El color de la luz

Se exhiben en el contexto más amplio de sus dibujos y pinturas al óleo, ofreciéndonos así una visión del desarrollo como artista del pintor y de sus técnicas y materiales, que iba cambiando en función del medio natural en el que se inspirase. Sus imágenes captan momentos únicos e irrepetibles en el tiempo, con una luz y una atmósfera propia; producen sensación de frescura e inmediatez, y dejarán una huella indeleble en el arte americano posterior. Quizá lo más llamativo de esta muestra sea comprobar cómo un hombre que apenas recibió educación en el campo del arte fue capaz de crear algunas de las acuarelas más influyentes en la historia de este medio. Su autodidactismo no le impidió convertirse en uno de los pintores más originales e independientes de América. Entre 1873 y 1905, Winslow Homer no dejó de experimentar en sus obras con el papel de teoría, composición, materiales, estilo y técnicas, rompiendo muchas veces con la tradición. Este proyecto es resultado de la colaboración de varios comisarios, investigadores, conservadores y científicos; de hecho, se han empleado los últimos avances tecnológicos para examinar las obras y presentar una información completa e inédita en catálogo y cartelas sobre los pigmentos utilizados y la causa artística de su uso, revelándose detalles sorprendentes en ese sentido. Constituye, además, un acercamiento íntimo a uno de los artistas americanos más celebrados, hecho a sí mismo, que dedicó treinta años de su carrera como pintor a descubrir los secretos de la acuarela. Podrá contemplarse hasta el 10 de mayo.

Winslow Homer
After the Hurricane, Bahamas, 1899
Mr. And Mrs. Martin A. Ryerson Collection.