El Labrador, exquisito y desconocido

Juan Fernández ''el Labrador''. Florero, hacia 1635-1637. Museo Nacional del Prado Juan Fernández ”el Labrador”. Florero, hacia 1635-1637. Museo Nacional del Prado

El Museo del Prado dedica una muestra a los bodegones de Juan Fernández, pintor barroco español de escasa pero refinada producción

Madrid, 11/03/2013

“Juan Fernández el Labrador. Naturalezas muertas”

MUSEO NACIONAL DEL PRADO
Paseo del Prado, s/n
28014 Madrid
Del 12 de marzo al 16 de junio de 2013
De lunes a sábado, de 10:00 a 20:00 horas
Domingos y festivos, de 10:00 a 19:00 horas

Poco se sabe de Juan Fernández el Labrador, pintor barroco de origen quizá extremeño al que el Museo del Prado dedica desde mañana una muestra pequeña pero deliciosa para los amantes de la pintura española del s XVII. Se tienen noticias de que residió en Madrid, de que fue criado por el noble italiano Giovanni Battista Crescenzi, promotor de la naturaleza muerta durante los reinados de Felipe III y Felipe IV, y de que con posterioridad abandonó la capital para trasladarse al campo, retratar los frutos de la tierra y vender sus obras cada Semana Santa en la Corte.

Estos bodegones, en los que combinó la tradición naturalista con encuadres inesperados y un evidente detallismo con una violenta iluminación heredada de Caravaggio, serían coleccionados por Carlos I, Ana de Austria o el embajador británico Arthur Hopton, aunque a día de hoy sólo se le atribuyen con seguridad trece obras.

Juan Fernández ''el Labrador''. Bodegón con cuatro racimos de uvas, hacia 1630-1635. Museo Nacional del Prado

Juan Fernández ”el Labrador”. Bodegón con cuatro racimos de uvas, hacia 1630-1635. Museo Nacional del Prado

El Museo del Prado le dedica desde mañana una muestra monográfica, la primera en la que se reúne la práctica totalidad de esa producción conocida: se exhiben once de sus trece pinturas, cinco de la colección de la propia pinacoteca, tres cedidos por colecciones privadas, dos por el Museo Cerralbo y uno por la colección de la Reina de Inglaterra: Bodegón con uvas, membrillos y frutos secos.

La mayoría de las obras expuestas corresponden a imágenes de uvas y frutos otoñales, pero también encontramos dos delicadas pinturas de flores. La muestra se articula en dos secciones: la primera, Un Zeuxis moderno, incluye sus bodegones de uvas, en las que demostró su virtuosismo captando la calidad y madurez de las frutas. El Labrador las presentaba de forma desconcertante y con un minucioso detallismo, al modo de un Zeuxis del diecisiete.

Juan Fernández ''el Labrador''. Dos racimos de uvas colgando, hacia 1629-1630. Museo Nacional del Prado

Juan Fernández ”el Labrador”. Dos racimos de uvas colgando, (fragmento), hacia 1629-1630. Museo Nacional del Prado

La segunda, Naturaleza en el lienzo: primavera y otoño, se compone de composiciones más complejas de productos de verano u otoño. En ellas apreciamos un aparente desorden, pero destacan recipientes de materiales refinados y brillantes que contrastan con la sencillez de frutos como bellotas o castañas. En su conjunto, estas piezas parecen constituir una celebración del otoño y de la humilde abundancia ofrecida por la tierra.

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