Darío Urzay, entre el suelo y la pared

El bilbaíno expone en Juan Silió su obra reciente

Santander,
Darío Urzay. Sin título, 2014
Darío Urzay. Sin título, 2014

Bajo el título de “Entre el suelo y la pared” y hasta el próximo 31 de enero, el artista bilbaíno Darío Urzay regresa a la sala Juan Silió de Santander para mostrarnos sus últimos trabajos: pinturas que de nuevo nos hablan de relaciones entre elementos, de situaciones y modos de estar abiertos, en definitiva de encajes posibles, más que de objetos o formas cerrados.

En estas pinturas recientes Urzay ha trabajado la mayor parte del tiempo sobre el suelo de su estudio, con las obras dispuestas horizontalmente. Tras fotografiar los restos secos de pigmento dejados en procesos de trabajo en anteriores obras, ha tratado de transformar pictóricamente las imágenes resultantes, tratadas digitalmente e impresas en un soporte de aluminio.

Observación y poética propia son las bases de estas obras recientes, híbridas y complejas

Sobre esa “pintura desorganizada”, vierte con generosidad mezclas de color que se desparraman o acumulan en aparente caos. Parte del resultado se utiliza y parte se desecha: Urzay se desprende de grandes placas o tiras de cartón tras varias sesiones.

El artista vasco mezcla procedimientos propios de la pintura y de la escultura al no manejarse sólo en las dimensiones espaciales de la izquierda, la derecha, arriba y abajo, sino también en el delante y el detrás; no sólo en el ámbito de la verticalidad, también en el de la distancia relacional. La posición de la pintura no será fija hasta que la obra no haya sido concluida.

Darío Urzay, 2014
Darío Urzay, 2014

En las piezas expuestas en Santander, trata de poner de relieve la distancia conceptual existente entre la actividad material que implica construir físicamente y la actividad de visualizar algo realizado en otro lugar y en otro tiempo, incidiendo en el hecho de que la pintura tiene una materialidad que se percibe visualmente pero que deja todo lo táctil y lo físico a la mirada del espectador.

En definitiva, estos trabajos, como el resto de la producción del bilbaíno, proponen una lúcida reflexión sobre la permeabilidad de las disciplinas artísticas y científicas, las relaciones entre el arte digital y su faceta virtual, la fotografía y la realidad, y sobre las nuevas codificaciones de la pintura, abierta al contacto exterior y a la contaminación de lenguajes. Observación y poética propia son las bases de estas obras recientes, híbridas y complejas, aparentemente abstractas y abiertas a territorios imaginarios que no parecen encontrar correspondencia en la realidad externa.

Podéis buscar los trabajos de Urzay en las colecciones del Museo Guggenheim Bilbao, el Museo Reina Sofía, la Deutsche Bank Collection de Londres o el Museo Patio Herreriano de Valladolid.

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