NOMBRE: Ana
APELLIDOS: Ciscar Cebriá
LUGAR DE NACIMIENTO: Valencia
FECHA DE NACIMIENTO: 1993
PROFESIÓN: Artista
A nuestra fichada esta semana, Ana Ciscar, la conocimos a principios de este año en la Galería Punto de Valencia, donde presentaba la que ha sido su primera individual en esa sala, “The Act of Seeing With No Eyes”; una muestra dedicada al ojo sin mirada, al ojo vigilante, el que tiene que ver con la prevención y el miedo. Se componía esa exposición de lienzos, videocollages, una instalación compuesta por telas impresas y libros intervenidos en los que esta artista profundizaba en los peligros de ciertos usos de las imágenes, como los vinculados a la inspección y las estrategias militares.
Ana, graduada en Bellas Artes y Máster de Producción Artística en la Universidad Politécnica de Valencia, es también doctoranda en el Programa de Doctorado en Arte: Producción e Investigación de ese mismo centro y Técnico Superior de Investigación dentro del Centro de Investigación de Arte y Entorno de la propia UPV. Antes de en la Galería Punto, había presentado individuales en el Convent Espai d’Art de Villarreal (Castellón) y en la Galería Artevistas barcelonesa y sus colectivas le han llevado a espacios como el Museo de la Ciudad, La Llotgeta y el Ateneo Mercantil de Valencia; el Centre Cultural Carmen Alborch de Mislata, la Sala de exposiciones Ibercaja. Patio de la Infanta y la Galería A del Arte de Zaragoza; Las Cigarreras de Alicante, el Centre d’Art Tecla Sala de Hospitalet, La Nau, el Centre del Carme, la Fundación Mainel y el IVAM (Valencia); la Galeria Antoni Pinyol de Reus, la Sala el Brocense de Cáceres, Piramidón y la Galería Trama de Barcelona. También pudisteis verla en el último JUSTMAD.
Además, ha recibido primeros premios en la II Convocatoria Artistas Emergentes de Galería Artevistas (2015), el XX Premio Nacional de Pintura Fundación Mainel (2017), un Premio de adquisición en el Certamen Colección Universidad Miguel Hernandez (2018) y otro primer premio en el Salón de Otoño del Ateneo Mercantil de Valencia del año pasado, coincidiendo con su medio siglo; asimismo, ha obtenido el Premio Mardel de Artes Visuales (2019), el galardón ARKO en la última edición del Premio de Videoarte del Ayuntamiento de Astillero-El Almacén de las Artes y ha participado en el VII Encontro de Artistas Novos de la Cidade da Cultura y, en 2017-2018, en una residencia en Piramidón.
Esta semana, Ciscar se incorpora a nuestros Fichados porque queremos saber más de sus estudios sobre el valor y la narratividad de las imágenes hoy y sobre el conflicto de interpretaciones que puede generar la consideración de la fotografía documental como representación fiel de lo real en lugar de como construcción visual, noción arraigada y no problemática, evidentemente, en el resto de las artes. Nos interesa, además, cómo hace suyas imágenes antiguas, tomadas de archivos o prensa, para aplicar sobre ellas el lenguaje de la plástica a partir de recomposiciones, yuxtaposiciones y deconstrucciones, procedimientos que activan esos materiales para introducir hibridación en lo que pareció puro, inquietud en lo que pareció plácido. Descontextualizando esas fotografías primeras y elaborando a partir de ellas pinturas híbridas, invita a quien contempla a preguntarse por el sentido de lo que ve, y esa es la finalidad también de los ocasionales textos que acompañan sus trabajos: además de dotarlos de complejidad u hondura, apuntan a la importancia del contexto a la hora de interpretar cualquier imagen, también las documentales. Las suyas han de generar, necesariamente, lecturas múltiples.
Siguiendo el esquema que conocéis, hemos preguntado a Ana por sus inicios. Nos habla de su inclinación por lo creativo desde la infancia, de la importancia del respaldo obtenido en las primeras convocatorias a las que optó y de su consideración del arte como aprendizaje y cuestionamiento constante: Estudié Bellas Artes sin muchas pretensiones, como imagino que la mayoría, y antes de terminar el último curso comencé a presentarme a diferentes convocatorias por probar, y para mi sorpresa, comenzaron a seleccionarme ¡e incluso gané algunas de ellas! Eso me dió la oportunidad de comenzar a exponer mi trabajo, ir haciendo currículum, mantener relación con alguna galería de forma esporádica, etc. Nada más terminar la carrera hice el Máster de Producción Artística, también en Valencia, y pude participar en la Muestra PAMPAM para exponer en el IVAM, junto con el resto de compañeros seleccionados, así como en la convocatoria Art<35 de la Galería Trama de Barcelona; fueron dos grandes oportunidades que me motivaron para seguir haciendo algo tan kamikaze como es dedicarse al arte, o al menos intentarlo.
A partir de ahí todo fue surgiendo de una manera muy natural y orgánica. El porqué es difícil de detallar, nunca dije algo así como “mamá, quiero ser artista”, pero sí que tenía muchas inquietudes artísticas, me gustaba mucho dibujar, leer cómics, ir al cine, la música… y desde pequeña mi padre me llevó a ver muchas exposiciones, sobre todo de fotografía. Supongo que fui desarrollando una sensibilidad visual, que luego acabó por manifestarse sobre todo en la pintura. Luego está la cuestión de por qué lo sigo haciendo, más difícil aún de contestar. Creo que la clave está en que con el arte emprendes una especie de búsqueda personal que no acaba nunca, siempre estás aprendiendo, o inventándote algo que hacer, además de desarrollar una mirada con la que ver lo que te rodea de un modo diferente, a veces más divertida y desenfadada, y otras de una manera más crítica.
Dos son los asuntos que vertebran su producción: violencia y visualidad; ambos han evolucionado en el tiempo y, como nos explica, se han entrecruzado en sus diversos proyectos: Viendo con perspectiva los proyectos que he ido desarrollando hasta ahora, diría que una parte fundamental en ellos es la reflexión sobre la violencia y nuestra convivencia con las imágenes. Estas dos temáticas han ido pivotando y evolucionando entre sí, en sus diferentes vínculos y variantes.
Al principio, cuando aún estaba en la carrera y el Máster, estaba más interesada por la representación de la violencia en las imágenes y por la faceta más narrativa de estas, su capacidad para contar una historia, ficticia o real. En estos proyectos, titulados Narración y sabotaje (2015) y Esta es la manera como podría haber sucedido, ¿qué piensa Vd.? (2016-2017), me apropiaba de imágenes policiales, o de prensa, en las que se veían escenas de crímenes, como las fotografías de Weegee. Por aquel entonces estaba muy influenciada por el imaginario del género negro en general, leía mucha novela negra, quería que mis cuadros fueran de algún modo casos que resolver, misteriosos, bastante oscuros… Después comencé a trabajar con imágenes que mostraban actos iconoclastas (serie Elementos de importancia alrededor de la destrucción, 2017-2018) o con obras de arte en circunstancias de peligro: siendo trasladadas, etc. Entonces el tema viró a la violencia infringida hacia las imágenes como expresión del propio poder de las mismas. A raíz de esto, ahora mismo me encuentro investigando sobre la violencia que infligen las propias imágenes y lo peligrosas que estas pueden llegar a ser, cuestionando las políticas de la visualidad, temas explorados en los proyectos Otros crímenes de archivo (2019), Armas para salvar hombres, imágenes para someterlos (2019) o en mi última exposición, “The act of seeing with no eyes” (2020).
Por otra parte, respecto a los intereses más formales, estos han ido también evolucionando, pero diría que los más importantes y que se encuentran presentes a lo largo de todos los proyectos, independientemente del medio con el que esté trabajando, serían la idea del montaje, la fragmentación del material fotográfico y archivístico del que parto, el collage como herramienta principal de componer o la superposición de imágenes.
Idea sus propuestas, como decíamos, a partir de fotografías, pero su medio fundamental de trabajo es la pintura, teniendo predilección por los grandes formatos. El empleo de unas u otras disciplinas depende, en cualquier caso, de las necesidades de cada una de sus obras: Depende un poco del proyecto con el que me encuentre, pero el medio con el que trabajo normalmente y con el que me siento más a gusto es la pintura, en concreto el óleo, aunque le acabo metiendo de todo, spray, esmaltes de todo tipo, ceras… Me da mucho juego y puedo obtener matices muy diferentes por la versatilidad de los materiales, desde la concreción y el detalle, hacia lo más expresivo y matérico, o más gestual. En el caso de la pintura me gusta mucho trabajar en formatos grandes, me da mucha más libertad a la hora de componer, así como a la hora de materializar el trabajo, de pintar en el estudio, sentir que me muevo de una parte a otra del lienzo, manipularlo, tener que girarlo, etc. Por otra parte, ahora mismo estoy trabajando con la imagen en movimiento, haciendo varias piezas de vídeo, o en diapositivas, y con otros medios como impresiones en telas de gran formato, fotografía digital, así como alguna serie de dibujos.
Entre sus referentes cita a artistas que han hecho de la reflexión sobre las imágenes el centro de su trayectoria, a veces como emblema de las incertidumbres del mundo contemporáneo. También a aquellos fotógrafos de los que nos habló, que inmortalizaron sucesos, creyeron en la democracia de la cámara o amaron la vida y la gente: Mis influencias más directas han ido variando, pero por nombrar algunos autores concretos diría que Gerhard Richter, Vija Celmins, Harun Farocki, Ida Applebroog, Rinus Van de Velde, Pedro G. Romero, Chema López, Alain Urrutia, Santiago Ydáñez… pero también, y como he comentado antes, entrarían el imaginario negro de Weegee o clásicos de la fotografía como Robert Frank o William Eggleston.
Si tiene que elegir uno de sus proyectos fundamentales, escoge Ana “The Act of Seeing With No Eyes”, el que presentó hace unos meses en Punto. Evocando a Jünger, vinculó en sus lienzos imágenes y armas por su eficacia, exactitud y capacidad de abstracción; abordó en sus videocollages y en su instalación con telas nuestra aproximación a conflictos contemporáneos, a partir de archivos videográficos sobre percepción visual e imágenes aéreas del FBI de las recientes manifestaciones del movimiento Black Lives Matters y, en cualquier caso, llevó a cabo estos proyectos valiéndose del montaje como gran procedimiento compositivo. Unas y otras imágenes, también los textos incorporados, se relacionaban entre sí desde un enfoque crítico: Mi última exposición individual fue “The act of seeing with no eyes”, en la Galería Punto de Valencia (la galería con la que trabajo), y se componía de una serie de cuadros, dos vídeos, y dos instalaciones con telas. En la muestra se exploraba la peligrosa utilización instrumental de la imagen, concretamente aquella empleada para el control y la estrategia militar. El proyecto nace a través de la apropiación e intervención de un catálogo de la obra fotográfica de Ernts Jünger sobre la Primera Guerra Mundial, así como de diferentes imágenes de test de percepción visual o registros captados por drones en diferentes manifestaciones, en los que se establece una analogía entre armas y cámaras.
Preguntamos también a Ciscar qué será lo próximo: Ahora mismo me encuentro trabajando en una serie de dibujos que se presentarán este diciembre en la Feria MARTE, en el stand de la Galería Punto. Además de dedicarme al proyecto de más envergadura en el que he estado hasta ahora, que es el de hacer mi tesis doctoral, sobre, precisamente, los temas que he ido tratando a lo largo de mi producción artística.
Conocedla mejor aquí: https://anaciscar.es/