Derain ha pasado a la historia como una de los fundadores del fauvismo, junto a Matisse, en los años 1905-1906, pero también dijo de él Apollinaire que fue preámbulo del cubismo. Después el poeta lo matizó, defendiendo que existieron dos corrientes pictóricas fundamentales en el inicio de esa corriente: la desarrollada por Picasso y la de Derain, aunque ambas procedían de Cézanne como tronco común.
Perteneciente a una familia burguesa, Derain se formó en la Académie Carrière y estudió y copió a los maestros del Louvre, realizando sobre todo paisajes antes de sumergirse en el fauvismo. Vivía cerca de París, en Chatou, y tomaba el mismo tren para ir a la ciudad que De Vlaminck, a quien conoció precisamente en un accidente ferroviario.
En 1900 De Vlaminck acabó el servicio militar e inició su actividad como pintor, comenzando ese año ambos a investigar los colores puros de Gauguin y Van Gogh. Cuatro años después fue Derain quien terminó el servicio militar y se instaló en un estudio en París, donde frecuentó la Académie Julian y continuó trabajando en torno al color, pero de forma más tamizada y depurada.
1905 fue el año clave en que los fauvistas se volcaron en el paisaje y en Collioure, donde podemos decir que tanto Derain como Matisse desarrollaron sus mejores obras. Dos días antes de la clausura del célebre Salón de Otoño de ese año (en el que Vauxcelles puso nombre al fauvismo), Vollard compró 89 óleos y 80 dibujos al artista y le pidió, como marchante, que viajara a Londres -como había hecho Monet en 1870 y 1904- para dar su visión personal de la atmósfera londinense diferenciándose de la del impresionista.
Desde entonces, distinguió Derain tres tipos de colores en su pintura:
Color ojo. Depende de la retina. Se refiere al color tal como el ojo lo ve, al estilo impresionista.
Color idea. Basado en avances científicos, lo aplicaron los artistas divisionistas y puntillistas.
Color Derain. Es el color del pintor. El artista recrea lo que ve y lo que siente, pudiendo representar plásticamente, a través de la materia, las propias ideas y sentimientos.
En su primer viaje a Inglaterra pintó Derain treinta lienzos, y regresó a París en marzo de 1906 para exponer su obra en el Salón de los Independientes. Regresaría a la capital británica en el invierno de 1907 para visitar el Museo Negro, cuyo arte calificó como asombroso y enloquecedor en su expresión. Desde entonces su pintura tomó un cariz primitivista, prefiriendo Derain pintar al aire libre e inspirarse en las formas de la naturaleza; sabemos que compró máscaras africanas a De Vlaminck y que, a partir de ellas, comenzó a investigar sobre la forma, la figura humana y las relaciones entre volúmenes y luz.
Entretanto, en 1906, nuestro pintor conoció en L´Estaque a Braque, dando su obra un giro hacia el cubismo, y en 1907 sabemos que ambos pudieron ver juntos Las señoritas de Avignon.
En 1905-1906 realizó Derain este autorretrato, uno de los doce que pintó. Es semejante a los que llevaba a cabo Gauguin, a quien Derain admiraba tras conocer aquellas obras en el Salón de Otoño de 1906: cara angulosa, nariz aguileña, pómulos salientes y bigote. Crea los claroscuros igual que el postimpresionista, y la anatomía del rostro la logra mediante pinceladas cortas que recuerdan al puntillismo. Destaca su afán por presentarse como tipo popular, con indumentaria y gorra corriente.
Su visión del Puerto de Collioure (1905) resultó fundamental para el fauvismo y revela lo mejor de sus inicios. Allí pintó Derain junto a Matisse al aire libre, como hicieron los impresionistas en la costa normanda. Trabajaba directamente sobre el motivo, sin bocetos preparatorios, de ahí la espontaneidad que transmite: plasmó Derain este puerto en distintas horas del día, en formato alargado por influencia de las postales que circulaban por la ciudad.
Durante semanas, ambos crearon una comunidad de artistas que desarrollaban los mismos motivos desde los mismos sitios y a la vez; los influyó el puntillismo, como se aprecia en Lujo, calma y voluptuosidad de Matisse, que inspiró claramente a Derain junto a Seurat y Signac.
El Puerto de Collioure de Derain fue muy criticado por su decorativismo, se dijo de esta obra que parecía un póster para la habitación de un bebé, equiparando el fauvismo con la pintura naif. Según dijo un crítico, carece de forma porque prevalece lo puramente decorativo, y tiende a la abstracción, como la citada pintura matissiana. Podemos entenderla como un manifiesto del fauvismo, pese a su toque divisionista, y también como un canto al color, por la aplicación de colores primarios directamente del tubo al lienzo en toques cortos, rápidos y vibrantes.
Para Arrabal de Colliure (1905) se inspiró Derain en una obra de Cézanne realizada en L´ Estaque en 1869 que probablemente pudo ver en casa de su común marchante, Vollard. Aquella tela fue también fuente de inspiración para Marquet, Braque o Dufy; mantiene la influencia de Gauguin en los grandes planos monócromos contorneados por una línea roja oscura, pero se advierte a través de los colores un sentimiento lírico, más que naturalista, en el paisaje.
El color sirve para dar expresión y cada vez se aleja más del naturalismo de la Academia. Las figurillas se trazan con una línea arabesca que remite a Matisse y Moreau y a los personajes que realizará Dufy y que incorpora la pintura naif.
En Londres estudió Derain la posible captación fauvista de la atmósfera de la ciudad. En su Puente de Waterloo (1905) los monumentos no se desvanecen, porque están construidos, así que podemos considerar esta obra como punto de partida para el retorno al orden que se dio desde 1907 en su trayectoria frente a la tendencia a la abstracción de Monet. Fijaos, no obstante, en los reflejos luminosos en esa corriente de luz que es el río.
En su Puente de Charing Cross (1906), unió Derain la herencia del divisionismo postimpresionista (en el cielo) con la impronta fauvista (en el resto de la obra). Realizó esta obra en su segundo viaje a Londres, y construye la ciudad con verde veronés y azul, cuyas manchas, con efectos teatrales, componen lo más decorativo del cuadro. El uso del rojo en los árboles es fundamental en la estructuración de los espacios.
Mujer con camisa o Bailarina, también de 1906, es una obra totalmente fauvista. Sabemos, por una carta de De Vlaminck, que en el estudio de Derain fueron retratadas dos bailarinas.
Fondo de pared y figura se funden en un estallido de color fauvista. El rostro maquillado y el moño rojo de la mujer la aproximan a las figuras de Picasso en 1901 e incluso a las figuras femeninas de Van Dongen, pero su lazo más cercano es el Retrato de Madame Matisse, con el mismo tipo de moño y de maquillaje. Las manchas de color dividen los espacios.
Retrato de Alix (1907) es el emblema del retorno al orden de Derain: los rasgos de su rostro ovalado remiten al clasicismo, a las madonnas renacentistas y a Ingres. A diferencia de su producción claramente fauvista, esta pintura es sobria en su cromatismo, como los paisajes de Cassis que llevó a cabo ese mismo año; de hecho se piensa que este retrato antes fue paisaje, porque se aprecian ramas en la parte inferior. Desde 1908 primarán en la obra de Derain las formas cúbicas y, tras la I Guerra Mundial, en la que participó, su pintura se hizo más clásica, bajo la influencia de Corot y de los maestros del clasicismo. Ese es otro capítulo.