El CAAC repasa la historia del accionismo vienés, gracias a las obras de la colección Hummel
Del 13 de marzo al 25 de mayo de 2008 en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo. CAAC Comisaria: Pilar Parcerisas La Colección Hummel, una de las pocas que existen en el mundo acerca del accionismo vienés y sus principales representantes, llega estos días a las salas del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo.
CENTRO ANDALUZ DE ARTE CONTEMPORÁNEO. CAAC
Monasterio de la Cartuja de Sta. Mª de las Cuevas
C/Américo Vespucio, 2
Sevilla (España)
CAAC de Sevilla, donde podrá contemplarse hasta el 25 de mayo de este año. Fue atesorada por Julius Hummel gracias al temprano interés que estas nuevas prácticas artísticas despertaron en él, instándole no sólo al coleccionismo de piezas y documentación, sino también a conocer a los propios artistas a quienes admiraba, situando sus propuestas dentro del contexto artístico que las rodeó. De este modo, en la exposición que nos ocupa pueden verse también obras de la misma colección realizadas por creadores ajenos al accionismo -como Joseph Beuys, Marcel Duchamp, Bruce Nauman, Arnulf Rainer, Valie Export o Franz West, entre otros- cuyas iniciativas resultan muy importantes de cara a la realidad artística de la época y, especialmente, en relación a este movimiento. No es posible entender el nacimiento del accionismo sin tener en cuenta la situación social, política y cultural de Austria en torno a los años sesenta. Su adhesión al nacionalsocialismo durante la Segunda Guerra Mundial desembocó en un fuerte periodo de represión en la posguerra, retrasando su total independencia hasta 1955. Este ambiente, unido a la fuerte tradición religiosa del país y al escaso desarrollo de propuestas artísticas de vanguardia a principios del siglo XX, dio lugar a las rompedoras iniciativas de creadores como Günter Brus, Hermann Nitsch, Otto Muehl y Rudolf Schwarzkogler. Su principal objetivo fue desligar completamente a la pintura de sus ataduras tradicionales, ampliando sus posibilidades hacia el terreno de la performance y utilizando el propio cuerpo como instrumento artístico. Muy influidos por las teorías freudianas del subconsciente y el inconsciente, el cuerpo se convirtió para ellos en un vehículo de liberación de sentimientos reprimidos, en una vía para llegar a un estado de catarsis. Sus radicales prácticas performativas se desarrollan principalmente entre los años 60 y 70, coincidiendo con otro tipo de propuestas similares; como fueron el movimiento internacional fluxus, el desarrollo del happening en Estados Unidos o la expansión de las obras de arte hacia el campo de la performance, llevada a cabo por algunos artistas alemanes como Vostell o Beuys. Las acciones de los vieneses son una respuesta agresiva, y no apta para todas las sensibilidades, al momento histórico que vivieron. Sus propuestas fueron consideradas irreverentes, por apropiarse de ciertos símbolos religiosos y usarlos en el sentido opuesto al habitual; de inmorales, por la alta dosis de exhibicionismo que comportaban y por mezclar de forma explícita temas como el sexo y la religión; y violentas porque, a fin de cuentas, sus acciones constituyen un ataque brutal y directo a los valores burgueses desde una estética trasgresora, cuyo objetivo último no era otro que curar a la sociedad y al individuo de aquello que les reprimía desde hacía siglos. A través de un nutrido conjunto de pinturas, fotografías, vídeos y documentos, la exposición nos muestra cómo los principales representantes del accionismo vienés transformaron, de una forma verdaderamente vanguardista, sus cuerpos en el propio sujeto artístico, concibiendo sus acciones como vía de liberación.
Otto Muehl
Adiestramiento militar, 1967
Rudolf Schwarzkogler
6. Acción, 1966
Otto Muehl
Ho Tschi Minh, 1967