El Pompidou acoge una muestra en la que el mexicano nos invita a conocer los objetos desde su interior
Desde el 13 de noviembre de 2008 hasta el 5 de febrero de 2009, en el Centre Pompidou de París Comisaria: Christine Macel Después de un año trabajando desde Berlín en este proyecto, Damián Ortega (Ciudad de México, 1967) presenta su nueva exposición en París, específicamente diseñada para el Espace 315 del Centre Pompidou; la sala de 315 metros cuadrados donde el famoso museo tiene por costumbre acoger piezas de jóvenes talentos, creadas ex profeso para la ocasión.
CENTRE POMPIDOU
Place Georges-Pompidou
París
Bajo el título “Champ de vision” el mexicano nos sorprende con una complicada instalación móvil estructurada gracias a más de cinco mil piezas de acrílico traslúcido que se superponen y entremezclan formando una compleja red tridimensional de colores. Se trata de una minuciosa descomposición de la realidad, de un macro-acercamiento a lo esencial; ya que, tras la estéticamente perfecta estructura que vemos, se esconde algo que podría asemejarse a una enorme reconstrucción de una fotografía, en la que las mencionadas piezas acrílicas hacen las veces de gigantescos pixels; dando lugar a un monumental juego de ilusión óptica. Con esta propuesta, Ortega continúa en la misma línea argumental que le llevó a su definitivo impulso en el mundo del arte, un reconocimiento que tuvo lugar durante la 50º edición de la Biennale di Venezia, donde comisariado por Gabriel Orozco sorprendió en la exposición “Lo cotidiano alterado” gracias a su genial pieza Cosmic Thing: un Volkswagen escarabajo despiezado y colgado del techo, con el que además satirizaba un objeto de culto social en su país. Y es que las alusiones político-sociales aparecen de forma frecuente en su trabajo, algo que resulta completamente lógico si recordamos que el mexicano comenzó su andadura en el arte como ilustrador y caricaturista de viñetas para revistas y periódicos. Pero si existe algo que realmente fascina a este joven creador, es la ciencia. Asiduo devorador de publicaciones acerca de esta materia, Ortega pretende familiarizarse con su lenguaje y profundizar de este modo en conceptos abstractos. Buscar la esencia de los objetos, su mínima expresión, entenderlos desde dentro; es una de las constantes de su obra, para la que con frecuencia se basa e inspira en teorías científicas. Así nace su pasión por la fragmentación, por comprender cada parte en sí misma y respecto a la totalidad, por profundizar en las intrincadas relaciones que llevan a la unión de unos y otros objetos y, trasladando lo mismo al plano humano, por conocer los sistemas a través de los que se estructura la sociedad o sus fundamentos políticos. “Champ de vision” se abre con una representación de la tabla periódica tras la que encontraremos la enorme instalación -a través de la que se puede transitar, abarcándola así desde el mayor número de perspectivas posibles- y se cierra con una habitación en la que descubrimos un agujero y una lente, actuando de este modo como una suerte de cámara obscura. Así, la muestra hace referencia a la fotografía, propone una reflexión sobre lo real y lo ilusorio y un análisis, a fin de cuentas, sobre la importancia de los diversos puntos de vista. Sin duda, un interesante y profundo planteamiento por parte del artista para su primera exposición en la Ciudad de la Luces; en la que además podremos ver una serie de dibujos y algunos de sus trabajos de videoarte; junto con la instalación Molécula de Glucosa, que forma parte de la colección permanente del Centro de Arte francés.
Créditos fotográficos: Damián Ortega. Controller of the Universe, 2007
Cortesía del artista. White Cube, Londres
Damián Ortega. Módulo de construcción con tortillas, 1998
Cortesía del artista y Kurimanzutto, Ciudad de México
Damián Ortega. Cosmic thing, 2002
Cortesía del artista y Kurimanzutto, Ciudad de México
Damián Ortega
Controller of the Universe, 2007
Damián Ortega
Módulo de construcción con tortillas, 1998
Damián Ortega
Cosmic thing, 2002