NOMBRE: Damaris
APELLIDOS: Pan Vega
LUGAR DE NACIMIENTO: Mallabia, Vizcaya
FECHA DE NACIMIENTO: 1983
PROFESIÓN: Artista
A Damaris Pan, que será nuestra última fichada en el mes de junio, la conocimos a finales de 2017, cuando expuso en la Sala Rekalde de Bilbao su proyecto “Qué morena estás”, un conjunto de pinturas de gran y mediano formato centradas en la exploración del propio lenguaje pictórico, acentuándose su vertiente material, manual o corporal. Pudimos ver su obra en la última edición de ARCOmadrid, de la mano de la Galería Ana Mas Projects, y actualmente exhibe su trabajo en Palma de Mallorca la Galería Fermay, en una muestra individual, “Male Male”, en la que, como veremos, continúa analizando las posibilidades plásticas que le ofrece el medio de la pintura a la vez que cuestiona ideas relativas al concepto de representación.
Doctora en Bellas Artes por la Universidad del País Vasco, ha presentado otras individuales en la Fundación BilbaoArte, Halfhouse y Ana Mas Projects (Barcelona) y sus colectivas le han llevado a espacios como la Cripta de Santa Eugenia de Biarritz, el Museo de Durango, Space 4 Art (San Diego), la Ciudadela de Pamplona, el Espacio OKELA de Bilbao, el Sichuan Arts Institute de Chongqing, Aire Galería (Bilbao), el Museo Patio Herreriano de Valladolid o la citada Galería Fermay. Además, ha participado en citas como Getxoarte, ERTIBIL o ARCO (en 2022 y este año, como dijimos); también ha formado parte de proyectos a dúo en las Juntas Generales de Vizcaya, la Galería Cibrián de San Sebastián y la Galería Art Nueve de Murcia, junto a Claudia R. Lorenzo y Fiona Mackay.
Asimismo, Pan ha desarrollado residencias en Kunsthochschule Weissensee de Berlín, Art Omi (Nueva York), los mencionados BilbaoArte y Sichuan Arts Institute o la Residencia para artistas Nautilus de Lanzarote y resultó ganadora en la convocatoria GURE ARTEA del Gobierno vasco (2021); obtuvo una ayuda anual a la Producción APA/PAL de Eremuak y una subvención a la Creación-Producción de Artes Plásticas del Gobierno Vasco. Su paso por Art Omi sería importante en su trayectoria: Muchas circunstancias que se dieron en este tiempo y algunas personas que conocí allí me condujeron a tomar una postura distinta, con una perspectiva más amplia, hacia fuera pero también hacia mi propia práctica.
Se suma Damaris a esta sección porque queremos saber más de su trabajo con las opciones plásticas de la pintura: tendremos ocasión de comprobar este verano en Fermay cómo en su trabajo escapa del encorsetamiento de la narración y de supuestas fronteras estrictas entre la figuración y la abstracción. Sus procesos le vienen permitiendo desenvolverse con gran libertad en sus composiciones, en el manejo de las cualidades formales del color o en la utilización de texturas diferentes. Aparentemente sencillas, la estructura interna de sus obras es, sin embargo, compleja.
No encuentra la artista un momento concreto en que se forjara su voluntad de dedicarse a la creación, pero sí recuerda una de sus primeras visitas a un museo: No creo que exista ese primer momento, aunque puedo recordar varias vivencias como primeras experiencias estéticas. Siempre me he acercado al arte a través del dibujo y de otros aspectos que me han empujado a ello, no necesariamente relacionados con el arte. En casa nunca ha habido conocimiento ni afición por el arte. Mi padre siempre ha trabajado en su taller de mecánica, chapa y pintura, y además de eso tiene una afición notable por el trabajo manual (…). El primer contacto directo con el arte lo tuve probablemente en el Museo Guggenheim Bilbao, cuando fuimos a visitarlo los compañeros de clase cuando teníamos unos 15 años. Fueron nuestras primeras exposiciones. Me impresionó mucho la obra de Félix González Torres, con aquellos caramelos en una esquina (…). En ese momento ya sabía que quería continuar en el mundo del arte, aunque para mí el arte estaba más cerca del dibujo que de unos caramelos.
En todo caso, concibe Damaris la creación como una forma de vivir (En el día a día hay una mirada intensificada por el arte, constantemente. Las cosas que te sirven para el estudio ocurren fuera y, de la misma manera, en el estudio se dan cosas que te sirven para la vida) y concede relevancia al que llama cuerpo de la pintura, que no relega al ámbito de la apariencia sino a su misma estructura, de ahí que desconfíe de las reproducciones: Es importante saber qué carne y qué piel tiene la obra, cómo está construida, cosida, y cómo se conectan sus partes, y no solo lo que aparece simplificado en una imagen. Las reproducciones son tramposas con la factura del trabajo.
De la misma manera, aunque, debido a las numerosas capas de pintura, la mayoría de las veces adoptan las piezas un aspecto compacto, no busco intencionadamente un tipo concreto de densidad. Es cierto que luego me interesa esa consistencia, pero también lo contrario; me importan las cualidades específicas de la corporalidad, aunque muestre otras características.
Es importante saber qué carne y qué piel tiene la obra, cómo está construida, cosida, y cómo se conectan sus partes.
En sus telas encontraremos tanto formas geométricas como otras más libres y cercanas a lo popular y exploraciones de los vínculos entre los colores, en las que se abre a lo accidental y a exploraciones de tipo poético y no narrativo, en ocasiones desde una voluntad cómica: Hay algo geométrico, lógico, ordenado y minimal que me atrae. Al mismo tiempo, siento atracción por lo popular y por expresiones outsiders, lo que me divierte mucho. Siempre necesito tener cerca lo que es más torpe, absurdo, lúdico y caótico. Me interesan esos dos polos; uno racional y el otro más loco (…). Y en el círculo cromático está todo. Más que en el color, la clave está en la relación entre los colores. El hecho de que tenga al lado un color u otro cambia ese mismo color, consigue otro tipo de vibraciones y, cambiando un solo tono, se pueden transformar las relaciones de un cuadro entero. Hago muchas pruebas hasta encontrar la relación de color definitiva. Otras veces, por chiripa, sin pensar ni esperar nada, pongo un sobrante de color previo en un cuadro que había dado por perdido y, de repente, salva la obra, creando una imagen que no hubiera imaginado. Me gustan especialmente ese tipo de sorpresas que recibo durante el proceso.
La creación solo puede ser poética. Algo que no existía de antemano con esa forma se convierte de repente en una realidad con sentido. Y esa transformación se materializa de forma poética, desde una complejidad y sensibilidad especiales. Por otro lado, me gustaría llegar al humor desde la forma, de manera experimental. Es decir, que lo cómico no tenga lugar como contenido, sino de forma plástica. Es algo muy elemental y mínimo quizá, pero puede inesperadamente desestabilizar algunas bases y provocar una sonrisa; es una lógica inadaptada, una forma cansada (…). Aunque a veces introduzco algo cómico de carácter evidente, esto último sería un gesto más irónico.
Su lenguaje, lo venimos viendo, es el de la pintura, y como ya habéis podido atisbar, en sus procesos se abre a lo accidental y a los hallazgos, que de hecho a veces adquieren mayor poso en su obra que las decisiones conscientes: Borro mucho. Hago mucho. Tapo mucho. Gran parte de lo que surge de las decisiones conscientes va desapareciendo, y lo acontecido accidentalmente –y que he podido aceptar– va tomando lugar. Luego, cada trabajo debe terminar, en cierto modo, hacia eso que he llamado cosa real. Cada trabajo necesita su tiempo, y en ese camino se crea siempre una gran cantidad de material residual del que, tirando, surge otra especie de inicio. Funciona como si fuera un mecanismo en continua actividad. Es una forma de hacer y de estar, en desarrollo, atendiendo a mis carencias, deseos y necesidades. Pero el propio proceso no tiene, en principio, interés para nadie más que para mí.
Cada trabajo necesita su tiempo, y en ese camino se crea siempre una gran cantidad de material residual del que, tirando, surge otra especie de inicio. Funciona como si fuera un mecanismo en continua actividad.
Cuando estudiaba Bellas Artes, Pan se formó también en escultura y sus códigos han tenido cierta incidencia en su trabajo; a la hora de hacer referencia a sus confluencias cita una reflexión muy pertinente de Iñaki Imaz: En cierta medida, a través de la escultura he podido entender la forma, teniendo en cuenta e intuyendo la relación entre el cuerpo y el aire, la tensión, el ritmo o la articulación. Podría haber aprendido lo mismo de la pintura, de la música, el cine o la escritura, y claro que también he aprendido de todo ello, pero la visión que me llegó de una tradición escultórica me ayudó, en un momento concreto, en ese camino. Lo que recibí a través de las clases de Ángel Bados en la Universidad, en ese sentido, resultó muy importante para mí.
Y, hoy, el tipo de acontecimiento que me interesa en la pintura está íntimamente relacionado con el problema espacio-materia. En referencia a esta idea, Iñaki Imaz ha apuntado que el problema de la escultura es la imagen y, por el contrario, el de la pintura, la tercera dimensión. Porque en la escultura tienes espacio, pero necesitas crear una imagen que funcione en ese espacio, mientras que en la pintura tienes que crear un espacio que no existe para que tenga lugar un acontecimiento. Me parece una idea bonita, y creo que ocurre algo así. En todo caso, sitúo mi práctica, en general, en el arte contemporáneo, con todas sus influencias y aportaciones, más que en una u otra disciplina.
Los formatos que ha venido haciendo suyos han evolucionado en el tiempo, como hemos podido percibir también en sus exposiciones: Mis formatos han ido variando en función de los estudios en los que he trabajado. Durante mi estancia en BilbaoArte, pude trabajar con comodidad en formatos más grandes y se me presentaron nuevas posibilidades de interés. Estos resultados se exhibieron en la exposición “Cuernos a la vista” (2020). A partir de ahí, cuando encontré más espacio por la necesidad que me exigía la obra, empecé con la serie que presenté en la exposición de Halfhouse en Barcelona (“Veri Pery”, 2022). Además de ser más grandes, las realicé todas sobre papel, buscando algo más ligero que me facilitara otras vías de trabajo, y el tamaño, por la dificultad de su manejo, me empujó a maltratar papeles de buena calidad: arrastrarlos, retorcerlos, agujerearlos, pegarlos, despegarlos… Las condiciones del nuevo estudio me han permitido revisar diferentes aspectos de mi trabajo, lo que ha resultado de gran provecho.
Otra de sus muestras más interesantes pudimos verla el año pasado en Ana Mas Projects y se tituló “Un martillo en la cabeza puede dañar el alma”, en referencia a un capítulo de la serie Berlin Alexanderplatz, de Fassbinder, y a las consecuencias inmateriales de lo puro material. Veíamos piezas creadas plano sobre plano, diluyendo límites entre lo figurativo y lo abstracto; pieles de color y trazos que componían y que tapaban. Era posible evocar a Philip Guston, que rompía con la pureza de formas preconizada por el arte abstracto introduciendo fragmentos de cuerpos o gruesas figuras completas.
Sabed que “Male Male”, la actual exhibición de Damaris en la Galería Fermay mallorquina, puede verse hasta el 15 de septiembre de 2023 y que en ella encontraremos óleos sobre lienzo y sobre papel realizados desde 2019. Con el título de la muestra, la artista hace referencia a la serie “Lieber Maler, male Mir’ que Martin Kippenberger llevó a cabo en 1981 y que puede traducirse como Querido pintor, pinta para mí, aludiendo además a los diversos sentidos del término male, que es en alemán el imperativo y la primera persona del presente del verbo pintar, en inglés significa masculino e incluye, además, el mal, como mal hacer, mala forma, mal bien. Este título funciona así como un artefacto semántico que abarca mucho en su brevedad y que, además, es una forma de mantra que resuena a menudo en la mente de la artista cuando trabaja en su estudio; a modo de “pinta pinta, pinto pinto, mal mal, masculino masculino”. La exhibición se centra en las posibilidades plásticas que le ofrece la pintura y cuestiona ideas relativas al concepto de representación: convencida de que en pintura apenas existen certezas, y sí conflictos infinitos en su relación particular con ella, para Damaris Pan cada obra realizada significa un descubrimiento nuevo en su entendimiento de la forma y el medio pictórico.
Podemos conocer más de Damaris a través de su perfil en Instagram o en la publicación Desmontajes y ornamentos de 2023, de Jone Alaitz Uriarte y Mikel Onandia, que recoge una entrevista con ella y otros artistas de su generación y contexto, como Sahatsa Jauregi, Oier Iruretagoiena, Daniel Llaría y Nora Aurrekoetxea; a él debe mucho este artículo.
