Hoy en día, tanto las agencias de viajes como las compañías low cost nos permiten comprar vuelos baratos a París, lo que hace posible, incluso, sacar un billete de ida y vuelta para disfrutar de una jornada en la ciudad; visitar un par de exposiciones, conocer las tendencias de la moda en algunas de sus tiendas de referencia y saborear una delicatessen, ya sea dulce o salada.
Os contamos la última escapada que la redacción de masdearte ha hecho a París y os animamos a seguir nuestros pasos, a callejear y a perderos por una ciudad que es mucho más que sus grandes monumentos.
9.00h. Llegada al aeropuero Charles de Gaulle. El tren (RER línea B) conecta con la ciudad en un trayecto de aproximadamente media hora. Os aconsejamos comprar la “Paris Visite, zonas 1 à 5, 1 jour Adulte”, que por 20,50 euros cubre los desplazamientos desde y hasta el aeropuerto, así como todos los trayectos de metro dentro de la ciudad.
Nuestra primera parada será la estación del Musée d’Orsay. Para llegar hasta allí hay que hacer un único transbordo desde el aeropuerto, en la estación de metro St. Michel/Notre Dame, y pasar de la línea B a la C. Una sola parada nos separa entonces de la estación d’Orsay, ubicada justo debajo del museo.
10:00h. Comenzamos la mañana en uno de los centros emblemáticos de la ciudad. Decidimos visitar el Musée d’Orsay por unanimidad, y porque era martes –lo que automáticamente descartaba el Palais de Tokyo y su reciente remodelación–.
Antes de recorrer sus salas tomamos un café en el espectacular Café Campana, ubicado en la planta quinta del museo, junto a las salas más visitadas del d’Orsay. Los hermanos Campana firman el diseño y decoración del café, en el que cada detalle está pensado al máximo. Las vistas desde sus ventanales, dominados por los relojes de la antigua estación, bien merecen los 4 euros que nos cuesta el capuccino.
Como es por todos conocido, el d’Orsay alberga una sensacional colección de arte impresionista y postimpresionista. No importa cuántas veces veas estas pinturas a lo largo de tu vida, delante de ellas la luz te cautiva y puedes llegar a entender que éste sea un estilo tan valorado por el gran público. Una de las exposiciones temporales del momento es “L’impressionisme et la mode”, vinculada a las pinturas de los grandes maestros de este estilo. Absolutamente recomendable.
12:00h. Salimos del museo en dirección a la rue du Bac, a lo largo de la cual encontramos galerías de arte, como Jean Fournier (22 rue du Bac) o Maeght (42 rue du Bac), tiendas de diseño y espectaculares floristerías. Pasamos junto al Musée Maillol, y llegamos a una de las pastelerías más deliciosas de la ciudad: la Pâtisserie des rêves (93 rue du Bac), donde no dudamos en probar algunas de sus “obras maestras”. Continuamos el camino, en dirección a Le Bon Marche (rue de Sevres), un mítico gran almacén sin demasiado interés comercial pero en el que se conserva una preciosa escalera diseñada por André Putman, como su personal homenaje a la Torre Eiffel. De camino, algunas tiendas llaman nuestra atención, como la papelería Magna Carta o una enorme tienda de muebles de diseño llamada The Conran Shop (117 rue du Bac).
Atravesamos el barrio de Saint Sulpice de camino a Saint Germain-des-Prés. Rodeamos la abadía por la Rue de l’Abbaye para llegar a la recoleta Place de Furstenberg, donde se encuentra el Musée Delacroix. Es un rincón de tranquilidad que parece transportarnos a otra época. Esto nos permite coger aire y prepararnos para el siguiente salto: el que nos llevará hasta la zona de galerías alrededor de la Rue du Temple, Rue Veille duTemple y Rue Debelleyme.
14:30h. Hacemos un alto para comer. Hay varios cafés y restaurantes por estas calles pero decidimos acercarnos a Rose Bakery (30 rue Debelleyme) para comprobar por qué últimamente hemos oído hablar tanto de esta tienda/café como un lugar de moda. La idea de la comida orgánica nos atrae y la verdad es que quedamos satisfechas con los platos: tortilla del día con hortalizas de acompañamiento, y quiche de verduras. ¡Deliciosos los tanques de zumo de frutas!
15:30h. El tiempo pasa rápido y no queremos perdernos nada del plan establecido, así que cogemos el metro para acercarnos un poco al siguiente enclave de nuestra ruta: el Canal Saint-Martin, punto final de nuestra “journee”. En el camino llevamos marcadas algunas paradas obligadas: como el Espace Beaurepaire (28 Rue Beaurepaire) y dos tienda de moda y complementos que nos encantan: Des Petits Hauts (21 Rue Beaurepaire) y agnes b (13 Rue Marseille).
17:00h. Tras disfrutar de esas visitas, desembocamos en el canal, en la orilla del Quai de Valmy, justo donde se emplaza el famoso Chez Prune, que ya a esta hora congrega a numerosa clientela. Sin cambiar de ribera seguimos hasta ARTAZART, una librería especializada en arte, diseño y fotografía que también merece una visita.
Cruzamos al otro lado del canal, que cambia su nombre a Quai de Jemmapes, y allí, en el número 80, está Le Comptoir General, un espacio colectivo de trabajo pensado para llevar a cabo iniciativas que hagan que el mundo sea un lugar mejor socialmente. Ellos mismos se definen como un “espacio responsable dedicado a la solidaridad y el medioambiente”.
Nuestra última parada, reparadora, es en uno de los locales más alternativos de la ciudad, Point Ephemere (200 Quai Valmy). Conciertos, mini exposiciones y gente moderna se dan cita en este dinámico espacio del distrito 10 de París.
19:15h. Ponemos rumbo al aeropuerto. Nuestro avión despega a las 20:30.