementos de los cuales proceden los materiales para producir dispositivos y cualquier tecnología. De la “litolatría” a la “tecnolatría”, las piezas e instalaciones exploran la relación entre ambas dimensiones, el material/terrenal y el virtual/divino.
Incidía el artista en los efectos medioambientales de esa explotación de minerales destinados a la producción de artículos electrónicos que hemos convertido en imprescindibles, en objetos casi sagrados que pueden justificar acciones destructivas hacia nosotros mismos o hacia el medio natural. En la presentación de este proyecto la Capilla del Centro Gran Capitán recuperó su pasada atmósfera sacra.
Podéis conocer más a fondo la obra de Pérez Rus y seguir sus pasos en su web: https://franperezrus.com/