Doisneau y Albin Guillot, encuentro a destiempo

Casa Sin Fin contrapone sus fotografías

Madrid,
Un encuentro a destiempo
Un encuentro a destiempo

 

Además de en el Centro Pompidou de Málaga, que hasta el 24 de enero acoge la muestra “Son modernas, son fotógrafas”, dedicada a mujeres fotógrafas que trabajaron en los años veinte y treinta, estos días tenemos la oportunidad de disfrutar de la producción de Laure Albin Guillot en otro espacio de nuestro país: la sede madrileña de la Galería Casa Sin Fin, que hasta el 9 de enero confronta el trabajo de esta figura clave de la Nouvelle Vision con imágenes del autor de algunas de las fotografías más conocidas de París, Robert Doisneau. Tienen poco que ver, en apariencia, y en el contraste reside el encanto de esta exposición, titulada “Un encuentro a destiempo”.

Laure Albin Guillot estudió pintura y dibujo y comenzó a interesarse por la fotografía a raíz de su matrimonio con el Dr. Albin Guillot, a cuyos amigos intelectuales y políticos retrató en sus primeros trabajos mientras realizaba también imágenes de paisajes de corte pictorialista. Su primer gran proyecto fue, sin embargo, Micrografie Decorative, que inició en 1901 aunque no se publicó hasta treinta años más tarde. Fotografió junto a su marido especímenes microscópicos y células buscando las posibilidades estéticas de este tipo de imágenes. Tiempo después ilustró poemas de  Paul Valery, Pierre Löuys o Monhterlant, brindándonos desnudos llenos de lirismo y también de avanzada vanguardia.

Aunque tras la II Guerra Mundial tuvo que centrarse en la realización de retratos, muchos infantiles, y de fotografías de moda para ganarse la vida, Laure Albin Guillot no dejó, tampoco entonces, de desempeñar proyectos de corte más experimental.

Una inundación acaecida a fines de los cincuenta acabó con buena parte de sus trabajos de los veinte y los treinta; los que sí se conservan se exponen en centros fundamentalmente franceses y americanos y en 2013 el Jeu de Paume parisino le brindó una amplia retrospectiva. En Casa Sin Fin podemos ver un buen número de fotos de la serie Le Louvre La nuit (copias al fresson de 1939) y una secuencia de un desfile de moda de los cuarenta, de gran belleza.

Un encuentro a destiempo
Un encuentro a destiempo

 

De Doisneau podemos ver cinco imágenes: dos de ellas conocidas, pero solo una “reconocible” claramente como obra de su autor. El resto nos muestran edificios o barrios en transformación en la década de los sesenta y el mercado de Les Halles.

Fijaos cómo soy: la visita había servido para consolarme. Apenas se cerró la puerta a mis espaldas, tuve la seguridad de ir por buen camino

¿Dónde están los nexos? Jean-François Chevrier se refirió, en su ensayo sobre Doisneau de 1983, a un encuentro entre ambos: “Doisneau rechazó todo el énfasis que en su juventud caracterizaba todavía la producción de los fotógrafos más famosos. En Trois secondes d’éternité cuenta con agudeza una visita que realizó a la gran profesional de la fotografía de aquella época, Laure Albin Guillot: ‘… Ella estaba impaciente por enseñarme lo que tenía que hacer. Me dejó solo por un momento y aproveché para disimular mi vergüenza. Volvió cargada de fotografías grandísimas. Me impresionaron los grandes márgenes, lo imponente de la firma y la delicadeza del soporte. No me acuerdo bien de los temas, pero eran de género pictórico. Me retiré caminando hacia atrás y despidiéndome con amabilidad’. Y añade: ‘Fijaos cómo soy: la visita había servido para consolarme. Apenas se cerró la puerta a mis espaldas, tuve la seguridad de ir por buen camino”.

Tanto Doisneau como Guillot fotografiaron por encargo, como profesionales rigurosos y de éxito de su medio, pero no dejaron de llevar a cabo, en su tiempo libre, una producción más personal. Ella retrató campos postpictorialistas, gente de la cultura y sofisticados interiores burgueses; él, escenas callejeras de sabor humanista, personajes que se mueven en ese ámbito, cafés y cabarets…Ambos tuvieron en común su acercamiento (por encargo, pero siempre lleno de talento) al mundo de la moda.

Si Albin Guillot confesó que le interesaba la “verdad fotográfica”, Doisneau afirmó que había fingido realidades, convirtiendo a sus modelos en actores (recordad el célebre beso). ¿Eso convierte a Albin Guillot en una figura más contemporánea o progresista que Doisneau, pese al amor de él por la calle, o no es el caso?

Para impulsar aún más nuestras reflexiones, Casa Sin Fin expone una pequeña foto de Albin Guillot que, por su temática y composición, suele confundirse con un Doisneau. ¿No partíamos de la idea de que eran tan distintos? Más dudas en la galería.

 

Un encuentro a destiempo
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Un encuentro a destiempo
Un encuentro a destiempo

 

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