La pinacoteca muestra los trabajos menos conocidos del valenciano, los correspondientes a su etapa romana
“El joven Ribera”
MUSEO NACIONAL DEL PRADO
Paseo del Prado, s/n
28014 Madrid
Del 5 de abril al 31 de julio de 2011
De martes a domingo y festivos, de 09:00 a 20:00 horas
Del 5 de abril al 31 de julio de 2011, en el Museo Nacional del Prado
Comisarios: José Milicua, catedrático emérito de Historia del Arte de la Universidad de Barcelona y Javier Portús, jefe de Conservación de Pintura Española del Museo del Prado
Treinta y dos obras de José de Ribera, las más importantes que el pintor llevó a cabo durante su estancia en Roma y en el comienzo de su establecimiento en Nápoles (1610-1622), se exhiben hasta el próximo julio en el Museo del Prado con el objetivo de dar a conocer al público la producción menos conocida y estudiada del autor y de profundizar en la incidencia que esta obra tuvo en el posterior desarrollo del caravaggismo entre los años veinte y treinta del siglo XVII.
Entre las obras expuestas destaca La resurrección de Lázaro, adquirida por el Prado hace diez años y de atribución muy discutida en su momento. Hay que subrayar que la gran mayoría de las pinturas de Ribera que posee el museo madrileño son de etapas muy posteriores, así que esta exhibición nos permitirá entender esta Resurrección en su contexto y valorar su relevancia en el contexto de la trayectoria temprana de Ribera, a quien estudios recientes han identificado como el hasta ahora anónimo Maestro del Juicio de Salomón.
El resto de las piezas que conforman “El joven Ribera” han sido cedidas por colecciones y museos europeos y americanos y entre ellas se encuentran las series del Apostolado y Los cinco sentidos, que nos permitirán apreciar la formación y evolución del estilo del pintor valenciano desde sus inicios hasta su conversión en uno de los mejores artistas naturalistas posteriores a Caravaggio.
Nacido en Játiva en 1591, José de Ribera desarrolló su carrera en Parma, Roma y Nápoles reelaborando el lenguaje naturalista de Caravaggio y adoptando medios como el claroscuro o la precisión descriptiva para renovar la plasmación pictórica de asuntos tradicionales como los cinco sentidos, los filósofos o el propio Apostolado o para infundir a sus trabajos devocionales una mayor carga de intensidad y rigor.
Cuatro ámbitos estructuran esta muestra. El primero, “José de Ribera versus Maestro del juicio de Salomón” enfrenta algunas de las escasas obras atribuidas a Ribera con las pinturas consideradas anteriormente de la autoría del llamado Maestro del Juicio de Salomón; el segundo, “Ribera en Roma: los cuadros de historia”, rastrea las aproximaciones del artista a este género en piezas de formato apaisado caracterizadas por el gran tamaño de sus figuras; el tercero, “Entre Roma y Nápoles: medias figuras”, recoge sus representaciones de santos del Nuevo Testamento aislados o en parejas y generalmente de medio cuerpo en realistas tipologías y el último, “Ribera en Nápoles”, analiza la transformación del arte de Ribera hacia obras de formato vertical y carácter devocional, destacando las relacionadas con la Pasión.
Hay que subrayar que, en el transcurso de la preparación de esta exposición, ha sido identificado un nuevo Ribera: El martirio de San Lorenzo, que procede de la Basílica del Pilar de Zaragoza y se muestra al público por primera vez tras su nueva atribución.
José de Ribera
Cristo flagelado, hacia 1617
Quadreria dei Girolamini, Nápoles
José de Ribera
San Bartolomé, hacia 1612
Fondazione Roberto Longhi
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