El legado de Juana Mordó se exhibe en Valladolid

El Museo de la Pasión muestra las mejores piezas cedidas por la galerista al Círculo de Bellas Artes de Madrid

El Museo vallisoletano de la Pasión, en colaboración con el Círculo de Bellas Artes de Madrid, recorre la historia del arte contemporáneo español a través del amplio legado de Juana Mordó, galerista de origen griego amante de la creación de vanguardia que cedió su amplia y valiosa colección al CBA. Muchas de las piezas que componen la muestra, abierta hasta el 14 de marzo, fueron cariñosos regalos a Mordó de algunos de los mejores artistas del panorama del momento y revelan la importancia que muchos de ellos concedieron al pequeño formato.

 

Juana Mordó, que atesoró su colección a lo largo de más de treinta años, entre 1950 y 1983, abrió galería en Madrid en 1964 tras vivir en París y Berlín. Allí promocionó a entonces jóvenes talentos como Lucio Muñoz, Benjamín Palencia o Antonio López, quien destacó de ella su generosidad y su carácter endiablado. La presidenta del Patronato del MNCARS y reputada coleccionista Pilar Citoler recuerda también que la primera obra seria que adquirió, un óleo de José Caballero, lo compró en la sala madrileña de Juana Mordó.

Algunos de los mejores trabajos del grupo El Paso, obras de Saura, Chirino, Pablo Serrano, Juana Francés o Rafael Canogar, pasaron por las paredes de su galería, donde también se mostraron (sin demasiado éxito de ventas) trabajos de Kandinsky o Fernando Botero. Expuso además piezas abstractas de Mompó, Sempere, Palazuelo, Zobel o Gustavo Torner y algunas de las mejores obras de Equipo Crónica.

A su muerte, y hasta 1994, su entonces colaboradora Helga de Alvear continuó trabajando en su galería hasta 1994. Entre los artistas internacionales que pasaron por sus salas en los últimos años figuran Nam June Paik o David Hockney. Mordó se ocupó también de presentar el mejor arte contemporáneo español en ferias como FIAC, Art Cologne o Art Basel, sin olvidar el propio ARCO.