Dimisión en bloque de los miembros del CoNCA

Nacido como organismo pionero en el Sur de Europa, el Consell Nacional de la Cultura i de les Arts de Catalunya (CoNCA) vive sus horas más bajas. Siguiendo el modelo anglosajón del Arts Council, tiene como misiones el fomento y la organización de la política de apoyo, promoción y expansión de la cultura y la creación artística, según rezan sus normas, con independencia del color del gobierno que en cada momento presida la Generalitat catalana.

Los miembros de su Pleno, órgano máximo de decisión del CoNCA, han dimitido en bloque esta misma mañana (con la excepción de Pilar Parcerisas) por la intención de Ferrán Mascarell, actual conseller de Cultura, de llevar a cabo un sustancial cambio de modelo en su organización que supondría, en opinión de los dimisionarios, devolver la facultad de diseñar todas las políticas culturales y de conceder todas las ayudas a los responsables políticos de la conselleria de Cultura de la Generalitat. En su opinión, esta “recentralización” no supondrá ahorro alguno, porque las ayudas continuarán otorgándose, pero sin atender a criterios independientes de valoración artística decididos por expertos.

Los miembros del CoNCA que renuncian a su cargo son su presidente, Francesc Guardans, así como Xavier Antich, Sílvia Munt, Rosa Vergés, Chantal Grande, Marta Oliveres, Manel Camp, Jordi Coca, Manuel Forcano y Juli Capella.

La reacción de Mascarell no se ha hecho esperar vía comunicado: ha mostrado su respeto a las dimisiones y su disconformidad con las mismas; en su opinión, el CoNCA quedará reforzado tras la llamada Ley Ómnibus, tendrá más poderes y será menos burocrático. Sus funciones serían “evaluar los contratos que rigen las relaciones entre el Departamento y los equipamientos culturales”, “elaborar auditorías”, y “favorecer e impulsar el diálogo entre el mundo de la creación y la Generalitat”.

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