Defensora del poder de la fotografía para lograr cambios sociales, Dorothea Lange empleó su cámara como herramienta reivindicativa con la que exponer injusticias y desigualdades.
Tras una infancia difícil en Nueva jersey, Lange fotografió a las clases altas de San Francisco hasta que, desde 1933 y coincidiendo con la Gran Depresión, decidió trasladar su objetivo a los más afectados por la crisis. Trabajó para la Administración de Reasentamiento del gobierno (más tarde llamada Administración de Seguridad Agrícola) y buena parte de sus imágenes de entonces debían favorecer la asistencia de las autoridades a los desempleados.
Aunque sus fotografías están a punto de cumplir un siglo, abordan temas aún relevantes, como la pobreza, la degradación ambiental, el trato dado a los inmigrantes, la erosión de las comunidades rurales, la discriminación racial y los derechos de las mujeres. El Frist Art Museum de Nashville examina su legado hasta el 27 de mayo, en la exposición “Dorothea Lange: Politics of Seeing”.
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