NOMBRE: Carmen M.
APELLIDOS: Castañeda
LUGAR DE NACIMIENTO: Madrid
FECHA DE NACIMIENTO: 1985
PROFESIÓN: Artista visual e investigadora experimental de bordado
A Carmen M. Castañeda la conocimos a principios del año pasado, justo antes de confinarnos: presentaba en la Galería Materna y Herencia de Madrid “Línea de tiempos”, un conjunto de trabajos en los que se servía del hilo para hilvanar composiciones que podríamos calificar como rítmicas o musicales por sus aparentes partituras; encontrábamos en ellas ecos a la actividad de los talleres de las hilanderas tradicionales y también a los de las modistas que vestían a quienes querían engalanarse. El bordado es, por tanto, el medio de esta autora para enhebrar pasado y presente, fusionar forma y concepto y representar memorias e identidades.
Estudió Bellas Artes y un Máster de Escenografía en Madrid y también se ha formado en París: en L´École Lesage investigó en las técnicas de bordado a mano propias de la alta costura, una disciplina que se ha convertido en la base de su lenguaje artístico, desde un enfoque conceptual y abstracto. Como resultado, nos cuenta, surgió Anónima by cm: Un proyecto experimental en el que los materiales cobran protagonismo y donde las técnicas de alta costura confluyen con las artísticas.
También hemos podido contemplar su trabajo en Producto Fresco 2014 y en la cuarta Bienal Iberoamericana de Diseño, en la central de diseño del Matadero madrileño; en esa misma sede, en el proyecto Wearables; en las galerías Magdalena, Movart y Lucía Mendoza (Madrid) e, internacionalmente, en The Other Fair, en Londres (2016); en Contextile 2016, la tercera Bienal de arte textil contemporáneo de Guimarães y en la muestra “Objet: cerámique et textile”, en La Manufacture de Roubaix, Francia.
Ya en 2017 recibió su primera residencia artística en ese país, de la mano de la Beca Odyssée; en 2018 expuso en la propuesta “Labor_es” en la Galería Astarté y en “Limits_”, en la Sala de Máquinas. En 2019 la encontramos nuevamente en Producto Fresco y en “Cuidado Diseño_ Artesanía contemporánea española”, la exposición oficial del Madrid Design Festival y también fue artista invitada en la exposición “The essence”, en la VIII Bienal WTA Madrid.
A comienzos del 2020, como decíamos, presentó su primera individual en Materna y Herencia y, este mismo año, la vimos en “Híbridos. Descubriendo la Artesanía Artística Española”, en el madrileño Espacio Intermedio. Igualmente ha formado parte del programa del Barcelona Gallery Weekend, exponiendo en la Galería Chiquita Room, y participado en proyectos en colaboración con otros artistas y también con diseñadores.
Nos cuenta Carmen, cuando le preguntamos por sus comienzos, que fue en París, tras bucear en esas técnicas propias de la alta costura, cuando inició las investigaciones que le llevaron a abrir caminos artísticos propios: Estudié Bellas Artes en la Universidad Europea de Madrid (2004-2008). En esa época, desarrollé bastante obra artística (sobre todo, pintura e instalación), con la cual participé en la exposición “Blog en caja 08” en el Centro de Arte Joven de la Comunidad de Madrid y fui finalista del XXIV Premio BMV de Pintura. Aún así, en ese momento, no me vi en el rol de “artista” y continué en la búsqueda de un futuro profesional sólido, formándome e investigando en otros campos creativos que me seducían.
Estudié un Master de Escenografía en el Instituto Europeo Di Design. IED y estuve trabajando en varias producciones de televisión en el departamento de Arte y Vestuario. Fue en París, en L’École Lesage (en el 2012), cuando me crucé, por casualidad, con las técnicas de bordado de alta costura, disciplina que investigué y en la que profundicé y que se convirtió en la base de mi lenguaje artístico, dentro de un marco más conceptual y abstracto. A través de ella, sin ser consciente, encontré mi propia voz como artista.
Investigo sobre la fragilidad de la memoria y el paso del tiempo mediante un lenguaje abstracto, multidisciplinar y matérico.
Esas indagaciones en el bordado le han servido, nos explica, para explorar lo quebradizo de nuestra memoria y las posibilidades expresivas de la repetición de un mismo gesto en un procedimiento pausado y manual, no industrial. Tanto su concepción de esa técnica como su forma de trabajar tienen mucho de poético: A través de la traslación de las técnicas de bordado a mano de la alta costura a un marco conceptual y experimental, investigo sobre la fragilidad de la memoria y el paso del tiempo mediante un lenguaje abstracto, multidisciplinar y matérico.
La repetición de un mismo gesto, el tiempo en capas, los procesos lentos y el estudio de diferentes materiales frente a ese gesto bordado me llevan a conducir la disciplina a sus propios límites, a resignificarla y a otorgarle un nuevo contexto. Desde un lenguaje íntimo sobre el tiempo, deconstruyo un recuerdo, un sentimiento, un estado en sus diferentes tiempos, desde su máxima esencia hasta su casi pérdida, creando piezas que se quedan en la frontera entre la realidad y el ensueño, entre lo visible y lo no visible. La seriación o multiplicación de un mismo estado, expresión o retrato bordado muestra la dificultad de representar una identidad en un solo lienzo. Una obra marcada por la repetición de un mismo gesto opuesta al ritmo industrial actual.
Tiempo, soledad, silencio, pérdida, extrañeza, memoria, mundo sensorial… son conceptos que aparecen continuamente; todo ello escondido en la metáfora. El tiempo aparece como borrador de detalles, homogenizado en un cúmulo de formas.
Para mí, el proceso es muy importante. No trabajo directamente con la imagen final, sino que bordo en el revés de la obra. De esta manera, no veo el resultado, simplemente lo toco y con el tacto voy incorporando los materiales por debajo del lienzo a medida que bordo. La expectación frente a lo que será hace que me deje llevar por los movimientos repetidos, utilizando la memoria del gesto en el cuerpo y dibujando a ciegas sin saber cuál será el aspecto final de la obra. Así plasmo el tiempo en forma de manchas abstractas, haciendo que las horas adopten un aspecto físico y matérico.
Plasmo el tiempo en forma de manchas abstractas, haciendo que las horas adopten un aspecto físico y matérico.
Ya hemos avanzado cuál es la técnica que vertebra su producción; nos explica Carmen que le interesa no ocultar sus procesos, que inicia sus trabajos sin prever su desenlace y que crea sin prisa. Nos habla también de su instrumento principal, del que no habíamos oído hablar, el crochet de Lunéville: Mi interés constante por la investigación de diferentes técnicas y formatos me lleva a una continua experimentación. Aunque me interesa mucho la pintura y la instalación, actualmente estoy inmersa en las posibilidades infinitas de las técnicas del bordado y sus campos de expresión, desde su perfección técnica a su imperfección en el gesto llevada al límite, como trasladar el propio concepto de bordar a ámbitos más abstractos o gestos inexistentes, más poéticos.
Suelo trabajar sobre soportes semitransparentes, ya que me permiten hablar de manera física más de esas “capas” que conforman una imagen final, casi siempre llevada a serie.
Nunca dibujo ni creo patrones previos, me enfrento al lienzo en blanco y con la aguja rompo el silencio haciendo que los materiales, con su propia naturaleza, vayan ocupando el espacio. La repetición es la base de todo el trabajo: un proceso lento, laborioso y reiterado, que se convierte casi en un mantra y te hace alcanzar estados profundamente meditativos.
Mi herramienta principal de trabajo es el crochet de Lunéville, un instrumento alargado con mango de madera y un gancho en el extremo que hizo famosa a la localidad francesa, en el siglo XIX, por sus exquisitos bordados con ornamentos como cuentas, perlas y lentejuelas. El crochet de Lunéville lo utilizo hoy en el contexto del arte contemporáneo, dibujando con hilo sobre soportes distintos (tela, papel u otras estructuras), aplicando a ellos materiales tradicionales y otros experimentales. Así, creo una metáfora sobre las horas transcurridas en la labor, sacando los materiales fuera de su contexto habitual, acumulándolos, atrapándolos, interrumpiéndolos y entrelazándolos en el bordado, construyendo un lenguaje íntimo sobre el tiempo y la memoria y recuperando mi historia personal.
A la hora de hablarnos de los principales proyectos en los que se ha empleado hasta ahora, comienza refiriéndose a las obras que en septiembre y octubre ha presentado en Chiquita Room para profundizar después en su carrera: He tenido una exposición individual en la Galería Chiquita Room en Barcelona. Se llamaba “Estratos de memoria” y ha sido parte de la programación oficial del Barcelona Gallery Weekend. En ella cabía destacar la presentación de mi última obra, Imperfection I, mi pieza bordada más grande hasta el momento (195×130 cm), resultado de muchos meses de trabajo. Se trata de un paisaje abstracto construido por medio de la repetición de un mismo gesto bordado con crochet de Lunéville. El cambio de distancia entre materiales cambia la percepción del mismo: una mancha negra, que puede ser menos o más nítida. Después de estudiar la materia negra mínima bordada perfecta dentro de la técnica, el ojo captura detalles hasta ahora inconscientes, como la imperfección del gesto, el cambio de memoria del propio movimiento de la mano a lo largo de una gran lienzo. Esto hace que se creen paisajes nuevos, paisajes que parecen pintados por medio de veladuras pictóricas. Un mismo gesto repetido se deforma en el camino de un largo proceso (más de 280 horas de trabajo) y ello no hace que otorgue a la obra más sentido. Cada vez el hecho de bordar al revés, a ciegas, queda más palpable en el proceso. Y la inmersión en campos más interiores, la concentración, la tensión del cuerpo al trabajar con un gran formato.
Este mismo año fui finalista de los premios FAD de Arte, en el Museo del Diseño en Barcelona, y participé en una colectiva muy interesante, “Híbridos. Descubriendo la Artesanía Artística Española”, presentada por Espacio Intermedio (Madrid), en la que se planteaba cómo la artesanía artística es hoy un nuevo campo de reflexión y experimentación.
A principios del 2020 presenté mi primer solo show, “Línea de tiempos”, en la Galería Materna y Herencia, en Madrid. Era un recorrido por las diferentes líneas de investigación con las que he trabajado hasta el momento, casi todas movidas por esta obsesión del gesto repetido bordado. Fue muy bonito ver cómo dialogaban, sin buscarlo, todas estas obras bordadas con otras muy anteriores, mis pinturas resultado del final de carrera. Fue gracias a Fernando Herencia, el galerista, quien insistió en la magia y coherencia entre todas ellas.
En el 2019 presenté, como artista invitada a la exposición “The essence”, en la VIII Bienal WTA Madrid, mi obra MManto I por primera vez. Es una obra dedicada a Manuela, mi abuela materna. Un somier metálico, su somier, en el cual un manto natural crece, se enreda y se acumula convirtiéndose en un delicada capa de polvo, de moho, que hace olvidar las vidas pasadas para que florezcan otras nuevas. ¿Un jardín o un lecho? El tiempo aparece como borrador de detalles con doble filo: delicado pero también punzante, peligroso. Se habla de tiempo, soledad, pérdida y memoria; de mutación, cambio y proceso al ritmo de la naturaleza.
Se trata de una propuesta que, por su carácter natural, evoluciona como un manto que crece y/o pierde vida con el paso del tiempo (es una obra que ya se ha expuesto tres veces con sus propios cambios). En ella, los materiales “bordados” son pétalos naturales preservados. El propio gesto de bordar se abstrae y descontextualiza en otros soportes.
Entre otras muestras, participé en Producto Fresco 2019 en Matadero Madrid y en la colectiva “Cuidado Diseño_ Artesanía contemporánea española”, que fue exposición oficial del Madrid Design Festival, con Black Matter I,II, III, en la que se presenta el bordado como materia. El negro como mancha. Era un estudio del bordado a mano tradicional de una forma conceptual y experimental. En su proceso, los gestos se repiten, se multiplican, se giran y se deforman remarcando la máxima y mínima expresión de los materiales. Como resultado, 45 materias negras.
También participé en “Labor_es” en la Galería Astarté y en “Limits_”, en la Sala de Máquinas, todas en Madrid.
En 2017 tuve la suerte de recibir la Beca Odyssée (Francia), que me permitió disfrutar de mi primera residencia artística con un proyecto que hice dentro de la Abadía y Centro de Arte La Chartreuse de Neuville, en Neuville-sous-Montreuil. Durante mi estancia, hice una obra archivo-diario bordado sobre la abadía, su historia y los elementos vegetales que se repetían tanto en su arquitectura como jardín. Estudio botánico I era parte del concepto general del proyecto “Yo también bordo flores”, que intenta provocar una confrontación con el bordado tradicional y su obsesión general de representar flores figurativas y elementos ornamentales sin ninguna expresión conceptual. Las vidrieras de la abadía son utilizadas como recurso gráfico a modo de patters geométricos y repetitivos y los pétalos de flores de sus jardines son recolectados, secados y, finalmente, bordados, creando diferentes composiciones abstractas.
Este no ha sido mi único proyecto en un ámbito internacional. Durante estos años he participado en ferias como The Other Art Fair en Londres; en la maravillosa Bienal Contextile 2016, 3rd Contemporary Textile Art Biennial de Guimarães y en una exposición resultado de un taller con la arquitecta, artista y joyera marroquí Amina Agueznay (que se convirtió en amiga y referente). La exposición se llamaba “Wearables”, en Matadero de Madrid, y cree tres tapices resultado de un accidente matérico: una plastilina rota. Su textura era reinterpretada en diferentes materias por medio de la acción de construcción y deconstrucción de un tapiz de módulos cuadrados, a través de movimientos rítmicos y agresivos: cortar corta cortar, rasgar rasgar rasgar, romper romper romper. La creación de un conjunto monumental desde la unidad cuadrada repetida, delimitando el espacio útil o marcando el espacio inútil. Una ecuación matemática sin solución. La deconstrucción de lana, la construcción de plastilina, la deconstrucción de papel. Y me sumé a “Objet: cerámique et textile”, en La Manufacture de Roubaix, Francia, donde pude presentar, por primera vez, la instalación Yo también bordo flores.
Preguntamos a Carmen qué será lo próximo: Ahora mismo sigo con la exploración en grande formatos, partiendo del mínimo gesto repetido, su imperfección en el largo proceso, exaltando la propia naturaleza del material sin control en ello y adentrándome, de manera más profunda, en el mismo acto, más que en la técnica. Procesos que me están acercando, otra vez, a una dimensión más pictórica, de muchos matices y capas.
Tengo cerrada una feria en París en junio del 2022, Salon Révélations, en el Grand Palais, una feria referente sobre Arts&Crafts y, posiblemente, otra exposición individual a finales de año, en Madrid.
Conoced mejor su trabajo, aquí: https://www.anonimabycm.com/
