NOMBRE: Fernanda
APELLIDOS: Del Barrio Orendain
LUGAR DE NACIMIENTO: México
FECHA DE NACIMIENTO: 1995
PROFESIÓN: Artista
A nuestra fichada esta semana, Fernanda del Barrio, la hemos conocido de la mano del certamen BAFFEST, en el que el año pasado fue premiada (por un jurado formado por Ane Abalde, Carmen Dalmau y Laura C. Vela) gracias a su proyecto Ensayos para llenar el vacío, un compendio de imágenes, precisamente en torno al vacío, en cuya elaboración se aproximó tanto a la arquitectura como a la performance; fotografías aparentemente sencillas, pero complejas en su trasfondo, en el que se apunta a ese concepto de vacío, no tanto como un estado de carencia, sino como uno en el que se dan posibilidades abiertas.
Fernanda es licenciada en Comunicación especializada en cine y diplomada en Estudios de Arte por la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, cursó un máster en Fotografía Contemporánea en EFTI (Madrid), fue seleccionada también en la sección MAPS de Getxophoto y en el programa PAAL de Boom! Art Community y se incorpora a nuestros fichados porque queremos saber más de la presencia de la metáfora y del gesto en su trabajo y del sentido que da a las acciones, solo sutilmente menores, del cuerpo en sus composiciones; dicho cuerpo es precisamente una de las bases de su obra, siempre en relación con el entorno, atendiendo a sus modos de percibirlo y habitarlo.
Hemos podido ver su producción, desde 2023, en el Estudio Tampiquito de Ciudad de México; la Sala Fujifilm, La Fábrica, The Stendhal Room y Un Lugar by Manrique (Madrid); o en citas como Fiebre Photobook Fest, la citada BAFFEST y la Feria Hualle. Asimismo, ha pasado por el Festival We:Now (Madrid) y SCAN Full Contact (Tarragona).

Aunque Fernanda nos cuenta que hace aproximadamente un lustro que comenzó a perfilar su trayectoria como artista, entiende su práctica más como un modo de vida y de aproximarse al mundo, en el sentido más amplio, que como una actividad estrictamente definida: Comencé a definirme como artista visual hace unos cinco años; vengo de una formación en cine e historia del arte, y con el tiempo fui aunando disciplinas como la fotografía y el arte de acción para encontrar un lenguaje desde el cual abordar mi trabajo. Para mí el hacer artístico es en sí un estado vital y fundamental para la construcción de un sentido, para de cierta forma “ordenar un caos”. Me interesa el arte como medio para establecer conexiones sensibles y poéticas entre conceptos, y de esta manera darle forma a nuestro sentir. Creo que es un posicionamiento ante el habitar y ser en el mundo para entender contextos y realidades y, a la vez, abrir espacio a nuevos cuestionamientos.
No es el vacío el eje vertebrador de su producción, pero los asuntos que aborda en su trabajo sí tienen en común su dimensión filosófica y su tratamiento desde una perspectiva particular y a menudo lírica. No podremos etiquetarlas desde un único género: Mi práctica artística está atravesada por un acercamiento conceptual a temas existenciales, los cuales desarrollo desde una perspectiva íntima y experiencial para posteriormente ampliar en una noción más general.
Personalmente percibo mi hacer artístico como una poesía visual. Me interesa construir un lenguaje sutil a partir de gestos que activan símbolos y conceptos. Poner en contacto al cuerpo con el entorno, para así hablar de la manera en la que el espacio configura la realidad del cuerpo, y a su vez, la forma en que el cuerpo se relaciona con éste para entenderlo y habitarlo.
La mayoría de mis piezas se plantean desde un imposible, me interesa trabajar el ensayo, el boceto, el registro. Postulo cada obra como un acercamiento no definitivo e inconcreto, hablando siempre de tensiones y dicotomías, de cuerpos y conceptos que se ponen en fricción.
La fotografía y el arte de acción son hasta ahora, nos cuenta, sus medios fundamentales de expresión, pero paulatinamente ha extendido su atención hacia otras disciplinas. En unas y otras técnicas, aborda siempre sus creaciones desde un enfoque conceptual: Trabajo principalmente con la fotografía y las acciones de arte, aunque en el último tiempo he estado ampliando mi práctica a lo audiovisual y objetual. A su vez, tengo un interés grande en el formato libro (planteado como pieza) y en las publicaciones autoeditadas que resultan de ejercicios artísticos e investigativos.
Las acciones me sirven para plantear reflexiones y ejercicios en torno a temas como el vacío, la distancia, el desplazamiento, y desde ahí hago proposiciones poéticas que logran ser registradas mediante la fotografía. Es ésta la que me permite capturar un gesto en un estado de gerundio perpetuo, que se infiere como algo continuo y en movimiento. Vinculado a lo que comentaba de mi interés por el ensayo, es una manera de abrir paso al entendimiento, no de una acción congelada, sino de un instante contenido. Al final creo que lo que atraviesa mi práctica y mi hacer artístico es una noción conceptual, que encuentra una forma de enunciarse desde muchas aristas. Por lo que las técnicas y los formatos son únicamente herramientas para encontrar vías con las que conformar un lenguaje que me permita hacer una propuesta de sentido.
Personalmente percibo mi hacer artístico como una poesía visual. Me interesa construir un lenguaje sutil a partir de gestos que activan símbolos y conceptos.

Los referentes de Fernanda del Barrio son diversos, pero más que de nombres prefiere hablarnos de resonancias y extenderlas a múltiples fuentes: Podría enlistar varias, pero más que influencias creo que lo que tengo son resonancias con otros haceres. Estamos constantemente permeados por todo lo que nos rodea y nos atraviesa, llámese lecturas, obras artísticas, recorridos, conversaciones; todo se mantiene como un eco que, si encontramos el medio adecuado, funciona como referente o acompañante, ya que el arte es un constante cuestionamiento del y hacia el mundo. Una reflexión en torno a lo que somos y hacemos.
Personalmente me interesan las formas que proponen una construcción de lenguaje con el que desenredar lo que a veces parece inmenso e inefable.

En cuanto a los proyectos fundamentales que hasta ahora ha desarrollado, Fernanda elige hablarnos de cinco, comenzando por dos series en torno al mencionado concepto de vacío y terminando por otros vinculados a la posibilidad de los objetos de desprenderse de su objetivo primero y a la de las personas de alejarse de sus raíces geográficas. Reflexiona también sobre nuestra búsqueda de asideros: Ensayos para llenar un vacío (2022-2023) nace de una búsqueda existencial con la que me propongo reformular el concepto de vacío, no como un eterno estado de falta, sino como un eterno estado de posibilidad. Es a partir de esta lectura que el vacío permite apreciar en cualquier espacio su potencial para ser dotado de nuevos sentidos. El proyecto está conformado por secuencias metafóricas de gestos, que funcionan como proposición conceptual y sensible de diversas formas de vacío y que me permiten indagar en los breves instantes, siempre efímeros, en los que el vacío se puede identificar o llenar. Si se entiende el vacío como un destino inapelable, entonces los ensayos en torno a su construcción o llenado están destinados, también, a funcionar como bocetos, resultando en algo efímero e incompleto.


Cartografía corporal del vacío (2023) es un proyecto con el que me propuse abordar el vacío desde una perspectiva experiencial a través de un ejercicio diario de identificación del vacío a nivel corporal, con el que analicé en qué zona de mi cuerpo lo percibía, para de esta manera esbozar un camino para su entendimiento.
La cartografía consta de treinta fotografías base con las cuales se dividió al cuerpo en áreas que permitieran localizar vacíos en zonas específicas. Posteriormente, se sellaron dichas fotografías con la fecha de inscripción del dato. El estudio se llevó a cabo a lo largo de 106 días. Pero, a pesar de que éste concluye, se infiere que se trata de un desenvolvimiento interminable. La obra fue planteada como un libro de artista, para que su secuencia permitiera un acompañamiento íntimo en el proceso de observación corporal. Una colección de vacíos que dan volumen y peso al estudio conceptual de un cuerpo vacío. A su vez, las piezas a muro se plantean como ventanas que muestran el paso del tiempo en un cuerpo vacío. Me interesaba darle a nivel objetual una noción cartográfica, que a su vez funcionara como un calendario perpetuo, sostenido en el tiempo y en el espacio.

Sembrar símbolos (2023) plantea dos negaciones de significado para la liberación de dos elementos de su finalidad utilitaria: liberar a la semilla de tener que convertirse en fruto y liberar al recipiente de tener que sostener un contenido. Esto se formula a partir del entendimiento de éstos como símbolos que ponen en tensión nociones de rendimiento y productividad. La semilla y el cuenco convergen y se transforman dentro de la acción, liberándose de su razón de ser y existir en un contexto matérico-útil, exentos de la responsabilidad de desempeñar roles funcionales y prácticos.

Encontrar centro en la distancia (desde 2023) se plantea desde el deseo de querer ser tierra y ser raíz. En él reflexiono en torno a mi búsqueda como migrante, y utilizo mi cuerpo como eje para intentar encontrar el balance de una distancia que se sostiene a la vez que se recorre, planteando la incoherencia de que el equilibrio solo se alcanza al concebir el movimiento como estabilidad. Y que es en la distancia donde yace el potencial de la libertad de movimiento y de un asentamiento latente pero efímero.
El proyecto está conformado por diversos ejercicios para comprender, habitar y transitar la distancia. A nivel formal, se construyen con gestos que tensionan dos puntos diametralmente separados: un hogar que se deja y otro que no termina de encontrarse, planteando también que la liberación de un suelo específico proyecta una infinidad de oportunidades para devenir durante el desplazamiento.
Es en la distancia donde yace el potencial de la libertad de movimiento y de un asentamiento latente pero efímero.


Encontrar centro en la distancia para formar un nuevo horizonte (2024) es en sí un acercamiento poético a esa búsqueda de un nuevo horizonte; en ella, el cuerpo se coloca en diversos espacios del territorio que habita y realiza la repetición del gesto de equilibrio de un mismo objeto, entendido como distancia, que adopta el rol de símbolo de la separación con el lugar de origen y se convierte, a su vez, en un horizonte que el cuerpo conforma para entrar a un nuevo porvenir.
La publicación tiene una medida proporcional a la distancia equilibrada durante la acción. Y ésta tiene dos formas de lectura: como libro, llevando a cabo un tránsito visual, donde se acompaña al cuerpo en cada momento de la acción, entendiendo el gesto como un estado vital y continuo; y como pieza donde, al desplegarse, la acción se lee en conjunto y es cuando se entiende que este ejercicio aparentemente aislado forma parte de un todo.
Se extiende de esta manera su distancia espacial y temporal, y se plantea la construcción de un horizonte conformado por el cuerpo y su gesto.



Por último, Aferrarse pero no enraizar (2024) aborda la eterna intención y fracaso por aferrarse a algo que no permite la permanencia. Es una metáfora de la búsqueda de asentamiento de un cuerpo migrante en un entorno que lo rechaza, donde establecerse es más un ejercicio de resistencia que de asentamiento. El proyecto se compone de acciones registradas en vídeo donde el cuerpo se sujeta al entorno hasta cansarse, reflejando la tensión entre el anhelo por echar raíces y la imposibilidad de encontrar una tierra para ellas. Cada secuencia inicia y termina con un espacio vacío, permitiendo su reproducción en bucle. Mostrando el gesto, más que como un evento aislado, como un estado cíclico y vital.
Como veis, gesto y acción alcanzan en sus fotografías ecos que requieren de una contemplación lenta y que pueden enlazarse con infinitos hábitos cotidianos.

Muy pronto se sumará Fernanda a PHotoESPAÑA: Actualmente sigo ampliando proyectos en proceso, y abriendo nuevas líneas de investigación en torno a materialidades y temas como la distancia y la construcción del territorio.
En cuanto a exposiciones, el 22 de mayo se inaugura “El Dorado” en Monte Esquinza 36, Madrid. Será una exposición colectiva comisariada por Karen García y Juliette Deschamps, que formará parte del Festival OFF de PhotoEspaña, y en la que participo junto a Marine Lanier y Chen Qiulin.
Además, en octubre se expondrá mi proyecto “Ensayos para llenar un vacío” en Barakaldo, en el marco del festival BAFFEST, en el cual fui galardonada el año pasado.
Podemos seguir sus pasos aquí: https://fernandadelbarrio.com/
