Los amantes del jazz contemporáneo conocen a Lawrence D. “Butch” Morris, cornetista y compositor estadounidense que murió hace justo una década. Durante años lideró la banda Orchestra SLANG, fue asiduo del Festival of New Trumpet Music de Nueva York y a él le debemos la noción de Conducción aplicada a la música (el término está tomado de la física): se trata de una suerte de improvisación libre por la que “Butch” dirigía a un grupo mayor o menor de instrumentistas con movimientos de mano o batuta.
Sus ritmos sonarán de fondo en la próxima muestra en la Galería Senda, “Love Song” de Elena del Rivero, y a él también se le dedica este proyecto, en el que la artista valenciana reflexiona entre otras cuestiones, y de ahí el homenaje, sobre el peso de la experiencia y la riqueza a percibir en las vivencias acumuladas. Desde mañana podremos contemplar, en esa sala barcelonesa, un compendio de proyectos representativos de su carrera, entre ellos la treintena de collages-assemblages pertenecientes a su Archivo del Polvo, que hace unos meses exhibió Es Baluard Museu y que llevó a cabo con piezas de pintura rescatadas de su estudio neoyorquino tras los atentados de septiembre de 2001.
Aquel trabajo, recordamos, sirvió a la autora para ahondar en la pérdida, el valor de la memoria colectiva, el dolor y en las creencias que, como sociedad, pueden permitir que replanteemos el futuro; de él formaba parte asimismo A CHANT, una instalación conmemorativa formada por más de 3.000 hojas de papel recogidas también de su taller, o Nine Broken Letters, una pieza producida durante nueve noches consecutivas de insomnio mientras la artista era desplazada de su casa en el 125 de Cedar Street. Se inspiró para esta obra en su lectura de las Florentine Nights de Marina Tsvetáyeva.
En Barcelona también recala Letters from Home, una serie que Del Rivero dedicó a lo cotidiano y doméstico y vertebró en torno a la mesa de la cocina: durante años elaboró pinturas que evocaban paños, pero también banderas sin patria, y que podemos considerar conceptuales; a ellas se suman propuestas relacionadas con otro de sus proyectos fundamentales y aún en curso, Cartas a la Madre, en el que ha recurrido igualmente a elementos de uso habitual y casero: agujas, pintura, bordado y telas, muy habituales en su trayectoria.
Pone de manifiesto, este conjunto de misivas, ese peculiar lenguaje que le ha servido para abordar las distancias entre los ámbitos de lo público y lo privado: inspirándose en las cartas que Kafka envió a su padre, en 1919, tras una decepción amorosa, reunió la artista 272 hojas individuales, numeradas y dispuestas en cuadrícula en las que reivindicaba la figura de la madre y revisaba asuntos universales como la religión, la feminidad y las frustraciones personales, planteando los complejos lazos entre estos temas, y el terreno de lo íntimo, con el canon de la historia del arte.
Contemplaremos a continuación Fragments of my Ruin, una instalación monumental que aglutina sus inquietudes éticas y estéticas de los últimos años, relativas las primeras a dolores personales y colectivos y a las estrategias sociopolíticas que configuran nuestra contemporaneidad, y dará fin a la exposición una fotografía de “Butch” Morris caminando por el East Village neyorquino que la propia Del Rivero tomó en 2008, así como otras realizadas en el barrio del Soho durante manifestaciones del movimiento Black Lives Matter, entrelazándose de ese modo, como siempre en su trabajo, lo colectivo y lo personal, lo pasado y lo reciente. Sus composiciones se nutren de muchos gestos previos y de su autobiografía, aunque siempre veladamente y desde la ambigüedad poética; contienen sonidos propios (los de la mano que cose, trabaja o espera) y pueden dar lugar a coreografías libres al ser contemplados, como libres eran los frutos de las conducciones del músico.
No es la primera vez, por cierto, que “Butch” forma parte de su producción: compuso una pieza, Bring Light, a partir de registros sonoros de la zona cero para acompañar las presentaciones de A CHANT, de El archivo del polvo. Lo casero y lo histórico: ha explicado más de una vez Del Rivero que, con el paso del tiempo, lo privado de su obra deviene aún más público.
Elena del Rivero. “Love Song”
c/ Trafalgar, 32
Barcelona
Desde el 12 de enero de 2023
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