NOMBRE: Davinia V.
APELLIDOS: Reina
LUGAR DE NACIMIENTO: Sevilla
FECHA DE NACIMIENTO: 1986
PROFESIÓN: Artista
A nuestra fichada esta semana, Davinia V. Reina, la conocimos el pasado mes de mayo, cuando presentó en la Galería Nueva madrileña “Tienes que escribirla una y otra vez, y otra”, una muestra que recogía trabajos que ha realizado en los dos últimos años en torno a la labor como impresoras de un colectivo de mujeres que, en la Inglaterra victoriana, se organizaron para crear sus propias publicaciones, textos en los que expresaban sus ideas igualitarias, prefeministas (después hablaremos de ellas).
Era su primera individual; anteriormente Davinia, que estudió Diseño Gráfico y Tecnologías Multimedia en la escuela CEADE LEONARDO sevillana y cursa actualmente un Grado en Filosofía, había participado en exposiciones colectivas en espacios como la Universidad de Oviedo y Swinton Gallery (Madrid) y también en citas como OTRA PUTA BIENAL MÁS en la Galería 6más1, MULAFEST, la Muestra de Arte Joven en la Rioja o Getxoarte (2018) y la Bienal Mislata Miquel Navarro 2019. Ese mismo año, en 2019, fue becada como artista residente en las Cigarreras de Alicante, en la convocatoria Cultura Resident del Consorci de Museus de la Comunidad Valenciana y obtuvo una de las Ayudas a la Creación Contemporánea del Ayuntamiento de Madrid (la que le llevó a la Galería Nueva).
Seleccionada en las Ayudas para la creación artística y la innovación cultural Frontera Sur de la Diputación de Cádiz (2010) y en los citados Salón Getxoarte 2018, la XXXIV Muestra de Arte Joven en la Rioja y la Bienal Mislata Miquel Navarro en 2019 y 2021, la artista se ha sumado asimismo a las iniciativas Art/Banchel y Open Studio y ha trabajado en varios estudios de diseño gráfico, en medios de comunicación y, de forma independiente, para instituciones como Es Baluard Museu o el INJUVE.
Se suma a esta sección Davinia porque queremos saber más de su consideración del diseño gráfico como disciplina capaz de contribuir a la construcción de imaginarios colectivos y de su labor visibilizando a mujeres relegadas en la historia del diseño (y también el trabajo mecánico y anónimo que habitualmente recaía en manos de ellas).
Nos cuenta que sus inicios tuvieron que ver con el arte urbano; desde sus muros evolucionaría hacia el diseño y la serigrafía, entre otras disciplinas: Mi primer contacto con el arte plástico lo tuve hace muchos años con el graffiti. Tuve una época larga de salir a pintar muros con mis amigos. De ahí pasé a hacer proyectos más relacionados con el diseño y la ilustración y finalmente empecé a conocer la técnica de la serigrafía y a involucrarme en procesos de investigación, pensando cómo podía formalizar las piezas más ligadas a esos procesos. La primera pieza en ese sentido la hice en el 2015 (ELC), que fue cuando participé en una exposición en Oviedo junto con otros artistas que realizan obras mediante la estampación serigráfica. En esa ocasión hice un site-specific en los ventanales del patio de la Universidad en el que homenajeaba a Elaine Lustig Cohen, una diseñadora gráfica destacada de mediados del siglo XX.
La atención a la relevancia de la mujer en el arte se encuentra justamente en el centro de su obra, que por ello parte necesariamente de investigaciones preparatorias; su estudio de las olvidadas le ha llevado, además, a interesarse por esas técnicas y materiales de trabajo que escapan a los usos comunes o a los manuales canónicos: Mi trabajo como artista es feminista, por lo que siempre trato de contar historias desde una perspectiva de género. La base de mi investigación parte de la búsqueda de referencias femeninas a lo largo de la historia del diseño gráfico. Al hacerlo así no solamente abarco el campo del diseño gráfico, sino que voy ampliando información de referentes en producciones artísticas (que más tarde han usado el diseño gráfico como forma de subsistencia) o incluso de trabajos mecánicos como la impresión. Y de forma transversal, me intereso por otros discursos disidentes.
La base de mi investigación parte de la búsqueda de referencias femeninas a lo largo de la historia del diseño gráfico.
Esas inquietudes determinan las técnicas en las que viene desarrollando su producción, que habitualmente adopta forma instalativa: A veces cuando me hacen esta pregunta (por sus disciplinas y formatos) me cuesta contestar, porque creo más en que el contenido te lleve a una forma concreta. En mi praxis se repite el papel, la serigrafía y la instalación. En mi último proyecto he podido hacer piezas en otros materiales como la cerámica y la escayola. Y estas piezas al final formaban parte de instalaciones junto a otras.
Entre sus referentes cita a mujeres artistas que han trabajado ocupando el espacio público; ella también ha desarrollado propuestas destinadas a mostrarse fuera de las salas expositivas y a entablar relación con el espectador: Me siento atrapada con piezas que me aportan conocimiento extra. Quizás entiendo el arte como un aprendizaje y es lo mismo que quiero transmitir en mis trabajos. Pero si tuviese que decir nombres actuales, me gustan mucho las obras de Doris Salcedo, Teresa Margolles o Marina Vargas. Sobre todo también por esa insistencia en ocupar el espacio público, eso que a las mujeres no se nos permite hacer muy a menudo.
A la hora de citar sus principales proyectos hasta ahora, nos habla de dos: el último, Victoria Regia, en el que pudimos adentrarnos en la muestra en la Galería Nueva de la que comenzábamos hablando, y Lo que no se ve, no existe, que podemos entender como compendio de sus intereses: Destacaría Victoria Regia, que es el proyecto acabado más reciente. Para realizarlo me becaron con una residencia del Consorci de Museus de la Generalitat Valenciana en Las Cigarreras (Alicante). Gracias a la residencia pude dedicarme plenamente a investigar a un grupo de mujeres impresoras del siglo XIX en Inglaterra en la época victoriana. Lo importante aquí no era estudiar referencias, sino entender cómo consiguieron apropiarse de un medio tradicionalmente masculino para crear publicaciones e intercambiar discursos protofeministas. Me fascinó muchísimo, porque cada cosa que encontraba me parecía más interesante y al final el tiempo que invertí en leer toda esa documentación se alargó bastante.
También es importante para mí la instalación Lo que no se ve, no existe, quizás porque es el pilar de toda mi praxis. Se trata de una instalación realizada con carteles autoeditados en serigrafía en los que se pueden leer listados de referentes en el diseño gráfico. Hice una revisión de los hitos masculinos que había aprendido en mi formación con el fin de completarlos con nombres de mujeres ausentes en el programa. Al hacer esto me di cuenta de que el trazado de estos estudios también era canónico y que la información que estaba oculta tenía que ver con cómo se perpetúan los sistemas patriarcales en cualquier práctica.
En la instalación invito al espectador a acercarse a las piezas con una linterna de luz ultravioleta. Lo que está iluminado y se puede ver con facilidad son nombres de mujeres diseñadoras gráficas. A lo que se accede con la herramienta que proporciono son los nombres de los referentes masculinos. De esta manera hago un juego de subversión de la información y, además, la experiencia es inmersiva. Obligo al espectador a acercarse a la pieza para que descubra que lo que está oculto es justo lo que por norma está visible.
En palabras de Raquel G. Ibáñez sobre su exhibición madrileña, en el primer proyecto encontrábamos fisuras en el status quo (…), una voluntad clara de alejarse de las categorías estancas modernistas y de la concepción perversa del “buen diseño”, implicando esta, de nuevo según Ibáñez, estrategias sofisticadas para la discriminación, estrategias que han clasificado, jerarquizado y priorizado ciertos tipos de diseño, categorías, estilos, movimientos y modos de producción que han estado fuera del control de las mujeres.
Recuperó Reina para aquel proyecto publicaciones que había editado Victoria Press, esa imprenta que creó Emily Faithfull en 1860 cuyas empleadas eran mujeres cuando se oficio estaba del todo masculinizado. Se fijó sobre todo en dos de sus publicaciones: The English Women’s Journal y la misma Victoria Regia; la primera era una revista burguesa y protofeminista que divulgó el ideario sufragista; la segunda, una colección de prosa y poesía a cargo de la poeta feminista Adelaide Anne Procter. De la muestra “Tienes que escribirla una y otra vez, y otra” formaban parte planchas y marcos de serigrafías, libros encuadernados manualmente, cristales y cerámicas donde se alternaba lo geométrico y lo orgánico, lo industrial, lo doméstico y también lo ornamental.
Lo que no se ve, no existe, por su parte, pretendía deconstruir, como decíamos, esas historias del diseño hegemónicas subrayando la constante ausencia de las mujeres de los manuales empleados en la formación de los futuros profesionales.
Preguntamos también a Davinia qué será lo próximo: Ahora estoy terminando de producir una pieza con papeles reciclados. Llevo un tiempo recogiendo cuartillas de publicidad de prostitución que se colocan en los coches de algunos barrios de Madrid, sobre todo en la zona donde tengo el estudio. Con esta colección de cuartillas trato de concluir algunos elementos gráficos y decisiones estéticas que están implícitos en esos formatos de publicidad, elementos como la gama cromática, las tipografías o las composiciones. Es decir, determino patrones para cuestionarlos. En el proceso de reciclado, hago una clasificación a partir del color, mezclo con agua y produzco masas de celulosas que luego cuando se secan resultan papeles de colores jaspeados y lavados. Son esculturas de montañas de colores montadas sobre adoquines de la calle. En esta pieza construyo una metáfora poética sobre esos papeles desechados. Acaban llenando las aceras porque es la primera reacción al verlos colocados ahí en los parabrisas, como una pulsión de rechazo.
Siempre que comienzo a trabajar en algún proyecto voy viendo en qué otras piezas puedo trabajar sin perder la coherencia del discurso inicial. Así que ahora estoy en esa parte del proceso en el que tengo la primera de todas las piezas que conformarán la formalización final.
Este mes participaré en la exposición del XXIV Premio de artes plásticas de la sala de arte El Brocense (Cáceres), que puede verse del 25 de noviembre al 30 de diciembre. También he sido seleccionada en la Bienal de Mislata (Valencia); esta se inaugura el 4 de diciembre y puede visitarse hasta el 4 de febrero de 2022.
Sabed más de la artista en su web y en su perfil de Instagram.
