Más de 250.000 visitantes han recorrido el Museo del Prado en lo que llevamos de año y la media mensual es superior a los 60.000 desde marzo, así que la pinacoteca recupera progresivamente sus ritmos de recepción de público y a ellos acompaña la reapertura, también paulatina, de las salas del edificio Villanueva.
Desde hoy, 2 de junio, podemos contemplar El Descendimiento de Van der Weyden en su sala habitual, la 58, junto a Calvario con santos y donantes (obra del círculo de Hugo van der Goes que se exhibe por primera vez tras su adquisición en marzo de 2020) y otras de sus coetáneos: Robert Campin, Dirk Bouts y el Maestro de la Leyenda de Santa Catalina.
Ese Calvario, pieza de extraordinaria calidad, se data según su estudio dendrocronológico probablemente en la década de 1470 y revela, por parte de Van der Goes y sus seguidores, un hondo conocimiento del arte desarrollado entonces en el contexto de Gante. La tabla presenta un Calvario, o representación de Cristo en la cruz, con la Virgen María y san Juan. A los lados aparecen los santos Jerónimo, Santiago Apóstol, María Magdalena y Catalina, junto a una amplia familia de donantes, y el paisaje del fondo incluye una vista de Jerusalén, captada como una ciudad flamenca de aquella época.
Además de la sala 58, hoy se han reabierto otras: 57 A, 58 A, 56 y 57. Próximamente se podrán visitar las salas 55 B, 56 B, 57 B y 58 B, que guardan obras del Renacimiento europeo, como Adán y Eva de Durero o La Anunciación de Fra Angelico. Así se pondrá fin a la distribución expositiva de “Reencuentro”, la exhibición que, tras el confinamiento, reunió obras emblemáticas de los fondos del Prado en un número limitado de espacios.
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