Gabriele Finaldi
Los Gonzaga fueron coleccionistas y mecenas de extraordinaria importancia.
Trajeron a Mantua, su pequeño estado entre Milán y Venecia, a Pisanello, Mantegna, Giulio Romano y Rubens. En su enorme palacio, además de la famosa Camera degli Sposi del Palazzo Ducale, se reunían obras de Ticiano, Tintoretto, Rafael y Caravaggio.
Una investigación dirigida por Andrea Emiliani, antiguo Soprintendente de Bologna, y por Raffaella Morselli, joven y brillante profesora de la Universidad de Cosenza, intenta reconstruir el coleccionismo de los años 1563-1634, desde el tiempo del Duque Guglielmo, hasta la venta de la mejor parte de la colección a Carlos I de Inglaterra en 1628, y el saco de Mantua por las tropas imperiales en 1630.
El proyecto titulado La Collezione Gonzaga tiene tres partes: la creación de una base de datos, realizada por la Profesora Morselli y sus colaboradores (con el apoyo del Centro Internazionale dArte e di Cultura di Palazzo Te), con los inventarios y referencias de cartas y documentos encontrados en los archivos de Mantua y otras ciudades italianas; la publicación de 12 volúmenes que analice y recoja los resultados de dicha investigación, tres de ellos ya editados (R. Morselli, La Collezione Gonzaga, Lelenco dei beni del 1626-1627; B. Furlotti, La Collezione Gonzaga: Il carteggio tra Bologna, Parma, Piacenza e Mantova (1563-1630); R. Piccinelli, La Collezione Gonzaga: Il carteggio tra Firenze e Mantova, Milano-Mantova, 2000, Silvana Editoriale); y por último, una exposición dedicada al coleccionismo de esta familia, que tendrá lugar en Mantua en el año 2002, con prestamos de los mayores museos del mundo. Lo encuentro un proyecto absolutamente admirable.
La familia y la corte de Ludovico III Gonzaga, Andrea Mantegna, c.1474