Desenfocado: la mirada sin refugio

CaixaForum Madrid explora el arte no nítido desde Monet

Madrid,

Tras su paso, en verano, por el Musée de l´Orangerie de París, y antes de su exhibición en Barcelona, CaixaForum Madrid acoge la muestra “Desenfocado. Otra visión del arte”, que ofrece un recorrido temático -y no cronológico, aunque se inicie con Monet– por el desenfoque como elección artística y recurso estético desde fines del siglo XIX hasta la actualidad.

Se trata de una exposición peculiar: en sí misma es una propuesta temática, pero no centrada en un motivo iconográfico, sino en esa noción de lo indefinido constantemente presente en la creación contemporánea. Sobre todo desde 1945, si bien en cada etapa su utilización responde a fines diferentes: desde la representación realista de percepciones alteradas, y la plasmación de aquello que no puede ser percibido más que de manera nublada, a la reivindicación de lo difuso como condición de la mirada y el pensamiento en nuestra época (esa en la que lo sólido se desvanece en el aire) o como herramienta para imponer distancias frente a los asuntos que pueden ser difíciles de abordar.

Componen este proyecto, que viene introduciendo algunas modificaciones en cada uno de sus emplazamientos, trabajos de medio centenar de artistas en todo tipo de técnicas: de la pintura al vídeo, pasando por el grabado, la fotografía y la escultura. Una decena de esas piezas proceden de los fondos de la propia Fundación “la Caixa”: creaciones de Boltanski, Richter -imprescindible hablando de esta materia-, Roni Horn, Hiroshi Sugimoto y los españoles Pedro G. Romero, Eulàlia Valldosera, Soledad Sevilla y Perejaume.

Salas de la exposición Desenfocado. Otra visión del arte en CaixaForum Madrid. Fotografía: © Máximo García. Fundación "la Caixa"
Salas de la exposición Desenfocado. Otra visión del arte en CaixaForum Madrid. Fotografía: © Máximo García. Fundación “la Caixa”

Claire Bernardi, directora del Musée de l´Orangerie, y Émilia Philippot, conservadora del Institut National du Patrimoine francés, comisarían la muestra, que surgió en un primer término de la constatación de que cuando el público contempla los nenúfares de Monet, en la gran sala circular que ocupan justamente en la Orangerie, realmente no ve nada. Nada definido, porque percibimos, sin embargo, mucho: colores y formas que suscitan impresiones.

Podemos intentar diferenciar sauces, árboles alrededor del estanque…, pero en realidad estas composiciones son fundamentalmente borrosas. Esa imprecisión, por intencionada, es constructiva, pese a que solamos definir el desenfoque por la información que no nos aporta, en oposición al confinamiento cartesiano de los objetos. Si lo pensamos despacio, lo evanescente concede al espectador un rol central: el de interpretar lo no evidente.

Alfredo Jaar, Six Seconds, 2001. Cortesía del artista. © Alfredo Jaar, VEGAP, Barcelona, 2025
Alfredo Jaar. Six Seconds, 2001. Cortesía del artista. © Alfredo Jaar, VEGAP, Barcelona, 2025

¿Por qué comenzar con Monet? Sería posible pensar que el sfumato leonardesco puede ser un pariente lejano de este recurso, pero las razones de su utilización por el de Vinci resultan radicalmente distintas a las que nos llevan a entender como puntos de inflexión, en esta materia, tanto a Giverny y el impresionismo como a la II Guerra Mundial.

Si una disciplina artística incorporó el desenfoque desde sus mismos inicios ésa fue la decimonónica fotografía: en sus más tempranas manifestaciones, ligadas al pictorialismo (Steichen y Julia Margaret Cameron han llegado a CaixaForum), se suavizaron contornos precisamente para acercarse a la pintura y distanciarse del cariz industrial de este medio. Latía ya entonces el debate sobre si la foto documenta el mundo u ofrece de él una visión subjetiva y potencialmente poética.

Mark Rothko. Sin título, 1948. Fondation Beyeler, Riehen/Basel, Beyeler Collection.© 1998 Kate Rothko Prizel and Christopher Rothko/VEGAP/Barcelona, 2025
Mark Rothko. Sin título, 1948. Fondation Beyeler, Riehen/Basel, Beyeler Collection. © 1998 Kate Rothko Prizel and Christopher Rothko/VEGAP/Barcelona, 2025

Esta exhibición no plantea, han insistido hoy las comisarias, lecturas cerradas sobre la cuestión del desenfoque, sino que más bien ofrece pistas interpretativas, posibilita que el espectador establezca relaciones entre las piezas. Y en la primera sala comienzan a esbozarse algunos de esos nexos: entre esas imágenes de Steichen y Cameron y un difuminado retrato de Eugène Carrière; con uno de los rostros esculpidos de Medardo Rosso, que presentó en la misma época como obras acabadas lo que antes eran trabajos en fases intermedias; con los frágiles hombres en marcha de Giacometti; y sobre todo con composiciones muy posteriores en las que, en un ir y venir fructífero, los pintores trabajarán a partir de fotografías. Ocurrirá especialmente en la segunda mitad del siglo XX (y Richter es un caso paradigmático, ni mucho menos único).

No está de más recordar, asimismo, que, si la II Guerra Mundial dejó su huella clara en muchos procesos artísticos, Monet se había refugiado en sus nenúfares en los años de resaca de la Gran Guerra. Y otros conflictos y convulsiones sociales, no necesariamente bélicos, se harán notar en la muestra: el desenfoque alude a ellos con crudeza, pero con la distancia del cierto pudor; nos referimos a las vidas perdidas en el Mediterráneo o la frontera entre México y Estados Unidos, a la bomba atómica, al atentado del 11 de septiembre o a los niños marcados por el Holocausto cuyos rostros nos ha enseñado una y otra vez Boltanski. Krzysztof Pruszkowski sintetizó varias fotografías para crear la imagen de la torre de vigilancia de un campo de exterminio.

Hans Hartung, T1982-H31, 1982. Hans Hartung Foundation.© Hans Hartung, VEGAP, Barcelona, 2025
Hans Hartung. T1982-H31, 1982. Hans Hartung Foundation. © Hans Hartung, VEGAP, Barcelona, 2025

Política e historia social al margen, la plasmación artística del desenfoque ha evolucionado, igualmente, de la mano de los hallazgos asociados a la imagen científica, en particular del empleo de rayos X o de infrarrojos que, al tiempo que demostraban que era posible penetrar en la materia gracias a la técnica, subrayaban los límites del ojo humano. De esa realidad que, sin la mediación de otros dispositivos, se nos escapa han buscado apropiarse, y lo siguen haciendo, ciertos autores en cuyas composiciones los puntos de referencia parecen perderse (pese a ser, paradójicamente, objetivos). Dove Allouche retrata los gases en la superficie del sol; Thomas Ruff, el suelo de Marte.

Podremos tener la sensación de que la vaguedad formal de estos trabajos encaja de forma muy natural con la condición líquida asociada al mundo contemporáneo y la inestabilidad teórica de sus sujetos (esa supuesta fluidez de las identidades). Otras veces, estas imágenes borrosas serán quizá reflejo de lo que el inconsciente se niega a contemplar.

Pueden alejarnos de lo real, a veces desde el rechazo, o proponernos profundizar en nuestra mirada e intentar discernir lo que existe más allá. O ambas opciones, dejando campo abierto a nuestro posicionamiento.

Demuestra esta exposición que sería viable establecer una historia alternativa del arte contemporáneo estructurada desde esta noción del desenfoque, que trasciende la figuración y la abstracción y cabe en ambas. En CaixaForum quedan sentadas las bases.

Wojciech Fangor. Number 17, 1963. The Museum of Modern Art, New York. © Wojciech Fangor © Fotografía: The Museum of Modern Art, New York / 2025 Scala Archives
Wojciech Fangor. Number 17, 1963. The Museum of Modern Art, New York. © Wojciech Fangor © Fotografía: The Museum of Modern Art, New York / 2025 Scala Archives

 

 

“Desenfocado. Otra visión del arte”

CAIXAFORUM MADRID

Paseo del Prado, 36

Madrid

Del 17 de septiembre de 2025 al 12 de abril de 2026

 

 

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