El artista Pedro Torres, nacido en Brasil en 1982 y afincado en Barcelona, ha resultado ganador de la undécima edición del Premio Ankaria al Libro de Artista, convocado por la Fundación Ankaria, por su obra Roma, derivada de su experiencia paseando por la capital italiana durante su residencia en la Real Academia de España gracias a una beca de investigación y producción.
Se inspira este ejemplar en el suelo del casco histórico romano, formado por adoquines y también por muchos agujeros: Torres ha buscado trasladar esas dos formas (la retícula y el círculo) al formato del libro. Se ha valido para ello de papel milimetrado, en el que ha practicado agujeros, uno por hoja, coincidiendo con el número de días que permaneció en Roma.
En palabras del autor, los agujeros en el papel milimetrado se van enlazando unos con otros y dejan entrever la estructura estratigráfica del libro, que se remite a la de la propia ciudad. Roma son muchas capas de materia y de tiempo. Esta artista ha centrado su obra en el concepto de tiempo, explorando diferentes aspectos del mismo desde perspectivas científicas y filosóficas.
El segundo premio ha sido para Pedro Luis Cembranos (Madrid, 1973) por Páginas amarillas. Se ha valido de la célebre guía telefónica que circuló en España entre 1967 y 2021, y que llegó a contener referencias de 300.000 comercios, con una tirada de 17 millones de ejemplares; con ella ideó un soporte escultórico inspirado por la estatuaria romana clásica. El proceso de creación de su pieza surgió de la formación de un bloque de papel compuesto por esas guías, cuyas hojas fueron pegadas una a una, y de su posterior torneado, pulido y lacado. Para la realización de esta obra, el artista empleó también el alabastro.
Por último, el Premio Javier Rosón, que reconoce trabajos de creadores menores de 28 años, recae en Alejandra Espinosa (San Sebastián, 2002) por Ma mère et moi, un falso álbum familiar en el que explora la relación entre una madre y su hija a lo largo de los años. La producción parte de imágenes de un conjunto familiar anónimo, encontrado por Espinosa en la calle. A través de la reinterpretación y la recolocación de estas fotografías, y jugando con transparencias y superposiciones, ha dado lugar a una nueva narración que gira en torno a ese lazo maternofilial, enmarcado en la ficción del desconocimiento.
Tras graduarse en Bellas Artes por la Complutense de Madrid, esta artista cursa actualmente el primer año de Máster, con la intención de continuar su carrera académica y artística en el campo de la investigación y la creación en arte contemporáneo.
Concurrían al Premio Ankaria al Libro de Artista 181 obras de otros tantos creadores procedentes de más de veinticinco países. El certamen está dotado con 3.000 euros para la primera obra seleccionada, 1.500 para la segunda y 1.000 euros para el ganador del Premio Javier Rosón. A estas dotaciones se suma la inclusión de las piezas escogidas en la exposición itinerante “La Palabra Pintada”.
En las diez ediciones anteriores fueron galardonados Javier Pividal (2014), Shirin Salehi (2015), Daniel Verbis (2016) y Guillermo Mora (2017), Roberto Aguirrezabala (2018), Ana Soler (2019), Carlos Irijalba (2020), Rosa Velasco (2021), Ignasi Aballí (2022) y Manu Blázquez (2023). El jurado este año lo componían el presidente de la Fundación Ankaria, Ricardo Martí Fluxá; los patronos de la institución Saleta Rosón, Jaime Mairata y José María Luna; y Manu Blázquez, primer premio en la edición del Premio Ankaria de 2023.
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