De Gaudí a Picasso

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El IVAM repasa las manifestaciones más representativas del Modernismo español

“De Gaudí a Picasso”

IVAM
c/ Guillem Castro, 118
46003 Valencia
Del 15 de marzo al 27 de junio de 2010
De martes a domingo, de 10:00 a 20:00 horas

Del 15 de marzo al 27 de junio de 2010, en el Instituto Valenciano de Arte Moderno

Comisarios: Tomás Llorens y Boye Llorens

El arte modernista, su difícil interpretación y sus muy diversas manifestaciones, protagonizan “De Gaudí a Picasso”, una de las muestras claves que el IVAM ha preparado para 2010 y que centra su mirada sobre la pintura (en especial sobre los trabajos de juventud de Picasso y Julio González, ambos formados en el ambiente modernista), sin olvidar el gran legado arquitectónico del mayor representante de esta tendencia en nuestro país, Antonio Gaudí.

Pese a su corta perdurabilidad, de tan sólo dos décadas (1890-1910, aproximadamente), el Modernismo tuvo, sobre todo en Cataluña, un desarrollo intenso, dejando una huella imborrable en la memoria colectiva y quedando registrado en todos los relatos de la historia contemporánea tanto catalana como española, gracias sobre todo a la producción de Picasso y Gaudí. En su consolidación tuvieron gran relevancia tanto las artes decorativas como la arquitectura, manifestaciones artísticas muy ligadas a las transformaciones sociales y económicas que se produjeron en Cataluña entre los siglos XIX y XX. A partir de aquella época, Barcelona comenzó a convertirse en un destacado centro de comercio y comunicaciones tanto a nivel nacional como internacional y la atracción de mano de obra procedente del resto de España posibilitó un crecimiento industrial extraordinario en la Ciudad Condal.

Aquel contexto constituyó el caldo de cultivo perfecto para el surgimiento del Modernismo, en cuyo crecimiento participaría el espiritualista Círculo Artístico Sant Lluc, al que perteneció el propio Gaudí. Este colectivo renegaba del positivismo y de la vertiente más materialista del progresismo que imperó en los comienzos de la Belle Epoque, elogiando los recursos simbolistas llegados del Norte de Europa que, con el tiempo, se convertirían en parte inseparable de las imágenes más emblemáticas del Modernismo catalán.

Los protagonistas de la etapa de apogeo y desintegración del Modernismo (Nonell, Mir, Anglada Camarasa, Sunyer y el mismo Picasso) adoptarían posiciones artísticas en las que ya no quedaba rastro del entusiasmo decimonónico por la modernidad que marcó los inicios del Art Nouveau español. En la primera década del pasado siglo, se disipó en la capital catalana la moda modernista en un progresivo declive en el que sólo destacaron eventuales aportaciones de Picasso, Sunyer, Hugué, Canals…residentes entonces en París, donde se les conocía como la bande catalane.

El último gran representante del Modernismo fue Isidro Nonell, cuyo lenguaje sintético y su gusto por personajes de la baja sociedad entroncan con el primer Expresionismo europeo y con la época azul de Picasso.

El regreso del gusto por lo clasicista trajo consigo una ruptura insalvable con lo modernista, sustituido como tendencia dominante en Cataluña por el Noucentisme a comienzos de los años veinte.

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Julio González

Prés de la Méditerranée, 1904

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Santiago Rusiñol

Un bohemi, 1891

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