Fernando Botero expone en el IVAM su particular visión de las torturas cometidas en la prisión irakí de Abu Ghraib
Entre 2004 y 2005, el artista colombiano Fernando Botero pintó una serie de cuadros y dibujos inspirándose en las imágenes publicadas en prensa, durante la pasada guerra de Irak, de las torturas a las que fueron sometidos los prisioneros de la cárcel de Abu Ghraib por parte de algunos soldados americanos.
INSTITUTO VALENCIANO DE ARTE MODERNO. IVAM.
C/ Guillem Castro, 118
Valencia (España)
Esas obras conforman ahora una exposición que ya ha recorrido diversos museos de Italia, Alemania, Grecia y EEUU y que desde hoy y hasta el 6 de julio se muestra en el Centro Julio González del IVAM. No es la primera vez que el dolor y la violencia quedan plasmados en la obra de Botero, cuya producción ha captado, en años anteriores, los horrores de la guerra del Yom Kippur o el drama de las masacres y secuestros acaecidos en Colombia; hablamos de un artista que nunca ha cerrado los ojos a los conflictos e injusticias que le han sido contemporáneos. Lo novedoso de las piezas que ahora se exhiben en Valencia es su tono de indignación, la manifestación clara de la repulsa que al creador le producen tales violaciones de los derechos humanos. Conmociona particularmente su utilización de la iconografía cristiana para crear un singular martirologio moderno que denuncia las aberraciones cometidas en Irak y da testimonio de la crueldad y humillación extremas que el ser humano puede llegar a causar a sus semejantes. Entre tanta brutalidad, Botero busca, no obstante, introducir un mensaje de esperanza, de amor a la vida y subrayar la necesidad de que nuestro sentido moral acabe finalmente con la barbarie. Junto a estas obras, se exhiben otras mucho más candorosas y alegres: las que integran la serie “El circo”, en las que retrata a domadores, equilibristas y arlequines que desprenden una extraordinaria fuerza vital.
Fernando Botero
Abu Ghraib 72, 2005