Recorridos

Arte & Bici. Viajamos a Flandes para descubrir a los maestros flamencos in situ

Este verano hemos viajado a Flandes en busca de los grandes maestros flamencos y lo hemos hecho ¡en bicicleta! Si en los últimos años, la región belga se ha volcado en organizar eventos culturales enfocados en celebrar a los grandes artistas que nacieron, vivieron o trabajaron allí, como Rubens, Bruegel, van Eyck o, más recientemente, Dieric Bouts y James Ensor, de quien este año se conmemoran los 75 años de su fallecimiento, en 2024 se ha lanzado un nuevo proyecto que destaca el trabajo de los artistas flamencos en el lugar para el que fueron creados.

Siguiendo algunos de los hitos de este “Maestros flamencos in situ” hemos puesto rumbo a la capital belga para desde allí recorrer a lo largo de cinco días algunas de las localidades en las que se conservan estas obras de arte o, en otros casos, visitar los estudios o residencias de los artistas.

Maestros flamencos in situ. Foto: Andrés Valentín-Gamazo
Maestros flamencos in situ

Ya sabéis que llegar a Bruselas es fácil desde casi cualquier ciudad del mundo. Desde Madrid, nuestro punto de origen, el vuelo dura apenas dos horas y media y el traslado en tren hasta el centro, desde el propio aeropuerto, es también muy rápido.

Nuestra primera parada una vez allí fue la empresa de alquiler de bicicletas. Aunque podéis encontrar multitud, nuestra experiencia con Bike Packer fue estupenda. En este punto es importante señalar que pedalear en Flandes, y especialmente en la ruta que nosotros escogimos, es muy fácil, apenas existe desnivel y las infraestructuras para el cicloturismo son espectaculares, con un sistema de rutas señalizadas que hacen que la experiencia sea totalmente placentera incluso para aquellos no habituados a desplazarse en este medio de transporte. Por eso, esta opción de viaje es buena para realizarla tanto en solitario como en pareja, con amigos o en familia.

No obstante, sí que os recomendamos contar con alguna aplicación de navegación, tipo Komoot, para llevar las rutas diseñadas ya incluidas en vuestros móviles y que la única preocupación durante los trayectos sea elegir cuál es el mejor punto de vista para tomar vuestras fotografías.

Una vez sobre la bicicleta y con nuestro equipaje dentro de las alforjas, pusimos rumbo a Gante. En esta primera etapa hay dos opciones posibles: ir directos a Gante en tren o llegar a la ciudad a través de una ruta que os llevará por Oudenaarde, que seguro que a los aficionados al ciclismo les sonará por acoger el Museo del Tour de Flandes, entre otras atracciones turísticas, y St. Marten Latem, donde se pueden visitar las casas/taller de dos importantes artistas flamencos, quizás no muy conocidos para el público general, pero cuyas obras se encuentran en los principales museos belgas: Gust De Smet (1877 – 1943) y Edgar Gevaert (1891-1965).

En nuestro caso, dado que ambas residencias estaban temporalmente cerradas esos días, fuimos en tren hasta Gante. Si vosotros también optáis por tomar el tren en este o en cualquier otro momento del viaje, hay tres cosas importantes a tener en cuenta:
– en la Estación central de Bruselas no está permitido subir o bajar bicicletas, por lo que tendréis que ir a Nord o a Midi, en función de la que mejor os venga cuando recojáis vuestras bicis.
– es necesario comprar en la estación un billete especial adicional para la bicicleta.
– al subir al tren, aseguraos de hacerlo en uno de los vagones específicamente indicados para llevar las bicis. Suelen ser los que se encuentran hacia la mitad.

Os recomendamos tener a mano la web de ferrocarriles de Bélgica, muy útil para mirar los horarios y andenes y para comprobar de antemano cuales son en cada tren esos vagones en los que poder viajar con tu bici.

 

DÍA 1: GANTE

Gante. Foto: Andrés Valentín-Gamazo
Sint-Baafsplein, Gante

Gante era para nosotros una parada obligada por su precioso casco histórico pero sobre todo porque queríamos reencontrarnos con el retablo del Cordero Místico de los hermanos van Eyck en su emplazamiento original. Ya habíamos tenido ocasión de admirarlo tras su restauración pero esta vez hemos podido verlo en su nuevo hogar en la Catedral de San Bavón, para donde fue creado hace casi seis siglos. En la cripta de la Catedral, el nuevo centro de visitantes ofrece la posibilidad de hacer un recorrido con gafas de realidad aumentada, en el que se explica el origen del encargo a Hubert van Eyck por parte de los comitentes, Joos Vidj y Elisabeth Borluut, su emplazamiento, detalles del cuadro y de la construcción de la capilla, además de recordarnos la historia tumultuosa del Cordero Místico a lo largo de los siglos.

Tras esta visita y después de haber disfrutado de un almuerzo en la vecina plaza Goudenleeuwplein, nos dirigimos hacia el MSK, el Museo de Bellas Artes de Gante. Fundado en 1798, este es uno de los museos más antiguos de Bélgica y custodia cerca de 20 000 obras de pintura y escultura europeas, desde la Edad Media hasta nuestros días, con especial atención a los artistas belgas. Allí encontramos, por ejemplo, obras de Edgar Gevaert, George Minne, El Bosco, Rubens o Ensor.

De vuelta en el centro, recorrimos las principales arterias de la ciudad, como los históricos muelles de Gras­lei y Koren­lei, hoy lugar de encuentro junto al río Leie, en el que admirar las características casas de tejados escalonados y las iglesias de San Miguel y San Nicolás. En Gante se respira arte en cada rincón y, aunque parece que la gran obra de los hermanos van Eyck pudiera eclipsar todo lo demás, una vista a las iglesias de Santiago o la de San Salvador se nos revelan también deslumbrantes. También lo es la imponente Abadía benedictina de San Pedro, fundada en el siglo VII y una de las más poderosas en Flandes.

Bóveda de la Catedral de San Bavón, Gante. Foto: Andrés Valentín-Gamazo
Bóveda de la Catedral de San Bavón, Gante
Hermanos van Eyck. Retablo del Cordero Místico. Catedral de San Bavón, Gante. Foto: Andrés Valentín-Gamazo
Hermanos van Eyck. Retablo del Cordero Místico. Catedral de San Bavón, Gante
Gante. Foto: Andrés Valentín-Gamazo
Los muelles de Gras­lei y Koren­lei, Gante
Gante. Foto: Andrés Valentín-Gamazo
Vista de Gras­lei desde Koren­lei y escultura sobre el Puente de San Miguel, Gante
MSK. Museo de Bellas Artes de Gante. Foto: Andrés Valentín-Gamazo
MSK. Museo de Bellas Artes de Gante
MSK. Museo de Bellas Artes de Gante. Foto: Andrés Valentín-Gamazo
MSK. Museo de Bellas Artes de Gante
Castillo de los Condes, Gante. Foto: Andrés Valentín-Gamazo
Castillo de los Condes, Gante

Finalizamos el recorrido en el pintoresco y bohemio barrio de Patershol. Allí, además de una gran cantidad de cafés y restaurantes, encontramos el Castillo de los Condes, que conserva su sistema de defensa original prácticamente intacto. No hace falta decir que, además de sus callejuelas medievales, sus casas tradicionales, los canales y el arte de los primitivos flamencos, Gante, al igual que toda la región flamenca, tiene otros encantos que estamos más que dispuestos a disfrutar, como su gastronomía, en la que se incluye, claro, su gran variedad de cervezas.

DÍA 2: CAMINO DE AMBERES

Comenzamos la segunda jornada afrontando el que será el mayor reto sobre las bicis en este viaje: los cerca de 80 kilómetros que transcurren entre Gante y Amberes y que haremos siguiendo una ruta en paralelo al curso del río Escalda. Este no es un río cualquiera, su generoso caudal constituye una de las principales fuentes de vida de la región y da lugar a impresionantes paisajes fluviales. Además, en el caso de Amberes, está íntimamente ligado a su desarrollo económico, al ser su puerto uno de los más grandes e importantes de Europa.

Viaje en bicicleta entre Gante y Amberes. Foto: Andrés Valentín-Gamazo
En el trayecto entre Gante y Amberes

A pesar de la distancia, la ruta es sencilla pues apenas existe desnivel, así que de nuevo podemos asegurar que es apta para todos. Avanzamos hacia Dendermonde, en cuya iglesia gótica de Nuestra Señora podremos ver dos obras de Van Dyck: La Adoración de los pastores (1631) y Cristo en la cruz, obra procedente del Monasterio de los capuchinos pero se conserva aquí desde 1816 gracias a que el gobierno de Luis XVII decidió devolver algunas obras de arte robadas tras la ocupación francesa. La visita a Dendermonde, una localidad relativamente desconocida, resulta sorprendente. No solo por encontrar estas dos magníficas obras de Van Dyck en una iglesia, sino también por el pequeño conjunto monumental que forma la Lonja de Paños, la Casa de la Carne en la Plaza Mayor y su Campanario, edificio reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Aunque si por algo es conocido Dendermonde es por la leyenda del caballo Bayard y los cuatro hijos de Aymon, que tiene su origen en un poema épico de la Edad Media, que ha sobrevivido hasta nuestros días en esta localidad flamenca. Cuenta la gesta de los cuatro hijos de Aymon, señor de Dendermonde, que vivía en desacuerdo con el emperador Carlomagno. La lucha la continuarían después sus hijos, hasta que el gran monarca, tras años de guerra y combates, decide darles un ultimátum: la paz a cambio de su corcel Bayard. El poderoso y heroico caballo moriría ahogado en la confluencia de los ríos Dender y Escalda, pero cada diez años revive aquí, al igual de sus cuatro jinetes, para celebrar un desfile triunfal por la ciudad. En 2005 la UNESCO incorporó “el corcel de Bayard” en su lista de Patrimonio Mundial.

Van Eyck. Adoración de los pastores. Iglesia de Santa María, Dendermonde. Foto: Andrés Valentín-Gamazo
Van Dyck. Adoración de los pastores. Iglesia de Nuestra Señora, Dendermonde
Iglesia de Nuestra Señora, Dendermonde
Iglesia de Nuestra Señora, Dendermonde
Dendermonde. Foto: Andrés Valentín-Gamazo
Dendermonde
Representación del desfile del Corcel Bayard. Ayuntamiento de Dendermonde
Representación del desfile del corcel Bayard y los cuatro hijos de Aymon. Ayuntamiento de Dendermonde

Continuamos a ruta y Los Maestros flamencos in situ nos deparan otra sorpresa antes de abandonar la comarca de Dendermonde. Esta vez tiene que ver con una figura fundamental en la arquitectura y el diseño del siglo XX. La antigua estación Baasrode-Noord alberga una gran colección de material ferroviario histórico y durante algunos fines de semana de los meses de verano la estación se convierte en el punto de partida de un maravilloso viaje a principios del siglo XX, que se puede realizar en un auténtico tren de vapor. El interior de dos de sus vagones fueron diseñados por el famoso arquitecto de interiores belga Henry Van de Velde. Asientos, bisagras y cerrajería, maleteros, bastoneras y armaduras de iluminación, que hoy, tras una profunda restauración, se conservan como el primer día.

Tren de vapor Dendermonde-Puurs. Fotos: Andrés Valentín-Gamazo

Tren de vapor Dendermonde-Puurs. Fotos: Andrés Valentín-Gamazo
Tren de vapor Dendermonde-Puurs

Aún nos queda otra parada antes de llegar a Amberes: el Castillo de Bornem. Se trata de una bonita construcción rodeada de un inmenso jardín, que ha ido modificando su aspecto a lo largo de los siglos. La última reforma, a la que debemos su imagen actual, fue realizada por el conocido arquitecto belga Hendrik Beyaert, ya en el siglo XIX, por encargo de Ferdinand Jozef, undécimo conde de Bornem y su esposa Adriana de Marnix. Su actual propietario, Juan II de Marnix, 14º conde de Bornem, lleva gestionando el castillo desde hace más de 50 años y en 1985 decidió abrir una parte al público. Merece la pena visitarlo y descubrir el tesoro que se conserva en una de sus salas: la mayor colección privada de grabados de Bruegel, todos ellos primeras o segundas ediciones.

castillo de Bornem. Foto: Andrés Valentín-Gamazo
Castillo de Bornem

Ahora sí, pocos kilómetros nos separan ya de Amberes, a la que llegaremos navegando por el río a bordo de un waterbus que realiza el trayecto por el río Escalda y en el que no hay ningún problema para transportar las bicicletas. Amberes es una ciudad vibrante llena de arte y de cultura, en la que merece la pena pasar al menos dos días. En esta ocasión, nosotros no disponíamos de tanto tiempo y la recorrimos en bicicleta, deteniéndonos tan solo en algunos puntos, puesto que, además, ya habíamos tenido ocasión de visitarla anteriormente (os invitamos a leer nuestro especial sobre Amberes). No podíamos dejar de entrar en la iglesia de San Pablo, cuya edificación data del siglo XVI y en la que se pueden ver, nada más y nada menos, que pinturas de los tres principales pintores barrocos de Amberes: Rubens, Van Dyck y Jordaens.

Otra de nuestras favoritas es la iglesia barroca de San Carlos Borromeo, localizada en pleno centro y conformado una agradable plaza junto con el edificio de la Biblioteca Hendrik Conscience Heritage, donde se recoge toda la historia de la ciudad de Amberes. La iglesia cuenta en su interior con la sublime Capilla de Rubens, donde se puede contemplar El regreso de la Sagrada Familia.

Y, por supuesto, la Catedral de Nuestra Señora, una joya de 123 metros de altura. No hay que perderse su púlpito, ni sus vidrieras, pero sobre todo hay que dedicar un rato a disfrutar de la visión que nos ofrecen los trípticos El levantamiento de la cruz, El Descendimiento de la Cruz, La Resurrección de Cristo y el retablo La Asunción de María, todos ellos firmados por Rubens.

Fachadas de la iglesia de San Carlos Borromeo y de la La Biblioteca Hendrik Conscience Heritage, Amberes. Fotos: Andrés Valentín-Gamazo
Fachadas de la iglesia de San Carlos Borromeo y de la La Biblioteca Hendrik Conscience Heritage
Catedral de Amberes. Foto: Andrés Valentín-Gamazo
Catedral de Amberes
Peter Paul Rubens. Descendimiento de la cruz. Catedral de Amberes
Peter Paul Rubens. Descendimiento de la cruz. Catedral de Amberes

Aunque nuestro objetivo en este viaje era descubrir la ruta de los Maestros in situ, no quisimos dejar de hacer una breve parada en el flamante KMSKA, o Museo de Bellas Artes de Amberes.

DÍA 3: EN RUTA HACIA MALINAS

Amanece un nuevo día y tras un descanso reparador ponemos rumbo Malinas. La red de rutas nodales para ciclistas nos llevará a través de un bonito paisaje, esta vez junto al río Nete, pasando por la coqueta ciudad de Lier (a 20 kilómetros del centro de Amberes). Allí se encuentra la antigua vivienda y taller del artista Oscar Van Rompay (1899-1997), que alberga una selección de más de 50 de sus dibujos y pinturas. Destaca también el Beaterio, de 1258, totalmente amurallado, al que se accede a través de una bonita puerta de estilo barroco. Lier es uno de esos lugares que no suelen aparecer entre los más visitados por los turistas pero al que merece la pena dedicarle una parada.

Lier (Flandes). Fotos: Andrés Valentín-Gamazo
Lier

Al retomar la ruta hacia Malinas nos sorprende a nuestra derecha el Castillo Hof Van Ringer, de estilo neoclásico, propiedad del internacionalmente conocido y aclamado diseñador de moda belga Dries van Noten. Ya solo 15 kilómetros nos separan de Malinas. En este tramo, el suelo y el paisaje va cambiando gradualmente de arcilloso a arenoso, y de húmedo a seco, dando como resultado un paisaje con gran variedad de plantas y árboles que hacen el paseo sorprendente hasta finalmente adentrarse en una zona llamativamente boscosa.

 Castillo Hof Van Ringer. Foto: Andrés Valentín-Gamazo
Castillo Hof Van Ringer
En ruta hacia Malinas. Foto: Andrés Valrntín-Gamazo
En ruta hacia Malinas

Llegamos a Malinas, histórica ciudad, conocida por haber sido en el siglo XVI la capital de los Países Bajos de Borgoña; la Corte de Margarita de Austria y el lugar donde creció y se educó el emperador Carlos V. Hoy, además, adaptándose a los tiempos, puede presumir de ser una de las ciudades europeas más sostenibles, merecedora del título European Green Leaf City en 2020, y de haber sido declarada Ciudad del Ciclismo de Flandes en 2022.

Nuestra primera visita es a la torre St Rumbold, desde cuya cima, a 97 metros de altura (¡y a muchos escalones de distancia desde la base!), obtenemos unas fabulosas vistas 360º de la ciudad, y bastante más allá. Durante el ascenso se va conociendo la historia de esta emblemática torre de la catedral, explicada en cada una de las seis cámaras diferenciadas, cada una de ellas con su función. A partir del otoño de 2024 se presentará un proyecto inmersivo para llevar la experiencia de visita a otro nivel.

Otro de los puntos marcados en nuestro mapa era la iglesia de Nuestra Señora sobre el Dijle, en cuyo interior se conserva La pesca milagrosa, de Peter Paul Rubens. La pintura fue un encargo del gremio de los vendedores de pescado, por eso, en el panel central, se ve a varios hombres fornidos, en el más puro estilo Rubens, recogiendo peces. La iglesia alberga otras obras de arte destacadas, como La sepultura, de Theodoor Rombouts (1597-1637), el pintor caravaggista más importante de Amberes, o La última cena de Jan Erasmus Quellinus (1634-1715).

Continuamos con una parada rápida en la Iglesia jesuita de San Pedro y San Pablo para ver el espectacular púlpito de Hendrik Frans Verbruggen, descendiente de una destacada estirpe de escultores de Amberes. Realizado en madera de roble, alrededor de 1700, el púlpito está concebido como una obra de talla grande, que sorprende por su delicadeza. En la parte inferior, las figuras humanas sobre una esfera terrestre representan los cuatro mundos conocidos hasta ese momento. Están, a su vez, sujetando la tribuna del púlpito, adornada con los atributos de los cuatro evangelistas y con cuatro medallones con efigies de santos evangelistas.

Torre St Rumbold, Malinas. Foto: Andrés Valentín-Gamazo
Torre St Rumbold, Malinas
Torre St Rumbold, Malinas
Torre St Rumbold, Malinas
La pesca milagrosa - Peter Paul Rubens
Peter Paul Rubens. La pesca milagrosa, Iglesia de Nuestra Señora sobre el Dijle
Museo Hof van Busleyden. Foto: Andrés valentín-Gamazo
Museo Hof van Busleyden
Sint-Jozef, De duiveltjes y Paradijske, tres características casa de los siglos XVI y XVII en la call Haverwerf, Malinas. Foto: Andrés Valentín-Gamazo
Sint-Jozef, De duiveltjes y Paradijske, tres características casa de los siglos XVI y XVII en la call Haverwerf, Malinas
Malinas
Malinas desde el río

Muy recomendable también es la visita al Museo Hof van Busleyden, donde se conservan unas pinturas murales de Jan van Roome (1498-1521), conocido pintor de tapices de la Escuela Flamenca. Al parecer, aquellas pinturas, escenas bíblicas y mitológicas como El banquete de Tántalo y La Caída de Faetón, fueron alabadas por grandes intelectuales y pensadores como Tomás Moro y Erasmo.

Si tenéis tiempo, podéis aparcar un rato las bicis y explorar la ciudad desde otro punto de vista, esto es desde el agua, en alguno de los paseos en barco por el Dijle. Aunque la ciudad mantiene su esencia medieval, con más de 300 edificios históricos catalogados, también se percibe su espíritu innovador y su compromiso con el desarrollo sostenible.

Considerada un monumento más de la ciudad, la histórica fábrica de cerveza Het Anker, cuya Gouden Carolus ha sido reconocida con varios premios, es nuestra última parada del día…

DÍA 4: LLEGAMOS A LOVAINA

Lovaina es uno de esos destinos que podemos considerar casi perfectos. Una ciudad universitaria, vital, creativa, tradicional pero a la vez contemporánea y en pleno desarrollo, con el bullicio justo y de un tamaño medio, fácil de caminar o de recorrer en bicicleta.

Llegamos allí con tres paradas obligadas marcadas en nuestro plano: una visita al Jardín botánico, el más antiguo y uno de los más bonitos de Bélgica (teníamos que comprobarlo y no nos decepcionó); el gran Beaterio (aunque también visitamos el Pequeño Beaterio), un lugar único con sus calles empedradas y sus pintorescas casas de ladrillo, y, por supuesto, la iglesia de San Pedro y sus alrededores con el imponente edificio gótico del Ayuntamiento y las 235 esculturas adornan los nichos de su fachada.

Hay una figura que recientemente ha vuelto a poner a Lovaina en la ruta de los grandes maestros flamencos: Dieric Bouts. Sus pinturas La última cena y El Martirio de San Erasmo son dos joyas que siguen expuestas en la iglesia de San Pedro, el lugar para el cual fueron pintadas originalmente a mediados del siglo XV. La iglesia conserva además otras obras interesantes por lo que recomendamos una visita detallada a la misma. Existe la opción de realizar una visita virtual con un dispositivo holográfico, desarrollada por el M Museum junto a la empresa Studio Louter, que ofrece espectaculares imágenes y animaciones 3D de la iglesia y de sus tesoros.

Todavía tuvimos tiempo para dar un paseo por las calles aledañas a la Universidad, visitar la gran sala de lectura de la Biblioteca universitaria y de acercarnos al M Museum, un edificio singular diseñado por el arquitecto belga Stéphane Beel y cuya colección abarca varios siglos, desde los maestros antiguos hasta los creadores contemporáneos.

Nuestro día finaliza en De Hoorn, emblemático espacio en el barrio de Vaartkom donde en 1926 se elaboró la primera cerveza Stella de la historia. Hoy ya no alberga la fábrica cervecera sino espacios de trabajo, salas de presentaciones, un bar y un restaurante. Un lugar frecuentado por la comunidad creativa y artística de Lovaina que está contribuyendo al desarrollo de esta antigua zona industrial en la que los edificios se están rehabilitando y convirtiendo en viviendas, tiendas y oficinas.

Sobre la ruta Ciudades del arte, que nos lleva de Malinas hasta Lovaina
Sobre la ruta “Ciudades del arte”, que nos lleva de Malinas hasta Lovaina

Jardín Botánico de Lovaina
Jardín Botánico de Lovaina
Pequeño Beaterio
Pequeño Beaterio de Lovaina

Gran Beaterio de Lovaina

Gran Beaterio de Lovaina
Gran Beaterio de Lovaina
La última cena. Dieric Bouts. Iglesia de San Pedro, Lovaina
La última cena. Dieric Bouts. Iglesia de San Pedro, Lovaina
El martirio de San Erasmo. Dieric Bouts. Iglesia de San Pedro, Lovaina
El martirio de San Erasmo. Dieric Bouts. Iglesia de San Pedro, Lovaina
Ayuntamiento de Lovaina
Ayuntamiento de Lovaina
Gran sala de lectura de la Biblioteca de Lovaina
Gran sala de lectura de la Biblioteca de Lovaina

 

DÍA 5: DESTINO BRUSELAS

Por la mañana, antes de despedirnos de Lovaina y poner rumbo a Bruselas, donde finalizaremos el viaje, recorremos los alrededores de la Abadía del Parque, un fantástico complejo, de los mejores conservados de Europa Occidental, que ocupan una extensión de 42 hectáreas, con numerosos espacios abiertos para pasear o montar en bicicleta. Hogar de los padres Norbertinos desde 1129, la abadía ha logrado conservar su autenticidad y los edificios circundantes, como la granja, el molino de agua, la iglesia y el cementerio, las porterías, el granero de diezmos e incluso los estanques de pesca, que prácticamente no han cambiado desde el siglo XVII. Inmersa en una gran campaña de restauración que se ejecutará hasta 2025 en colaboración con la ciudad de Lovaina, y dentro de un programa de reutilización sostenible, varios espacios han sido reconvertidos para poder tener una función contemporánea sin alejarse de su contexto histórico. Es el caso del museo PARCUM, la Fundación Alamire (el centro de estudios de música polifónica en KU Leuven), Abbey Farm (una asociación de varios socios que trabajan en la agricultura urbana orgánica) y la cervecería de la abadía, Braxatorium Parcensis.

En el interior, el monasterio conserva tesoros como los espectaculares techos de estuco de la biblioteca y del refectorio del monasterio, obra del artesano Jan-Christian Hansche; o las 20 vidrieras realizadas para el pasillo del claustro por el maestro vidriero de Lovaina Jan de Caumont, entre 1635 y 1644.

Abadía del Parque, Lovaina

Abadía del Parque, Lovaina
Abadía del Parque, Lovaina

A pocos kilómetros de allí, ya sobre la ruta que nos llevará hasta Bruselas, pasamos junto al monumental Castillo de Arenberg, que conserva su forma original del siglo XVI y es hoy sede del campus de ciencias exactas de la Universidad de Lovaina. Lo dejamos atrás para adentrarnos en una zona de senderos de gran belleza natural, en especial al atravesar la zona de Leefdaal, en la que también el castillo homónimo.

En la pequeña localidad de Vossem encontramos —en nuestro caso, por casualidad— una parada obligada para los amantes del ciclismo: el bar club oficial de fans de Renko Evenepoel, una estrella nacional e internacional, y flamante ganador de dos oros en las Olimpiadas de París 2024.

Castillo de Arenberg, Flandes
Castillo de Arenberg, Lovaina

Otra gran sorpresa es la que descubrimos al llegar a los impresionantes jardines del Museo Africano, mandado construir por el rey Leopoldo II como escaparate de la que para él era “su” colonia del Congo. Construido por Stéphane Beel, si recordáis, el mismo arquitecto del M Museum de Lovaina, el edificio fue rehabilitado en 2018.

Ya solo nos separan 14 kilómetros de Bruselas, pero antes de llegar a la capital todavía nos queda una parada en busca de un Van Dyck; concretamente el que se encuentra en la iglesia de San Martín de Zaventem. Esta hermosa pintura representa la escena de la caridad de San Martín compartiendo su capa con un mendigo y fue realizada por un joven Antoon van Dyck, que por enconces trabajaba en estrecha colaboración con Rubens.

Tras pedalear varios días por las maravillosas infraestructuras que comunican las ciudades por las que hemos pasado, es verdad que la llegada a Bruselas resulta un poco más caótica y algo menos bike-friendly, por lo que nuestra recomendación es aparcar las bicis, una vez instalados en la ciudad, y recorrerla a pie.

En Bruselas se hacía obligado por la falta de tiempo escoger muy bien nuestras visitas y teníamos claras las cuatro cosas que no queríamos dejar de ver en nuestra ruta de Maestros flamencos in situ, comenzando por la iglesia de Nuestra Señora de la Capilla, donde se encuentra la tumba de Pieter Bruegel. En el siglo XVII llegó a albergar  tres cuadros de Rubens y su taller, aunque hoy tan solo se conserva allí la copia de uno de ellos, Cristo entregando las llaves a San Pedro, cuyo original había sido realizado hacia 1613-1615 a petición de su amigo y colega Jan Brueghel el Viejo para decorar la lápida conmemorativa de sus padres, Pieter Bruegel el Viejo y Maria Coecke van Aelst. El cuadro fue vendido en 1765 pero el comprador ofreció una hermosa copia, que es la que hoy se puede ver en la iglesia.

La barroca iglesia de Nuestra Señora de la Buena Esperanza, en la que destaca un imponente altar mayor, hecho en parte de mármol y en parte de madera pintada, siguiendo un diseño del escultor amberino Jan Pieter van Baurscheit el Viejo.

La iglesia de San Juan Bautista, ubicada en lo que fue el Beguinario de Bruselas y en cuyo interior se pueden ver varios cuadros de Theodore van Loon, pintor barroco de influencia caravaggista. Entre ellos destaca la imagen de Santa Úrsula coronada por el Niño Jesús. En 1622 también pintó una magnífica Asunción de María para el altar mayor, obra que hoy se encuentra en el Museo Real de Bellas Artes de Bélgica. Además, un sexto cuadro, Salomé con la cabeza de Juan Bautista, fue robado en 1973.

Y, para acabar, nos acercamos hasta Sablon, el barrio de antigüedades de Bruselas. Allí, en la Grote Zavelplein, se alza majestuosa la iglesia de Nuestra Señora de la Victoria, reedificada en el siglo XV por el gremio de ballesteros de la ciudad siguiendo la moda del gótico bravantino. Lugar predilecto de Margarita de Austria, gobernadora de los antiguos Países Bajos, para la oración, sus capillas acogen numerosas pinturas y esculturas, aunque la que más nos interesa no se encuentra dentro de ninguna de ellas sino colgada sobre uno de los pilares del transepto. Atribuida recientemente al pintor amberino Abraham Janssens, contemporáneo y rival de Rubens, representa a María, con gesto apesadumbrado, sosteniendo en su regazo a un alegre Jesús que juega con su primo Juan.

 

Sorprendentes senderos entre Lovaina y Bruselas. Fotos: Andrés Valentín-Gamazo
Sorprendentes senderos entre Lovaina y Bruselas
Parque del Museo Africano. Foto: Andrés Valentín-Gamazo
Parque del Museo Africano
Museo Africano. Foto: Andrés Valentin-Gamazo
Museo Africano
Ciclovía entre Zaventem y Bruselas. Foto: Andrés Valentin-Gamazo
Ciclovía entre Zaventem y Bruselas
Iglesia de san Martín, Zaventem
Iglesia de San Martín, Zaventem
Escultura dedicada a Bruegel en el exterior de la iglesia de Nuestra Señora de la Capilla, Bruselas. Foto: Andrés Valentín-Gamazo
Escultura dedicada a Bruegel en el exterior de la iglesia de Nuestra Señora de la Capilla, Bruselas
Nuestra Señora de la Capilla, Bruselas. Foto: Andrés Valentín-Gamazo
Nuestra Señora de la Capilla, Bruselas
Cristo entregando las llaves a San Pedro. Copia de un original de Rubens. Foto: Andrés Valentín-Gamazo
Cristo entregando las llaves a San Pedro. Copia de un original de Rubens. Nuestra Señora de la Capilla, Bruselas
Iglesia de San Juan Bautista, Bruselas
Iglesia de San Juan Bautista, Bruselas
Theodore van Loon. San Pedro liberado por un ángel. Iglesia de San Juan Bautista, Bruselas. Foto: Andrés Valentín-Gamazo
Theodore van Loon. San Pedro liberado por un ángel. Iglesia de San Juan Bautista, Bruselas
Abraham Janssens. María con el Niño. Nuestra Señora de la Victoria, Bruselas. Foto: Andrés Valentín-Gamazo
Abraham Janssens. María con el Niño. Nuestra Señora de la Victoria, Bruselas
Jardín Mont des Arts, Bruselas. Foto: Andrés Valentín-Gamazo
Jardín Mont des Arts, Bruselas

 

Aunque nos daba mucha pena, tocaba hacer las maletas y emprender la vuelta a casa, sabiendo, eso sí, que volveremos seguro para realizar nuevas rutas cicloturísticas y seguir descubriendo el rico patrimonio de esta región.

Esperamos despertar en muchos de vosotros las ganas de hacer este tipo de viajes en los que se unen la cultura, el deporte, la naturaleza y la gastronomía. Flandes es, desde luego, un lugar ideal para hacerlo. Por si os animáis, os dejamos varios enlaces que os ayudarán a preparar mejor vuestros itinerarios.

https://www.visitflanders.com/es
https://www.flemishmastersinsitu.com/es
https://visit.gent.be/es
https://visit.antwerpen.be/es
https://visit.mechelen.be/es
https://www.visitleuven.be/es

Y también los mapas de nuestras rutas:

 

 

 

© de todas las imágenes que acompañan al texto: Andrés Valentín-Gamazo

 

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