Cuando el virus entró en nuestras vidas, como tantos otros centros de arte y culturales, La Casa Encendida trasladó su actividad a la red: viene desarrollando un programa llamado La Casa On, centrado en el análisis de las transformaciones que la pandemia y el confinamiento podrían ocasionar atendiendo a sus cuatro áreas esenciales de trabajo: cultura, solidaridad, medio ambiente y educación. Esos contenidos online, concebidos desde un punto de vista pedagógico e interdisciplinar, se renuevan diariamente y son accesibles al público a través del portal de La Casa, de sus redes sociales y de su newsletter semanal.
Según Lucía Casani, su directora, la experimentación con nuevos formatos de aprendizaje, interrelación, pensamiento y acceso a la cultura y el ocio es uno de nuestros distintivos. La crisis actual ha hecho absolutamente evidentes patrones, comportamientos, problemas y planteamientos sociales y culturales que en realidad ya estaban ahí. Aunque somos un lugar en constante transformación, desde La Casa Encendida esperábamos el momento adecuado para abordar algunos cambios. Si algo está claro es que el momento es este.
Si los visitantes habituales de La Casa Encendida en la Ronda de Valencia han debido permanecer confinados estos días, su público virtual ha crecido y se ha internacionalizado: desde el inicio del estado de alarma, han crecido un 35% los usuarios desde México, un 37% los de Chile, un 74% los de Colombia, un 106% los de Argentina, un 132% los de Estados Unidos y un 305% los de Perú. Han sido entre 3.000 y 7.000 los internautas que se han interesado por los contenidos online de La Casa en cada uno de esos países.
Entre los proyectos virtuales desarrollados por este centro en los últimos dos meses más relacionados con las artes plásticas, podemos citar Pensiero (en el que creadores de diversas disciplinas, como David Bestué, David Horvitz o Pepo Salazar, han reflexionado sobre los desafíos de la situación actual); cursos para una fotografía cotidiana (como Revelando con Caffenol, sobre el revelado con productos caseros, o el taller de Quimigramas para fotografiar sin cámara); la conferencia online Cultura frágil, con Ariadna Cantís y Selina Blasco, o la propuesta de acción colectiva Fotografiar tu día a día.
El pasado sábado, 9 de mayo, se sumó a esas iniciativas una más de la que quizá ya hayáis tenido noticias los seguidores de La Casa Encendida en Instagram: se trata de la muestra colectiva “I fantasize a springtime and cry”, compuesta por trabajos de dieciocho autores locales e internacionales que podremos ver, en el perfil del centro en esa red social, en seis entregas que tendrán periodicidad semanal. Los artistas participantes son Marina González Guerreiro, Sgàire Wood, Laura Costas, Tarek Lakhrissi, Cole Lu, Rebecca Jagoe, Lou Lou Sainsbury, Ayesha Tan Jones, Torre Alain & Mirza, Pedro Herrero Ferrán, Precious Okoyomon, Raque Ford, Caspar Heinemann, Gaby Sahhar, MARIKISCRYCRYCRY, Iki Yos Piña Narváez y James St Findlay.
“I fantasize a springtime and cry” constará de piezas que se desarrollaron desde el aislamiento y que tuvieron en la esfera virtual su campo de expansión; así, el público podrá repensar sus especificidades materiales y estéticas y, quizá también, sus implicaciones poéticas. Las creaciones de esos artistas pueden sugerir tristeza o placer, fantasía o desorden, imaginación o muerte y, en la mayoría de los casos, nacieron a partir de materiales accesibles, cercanos y vinculados al ámbito íntimo o privado: veremos desde escenografías DIY a diarios, pasando por filigranas y palabras habladas.
Comisaría la propuesta Yaby (Beatriz Ortega Botas y Alberto Vallejo) y este será el calendario de entregas:
9 de mayo. Laura Costas y Tarek Lakhrissi.
16 de mayo. Marina González Guerreiro y Sgàire Wood.
23 de mayo. Rebecca Jagoe, Lou Lou Sainsbury y Ayesha Tan Jones.
30 de mayo. Pedro Herrero Ferrán, Torre Alain & Mirza y Precious Okoyomon y Cole Lu.
6 de junio. Raque Ford, Caspar Heinemann y Gaby Sahhar.
13 de junio. MARIKISCRYCRYCRY, Iki Yos Piña Narváez y James St Findlay.
