
NOMBRE: Claudia
APELLIDOS: Pastomas
LUGAR DE NACIMIENTO: Valencia
FECHA DE NACIMIENTO: 1998
PROFESIÓN: Artista
La Galería Vangar de Valencia nos permitió conocer, a comienzos de este mismo año, a la última artista en sumarse a nuestros fichados: Claudia Pastomas presentó allí la muestra “Unir la grieta”, compuesta por trabajos en técnicas y formatos muy diversos; la elección de los materiales y de su disposición en el espacio, la riqueza de texturas y colores, formaba parte del juego en el que envolvía a los espectadores con aparente liviandad.
Sus obras convertían esta sala en un espacio de acción y el discurso que articulaban tenía que ver con sus pliegues, las marcas sobre sus superficies y los contrastes, que albergaban igualmente conceptos.
Graduada en Bellas Artes y máster en Producción Artística en la Universidad Politécnica de Valencia, Pastomas ha hecho de la pintura y la instalación las bases de su producción, trata de subrayar sus procesos y suele utilizar residuos y materiales obsoletos, procedentes de la ebanistería, para examinar cómo el tiempo puede concederles nuevas potencialidades y cómo el mercado ha modificado paradigmas del pasado.
Además de en Vangar, ha presentado muestras individuales en Saceca (Sagunto), el Espai de Creació Jove de Quart de Poblet o el espacio de Algo Algo en Valencia, y ha participado en colectivas en la Galería Art Nueve murciana, el Colegio de Arquitectos de Madrid. COAM, WeCollect (ahora Río & Meñaka), Arniches 26, Za Szklem Gallery (Varsovia) o las Atarazanas del Grao, el Centro del Carmen y la Fundación Chirivella Soriano (Valencia).
Claudia ha recibido el premio Best Emerging Artist y el Mango Acquisition Prize en SWAB 2024 y el primer galardón en el I Certamen de Arte Internacional Salvador Victoria del Ayuntamiento de Albentosa; además, ha obtenido becas en la II Convocatoria de la cátedra Bodegas Faustino & Willy Ramos y en la Cátedra de Arte Contemporáneo Antoni Miró.




Su vocación artística, nos cuenta, nació del deseo de experimentar: Marcar un inicio me resulta complicado… No hubo un día concreto en el que decidiera trabajar como artista.
Desde siempre he tenido muchas inquietudes y me ha gustado materializar ideas, descubrir diferentes formas de hacer, jugar con los materiales y explorar sus posibilidades. Supongo que estudiar Bellas Artes, luego el máster en Producción Artística, y poder nutrirme de distintas experiencias profesionales a lo largo del camino ha hecho que esa práctica fuese formalizándose de una forma orgánica.
También ha sido un proceso constante, impulsado por la necesidad de aprendizaje y reflexión, por el deseo de hacer relecturas sobre ciertas cuestiones o problemáticas que me interpelan, y de traducirlas a través de la materia… O, a veces, es la propia materia la que me lleva a la pregunta. No hay un principio ni un fin claro.


Sus trabajos parten de la observación de los objetos y muebles que forman parte de nuestra vida diaria; en sus fases de producción es mucho lo que ha cambiado en las últimas décadas y a Pastomas le interesa profundizar en las consecuencias de esa transformación y en lo que aún no se ha perdido: Parto de una reflexión constante sobre lo que me rodea, desde una observación activa y del acto arqueológico. Tiendo a cuestionar y querer hacer visible o señalar qué hay más allá de los objetos cotidianos, los métodos de producción y los procesos manuales que configuran nuestro entorno material.
Uno de los ejes centrales de mi investigación gira en torno a la cultura material del mobiliario, especialmente vinculada al trabajo manual y los saberes del oficio. Este interés surge directamente de mi experiencia en un antiguo taller de ebanistería de mi abuelo, donde conviven técnicas tradicionales con huellas del pasado productivo. Es por eso que, como intereses fundamentales, analizo cómo se producían ciertos objetos antes, cómo se fabrican ahora, y qué implicaciones tienen esas transformaciones en relación con el presente.
La investigación aborda un sistema de producción que hoy en día puede parecer casi ajeno o extraño, y que permite activar un diálogo entre materiales residuales, ornamentos encontrados y materiales industriales actuales. Trabajo con la idea de reconstruir vínculos entre formas, materiales y tecnologías obsoletas, como forma de cuestionar esa rentabilidad, la velocidad, el minimalismo… En ese sentido, mi obra intenta activar una lectura crítica sobre cómo ha cambiado el paradigma de producción mercantil, proponiendo otras formas de pensar el tiempo, el cuidado, la técnica y la economía del gesto en un contexto postindustrial.
Analizo cómo se producían ciertos objetos antes, cómo se fabrican ahora, y qué implicaciones tienen esas transformaciones en relación con el presente.

Las técnicas en que trabaja varían en función de las demandas de cada una de sus propuestas y de los espacios donde serán mostradas, pero la ebanistería y sus métodos son la fuente de muchas de ellas: No me cierro a un formato; realmente depende del proyecto y del contexto en el que se presenta la obra. En general, mi trabajo se enmarca dentro de lo instalativo; el formato varía y tiene muy en cuenta el espacio expositivo. He trabajado tanto en espacios diáfanos, donde las obras generan divisiones físicas que invitan a reflexionar sobre el orden, el inverso y el reverso, lo acabado y lo inacabado, como en propuestas que articulan diferentes circuitos de recorrido. Un ejemplo es la instalación que realicé junto a mi compañero Lluc Margrau en Madrid, donde apuntalamos una casa/estudio con veintiocho estructuras regulables que iban de suelo a techo. Estas piezas jugaban formalmente con siluetas tomadas del mobiliario clásico, generando tensiones entre la función, el ornamento y la arquitectura doméstica.
En cuanto a las técnicas, sucede algo similar: trabajo habitualmente con procesos vinculados a la ebanistería tradicional (como la marquetería, la talla o el curvado de madera al vapor), porque es el ámbito del que provengo y desde donde nacen muchas de mis preguntas. También incorporo otros materiales y procesos, como el hierro o la pintura, según las necesidades de cada proyecto y las relaciones que se generen con el uso o rescate de ciertos materiales.



Sus referencias, nos explica Pastomas, surgen de la observación del modo de trabajar los materiales a pequeña y gran escala y sobre todo de prestar atención al azar o al error: Mis principales influencias suelen estar en el entorno más inmediato: los paseos, las visitas a fábricas, talleres o industrias, el estar atenta a lo que me rodea. Observar cómo se producen las cosas, cómo reaccionan ciertos materiales, incluso los elementos fungibles o los residuos del proceso, me resulta tan relevante como el resultado final. También me influye mucho el propio proceso de producción, estar presente en el hacer, ver cómo las decisiones materiales van abriendo preguntas nuevas.
Me interesa atender a esos momentos donde algo no sale como se espera, o donde aparece un error que se convierte en posibilidad. Ahí entra igualmente el juego, el dejar espacio para que las cosas sucedan sin forzarlas del todo. También la lectura de ciertos autores expande muchas de las ideas que voy trabajando: me ayuda a entender mejor la historia y por qué me extrañan algunas cosas hoy.


Como sus proyectos fundamentales hasta ahora, la artista cita dos; uno de ellos aquel que pudimos ver en la Galería Vangar, el otro también se ha expuesto en Valencia. Tienen en común sus nexos estrechos con el espacio y la relevancia simbólica dada al material, sobre todo al teóricamente obsoleto: Repols es un proyecto que se expuso en la Fundación Chirivella Soriano (Valencia). La obra estaba compuesta por tres esculturas de grandes dimensiones en diálogo directo con el espacio expositivo, y propone una reflexión sobre la utilidad, la obsolescencia y la posibilidad de resignificación de los objetos.
En Repols, el objeto funcional se enfrenta al temor de volverse inútil —y, por tanto, prescindible—, planteando una paradoja: cuando deja de servir a un fin práctico, puede adquirir otro tipo de valor. Ya no se trata sólo de lo que hace, sino de lo que es: materia que conserva huellas de uso, de desgaste, de tiempo. La instalación juega con esta transición: del objeto útil a lo contemplativo; la función, que antes legitimaba su existencia, se transforma en un residuo simbólico. Y es, precisamente, en ese abandono de la utilidad donde aparece una nueva lectura que reactivar teniendo en cuenta el contexto actual.
La instalación redefinía el espacio a partir de volúmenes creados con finas chapas de madera natural, perforadas con la herramienta “Repols”. Con ella se generaban imágenes inspiradas en el imaginario ornamental del mueble, dando lugar a un juego de luces y sombras que transmitía fragilidad y tensión, en diálogo con todo el proceso de ensamblaje, expuesto a través de la técnica de marquetería a la vista.

También “Unir la grieta”, en la Galería Vangar, un exposición que gira en torno a la idea de unir, paralizar y sostener la grieta. Parte de unas piezas de hierro, usadas tradicionalmente para ensamblar y contener las fracturas que aparecen en las vigas de madera natural.
Lo que me interesa es activar las cuestiones que surgen de este objeto y símbolo: su dualidad entre lo funcional y lo ornamental, su historia, su relación con la tensión material y la fuerza. La arquitectura de la galería (compuesta por vigas de madera expuestas en el techo y dos grandes arcos) fueron un marco clave para potenciar el diálogo de estas piezas con el espacio.



Su trabajo nos espera, actualmente, en El Verger (Alicante): Actualmente estoy exponiendo en la Torre del Ducs de Medinaceli, con motivo de una beca que realicé en París otorgada por la Cátedra Fautino y Willy Ramos.
También estoy trabajando en diferentes proyectos, uno de ellos colectivo, y próximamente realizaré una residencia artística en la fundación CIEC, en Betanzos, gracias al premio de FIG Bilbao.
Podéis seguir sus pasos en Instagram: @claudiapastomas.

