El Museo de Bellas Artes de Bilbao abre una gran retrospectiva dedicada a Botero

Fernando Botero. Los Arnolfini según Van Eyck, 2006

Es una de las más amplias dedicadas al colombiano hasta la fecha y cuenta con trabajos de los últimos 65 años

Bilbao, 08/10/2012


“Fernando Botero. Celebración”

MUSEO DE BELLAS ARTES DE BILBAO
Plaza del Museo, 2
48011 Bilbao
Del 8 de octubre de 2012 al 20 de enero de 2013
De martes a sábado, de 10:00 a 20:00 horas
Domingos, de 10:00 a 14:00 horas

Tras su paso (en versión ampliada) por el Palacio de Bellas de México, donde ha sido visitada por cerca de 250.000 personas, hoy ha sido inaugurada en el Museo de Bellas Artes de Bilbao “Fernando Botero. Celebración”, una de las antologías más exhaustivas dedicadas al colombiano hasta la fecha.

Incluye ochenta trabajos de todas las etapas de una trayectoria que Botero inició en 1948 como ilustrador en el diario El colombiano. Tres años más tarde, presentaría su primera muestra individual en Bogotá y, ya a comienzos de los cincuenta, se trasladaría a Madrid para formarse en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y convertir el Prado en su centro de inspiración.

Tras viajar por Francia e Italia, se instaló de nuevo en Bogotá en 1955 y, pese a interesarse a fondo por el muralismo mexicano de Rivera o Gabriel Orozco, fue configurando un estilo personal caracterizado por la exaltación del volumen y una visión irónica y vital de las tradiciones de su país, el circo, los toros o la cotidianidad burguesa.

Fernando Botero. Bailarines, 2002. Colección del artista

Ya en los sesenta, comenzó a residir en Nueva York, donde llevaría a cabo una serie dedicada a los grandes maestros de la pintura (Leonardo, Rubens, Velázquez) en la que mantuvo esa intencionada desproporción monumental de sus figuras que también caracteriza las esculturas que, a partir de los setenta, elaboraría en París, convertida en su nueva ciudad de residencia. A partir de entonces sus pinturas y esculturas son internacionalmente reconocidas y presentadas al público en numerosas ocasiones, como las célebres exposiciones de sus esculturas monumentales en los Campos Elíseos en 1992 y, al año siguiente, en Nueva York, Buenos Aires y Madrid.

La exhibición que hasta enero podemos ver en Bilbao ha sido comisariada por Lina Botero con la estrecha colaboración del artista y los trabajos que la componen proceden, en su mayoría, de colecciones privadas. Se distribuyen de forma temática y en ella vemos sus tradicionales composiciones vigorosas, formas opulentas y colores exuberantes.



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